Tomado de la tesis doctoral: La Pedagogía del Caos. Por José Vicente Rubio).
Antes de que aparecieran con todo rigor las investigaciones sobre los fenómenos eléctricos y magnéticos, se pensaba que los cuerpos se atraían por una simple acción a distancia. Este principio se consideraba válido, porque el instrumental físico matemático construido por Isaac Newton mostraba que todo así funcionaba, con un alto grado de precisión; pero nadie, ni el mismo Newton, sabía por qué las cosas operaban de esa manera. “Es inconcebible –dice, citado por Greene (2011, p. 75)– que una materia bruta inanimada, sin la mediación de algo más, que no es material, afecte a otra materia y actúe sobre ella sin que exista contacto mutuo”.
Decir que dos cuerpos se atraen sin haber nada por medio es como dotar de poderes mágicos al menos a uno de los cuerpos, o atribuir el efecto a alguna especie de acción fantasmal; si preguntamos hoy a cualquier persona en la calle por qué los cuerpos se atraen, lo más probable es que nos diga que es por la fuerza de gravedad; y si preguntamos qué es la fuerza de gravedad, responderá que es la atracción de los cuerpos, y así terminaremos en un círculo que podría llevarnos a la explicación mágica o fantasmal.
Pero la ciencia no estaba satisfecha simplemente con que las cosas funcionaran de esa manera; debía hallar explicaciones, y estas llegaron con el concepto de campo.
Un nuevo concepto aparece en la física, la invención más importante a partir de la época de Newton: el campo. Requirió una aguda imaginación científica para darse cuenta de que no eran las cargas ni las partículas, sino el campo existente entre ellas, lo esencial en la descripción de los fenómenos físicos (…) y para percatarse de que pudiera dejar de ser esencial para el ordenamiento y comprensión de los sucesos, el comportamiento de los cuerpos, siéndolo, en cambio, el comportamiento de algo entre ellos (Einstein, 1959, pp. 208 y 250)
Exploramos ahora algunos conceptos de campo existentes en la ciencia, apoyados en forma didáctica por Marxia y Camilo, dos estudiantes universitarios que se sumergen en la Escuela de Magia de Hogwarts, en el mundo de Harry Potter.