Recuperado de: Salvador Dalí y tensión metafórica | Las2orillas.CO
Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domenech nació el 11 de mayo de 1904 y murió en su ciudad natal Figueras en 1989, cansado, solo y enfermo. Pero su vida entera fue todo lo contrario: un surrealista ecléctico que robó ideas, que vampirizó obras ajenas, que firmó papeles en blanco para vender más grabados. Un narcisista de primera categoría que hablaba de sí mismo en tercera persona y, además, su condición de megalómano que llegó a puntos insospechados en donde buscaba siempre la atención y el escándalo público, cumplió el 23 de enero 25 años de muerto.
La primera etapa fue la más interesante. Ya la posguerra lo hizo pensar y pintar la devastación humana como ciudades mutiladas con remolinos de humo. Las casas tenían los ojos vaciados por las invisibles cucharas de bombas. La cóncava órbita se convertía en un bostezo, en la pupila se ven edificios o desiertos. Después vino la búsqueda por el símbolo de la tensión metafórica donde quería ver la realidad como un proceso de trasformaciones. Como Dalí anotó, buscaba “la representación de un objeto que, sin la menor modificación figurativa y anatómica, es al mismo tiempo la representación de otro objeto absolutamente diferente”. Porque siempre estuvo en la búsqueda de la imagen doble. Un reloj puede ser un queso camambert; un caballo puede ser también un cuerpo de mujer, un cuerpo de mujer puede ser un mueble, una Venus de Milo puede ser un torero o el busto de Voltaire se puede ver como una pareja de señoras. Su ambición por la metamorfología lo hace interesante y atractivo para el público en general pero, con el tiempo, su obra se convierte poco a poco, en el símbolo de una imaginación decadente y tendenciosa.
Este Blog publica escritos videos y experiencias de José Vicente Rubio y otros autores, sobre Pedagogía, Complejidad, Organizaciones, Sustentabilidad, Creatividad Ecoaldeas, ciencia y nuevas tecnologías. Además presenta de forma sencilla los fundamentos científicos de esas ideas.
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