Por: JV Rubio, jvrubio@hotmail.com
En la comunidad del Barrio Cedritos, al norte de Bogotá, está creciendo de una manera acelerada lo que podría considerarse un
proceso de pedagogía del caos. Lo que hemos considerado colectivamente como un
proyecto comunitario de carácter ambiental, podría llegar a
constituirse en un motor de dinamización de por lo menos cinco grandes
procesos:
-La organización de 20.000 familias,
en un desarrollo social, empresarial y ambiental.
-La dinamización y organización del gremio de
recicladores de la ciudad, que corre el riesgo de fallar a la sentencia dictada
por la Corte Constitucional que obliga a la ciudad a entregarle todos sus
residuos a las organizaciones de recicladores.
-La puesta en marcha
efectiva del programa Basura cero de la alcaldía Mayor de Bogotá, que a estas alturas
no arranca.
-La dinamización del sector comunal
en la capital -que está bastante decaído-, para lograr
convertirse en motor del programa Basura cero.
-El desarrollo de la
conciencia ambiental a través de acciones efectivas y cotidianas
inicialmente en este sector y luego extendiéndose a toda la
localidad.
Cuando hago un
recorrido por los 50 conjuntos de mi vecindario en tan solo tres calles y cinco
carreras, y pienso en las 30,000 personas que aquí vivimos produciendo
diariamente 30 toneladas de residuos sólidos, más los líquidos y blandos
(incluida la urea y la "humanaza" que podrían ser altamente
aprovechables), no puedo evitar la analogía con la riqueza biológica de un
territorio, o una mina de oro, pues este, para mí (no sé si a alguien más se le ha ocurrido)
es, por su connotación ambiental: ORO VERDE