Novena y última entrega del “Diario de un inmigrante
digital de 61 años”.
Por JV Rubio jvrubio@hotmail.com
Hace un año, en febrero de 2013, fallaron al tiempo mi PC
y mi portátil. Estaba haciendo una investigación para la Secretaría de
Educación de Bogotá y allí se ahogaron todos mis archivos. Los únicos que se
salvaron eran los que había intercambiado por correo electrónico con mis
colegas. Ese día caí en cuenta de que la única forma de tener la información a
buen recaudo era en grandes servidores como aquellos que alojan nuestros
mensajes de correo. Esa era una de las formas de computación en la nube y a
partir de aquel día empecé a pensar seriamente en trasladar a la nube todos los
archivos que produjera o que pudiera recuperar.
Quien quiera conocer la historia de mi traslado a la nube
y de todas las experiencias que debí padecer pero también disfrutar, puede
remitirse a las 8 entregas anteriores del Diario de un inmigrante digital de 61 años. Hoy me dedicaré a presentar el estado
actual de mi experiencia que sin lugar a dudas valoro como totalmente positiva.
Aún a esta fecha del 2014 (Febrero 2) si en una reunión
una persona está manipulando su celular o móvil, la gente piensa que está
chateando o usando una función exclusiva del teléfono. Pues en mi caso el
asunto es mucho más amplio: Puedo estar usando cualquiera de las cientos de
aplicaciones que tengo en mi Samsung 3S mini que es ahora el dispositivo en el
que prácticamente hago todo lo que antes hacía en mi PC o portátil y muchas
cosas más.
Puedo estar en una reunión del Doctorado, o de mi
trabajo, o de la organización comunitaria que estamos creando y en mi celular
estoy transcribiendo las ideas principales, o consultando la última ley, o
bajando un documento pertinente con el tema que tratamos. En mi celular
prácticamente no hay nada. Solo aplicaciones pero éstas me permiten consultar
mis archivos (Absolutamente todos están en Drop Box) o navegar por el mar de
información de Internet.
Pero no uso la nube (en este caso el Drop Box) solamente
para estudio o trabajo. Allí reposan tanto elementos de diversión personalizada
como de la vida cotidiana: Cuentas, compromisos sociales o familiares,
calendario de actividades etc.
Voy
a mencionar a manera de ejemplo solo algunos de los servicios que mi pequeño
Samsung en asocio con la nube me brinda: Asistencia virtual, calendario, Chat, Comunicador (WhatsApp,
Viber, Hang out etc.), curso de inglés, Enrutador, explorador, gps, Lector de códigos QR, lector de textos, libreta de notas, libro de cuentas,
libros, Mapas, Mensajero, navegador, procesador de texto, Reconocedor
de canciones y de imágenes, Redes sociales, Teclado inteligente y ágil, traductor
casi simultáneo, Tráfico, transcripción de voz a texto, reproductor de
material audiovisual…
Otra
gran ventaja del celular es que es más rápido para realizar las múltiples tareas de la vida cotidiana. Pero al estar
en la nube ni siquiera es necesario un dispositivo personal. Si tienes todo en
la nube puedes acceder A TODO LO QUE TIENES, desde un terminal de Internet cualquiera, bien sea un café Internet o un portátil o Tableta de una oficina o
el celular de un amigo. La nube te da la garantía de que interconecta todos tus
dispositivos y aplicaciones, pues las de unos se sincronizan con las de otros,
sea la tableta, celular o inclusive cualquier computador.
Transcribo
a continuación dos situaciones de mi diario en los últimos meses:
OCTUBRE
16
Estoy
en Orlando en el parque Magic kingdom de Disney con mi hijo de 10 años, estamos haciendo fila para una atracción;
de pronto me entra un mensaje urgente: debo leer y adicionarle algunas cosas al
informe final de la investigación porque si no se entrega mañana temprano se
retrasará el pago y esto lo necesito con urgencia. Por supuesto que no tengo
computador y la tableta la dejé en el hotel lo único de lo que dispongo el de
mi pequeño celular y de 2 horas antes de que comience el espectáculo del
Castillo de Disney. Por fortuna tengo
todo en la nube, tanto el informe final que me llega por correo como las
adiciones o el texto de lo que debo agregar que lo tengo en el dropbox; El niño está con su mami y mientras ellos van a otras atracciones yo me siento
cerca de un árbol en medio del bullicio de la gente a hacer el ajuste del
informe final en mi pequeño celular.
NOVIEMBRE
2
Debido a que la tableta comenzó a tener problemas y no
permitía trabajar las aplicaciones,
decidí formatearla y volver a las especificaciones de fábrica; la
decisión no fue muy difícil porque realmente en la tableta no había casi nada, sólo fotos o vídeos. Subí las mejores a dropbox y en segundos quedo como nueva. Ahora la uso casi exclusivamente para leer o revizar material audiovisual.
Nov
20
Sé
que hay mucha gente que conoce bastante de la nube pero sinceramente creo que
hay pocos que realmente están ya dependiendo solamente de un pequeño dispositivo
como mi Samsung S3 mini porque entiendo que es muy difícil resolver todo lo que
necesitas en el mundo a través de un aparato tan pequeño. Sin embargo, si dedicaran un poco de tiempo a conocer su dispositivo y explorar las infinitas posibilidades de la simbiosis de éste con la nube entrarían en esa experiencia cotidiana porque esto les resolvería de manera muy práctica todas sus necesidades.
Diciembre
5
Después
de haber abandonado el pesado computador de escritorio, incluso el portátil,
pasé a la tableta pero esto me representaba cargar con ella en una maleta y de
todas maneras eso era incómodo y más aún para sacarla en cualquier parte; ahora
no tengo que andar con ella, pues llevo todo en mi pequeño celular y puedo
usarlo en un parque, una reunión de
trabajo o en una actividad cualquiera; es como si cargara con una potente
computadora donde aparece todo, absolutamente toda la información que tengo:
personal, familiar de trabajo y por supuesto todo el resto de la información
del mundo. Al ver que ya uso poco la tableta y menos el portátil siento que el
mundo completo está en mi celular.
Solo me resta por decir que ahora para lo que menos uso
el celular es para hacer llamadas. La mayor parte de mis comunicaciones familiares
o de trabajo ahora las hago por whatsApp u otros sistemas de comunicación que
reemplazan el teléfono o el correo electrónico. Los dispositivos de comunicación
e información a medida que se vuelven más complejos se reducen en tamaño hasta
casi desaparecer. Es probable que en poco tiempo cuando escriba una entrega
EXTRA de este diario, ya lo haga directamente desde mi cerebro, y desde una
nube cada vez más vaporosa, sin usar ningún aparato físico. Nuestras neuronas y
sistemas de comunicación más intangibles están empezando a extenderse más allá
de nuestros cerebros hacia una inteligencia colectiva que va a incluir no solo
personas sino también otros seres vivos y no vivos, máquinas,
dispositivos y cosas. En la medida en que estemos más preparados con una
práctica diaria en la nube, podremos movernos mejor en ese nuevo mundo; por
todo eso no dudo en recomendar a tod@s esta experiencia.
(Para conocer las anteriores entregas vaya a: Diario de un inmigrante digital de 61 años)
(Para conocer las anteriores entregas vaya a: Diario de un inmigrante digital de 61 años)
Chepe Muy interesante tu tema. Yo uso ese medio desde hace rato y ya ni fotos tengo en ningún equipo.
ResponderEliminarDe modo que ojalá todos se animen y se acojan con estas nuevas tecnologías.
Gracias por comentarnos tus experiencias. Un abrazo.
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