4 de febrero de 2014

Un año viviendo en la nube

Novena y última entrega del “Diario de un inmigrante digital de 61 años”.
Por JV Rubio jvrubio@hotmail.com

Hace un año, en febrero de 2013, fallaron al tiempo mi PC y mi portátil. Estaba haciendo una investigación para la Secretaría de Educación de Bogotá y allí se ahogaron todos mis archivos. Los únicos que se salvaron eran los que había intercambiado por correo electrónico con mis colegas. Ese día caí en cuenta de que la única forma de tener la información a buen recaudo era en grandes servidores como aquellos que alojan nuestros mensajes de correo. Esa era una de las formas de computación en la nube y a partir de aquel día empecé a pensar seriamente en trasladar a la nube todos los archivos que produjera o que pudiera recuperar.

Quien quiera conocer la historia de mi traslado a la nube y de todas las experiencias que debí padecer pero también disfrutar, puede remitirse a las 8 entregas anteriores del Diario de un inmigrante digital de 61 años. Hoy me dedicaré a presentar el estado actual de mi experiencia que sin lugar a dudas valoro como totalmente positiva.

Aún a esta fecha del 2014 (Febrero 2) si en una reunión una persona está manipulando su celular o móvil, la gente piensa que está chateando o usando una función exclusiva del teléfono. Pues en mi caso el asunto es mucho más amplio: Puedo estar usando cualquiera de las cientos de aplicaciones que tengo en mi Samsung 3S mini que es ahora el dispositivo en el que prácticamente hago todo lo que antes hacía en mi PC o portátil y muchas cosas más.

Puedo estar en una reunión del Doctorado, o de mi trabajo, o de la organización comunitaria que estamos creando y en mi celular estoy transcribiendo las ideas principales, o consultando la última ley, o bajando un documento pertinente con el tema que tratamos. En mi celular prácticamente no hay nada. Solo aplicaciones pero éstas me permiten consultar mis archivos (Absolutamente todos están en Drop Box) o navegar por el mar de información de Internet.

Pero no uso la nube (en este caso el Drop Box) solamente para estudio o trabajo. Allí reposan tanto elementos de diversión personalizada como de la vida cotidiana: Cuentas, compromisos sociales o familiares, calendario de actividades etc.

Voy a mencionar a manera de ejemplo solo algunos de los servicios que mi pequeño Samsung en asocio con la nube me brinda: Asistencia virtual, calendario, Chat, Comunicador (WhatsApp, Viber, Hang out etc.), curso de inglés, Enrutador, explorador, gps, Lector de códigos QR, lector de textos, libreta de notas, libro de cuentas, libros, Mapas, Mensajero, navegador, procesador de texto, Reconocedor de canciones y de imágenes, Redes sociales, Teclado inteligente y ágil, traductor casi simultáneo, Tráfico, transcripción de voz a texto, reproductor de material audiovisual…

Otra gran ventaja del celular es que es más rápido para realizar las múltiples tareas de la vida cotidiana. Pero al estar en la nube ni siquiera es necesario un dispositivo personal. Si tienes todo en la nube puedes acceder A TODO LO QUE TIENES, desde un terminal de Internet cualquiera, bien sea un café Internet o un portátil o Tableta de una oficina o el celular de un amigo. La nube te da la garantía de que interconecta todos tus dispositivos y aplicaciones, pues las de unos se sincronizan con las de otros, sea la tableta, celular o inclusive cualquier computador.

Transcribo a continuación dos situaciones de mi diario en los últimos meses:

OCTUBRE 16
Estoy en Orlando en el parque Magic kingdom de Disney con mi hijo  de 10 años, estamos haciendo fila para una atracción; de pronto me entra un mensaje urgente: debo leer y adicionarle algunas cosas al informe final de la investigación porque si no se entrega mañana temprano se retrasará el pago y esto lo necesito con urgencia. Por supuesto que no tengo computador y la tableta la dejé en el hotel lo único de lo que dispongo el de mi pequeño celular y de 2 horas antes de que comience el espectáculo del Castillo de Disney.  Por fortuna tengo todo en la nube, tanto el informe final que me llega por correo como las adiciones o el texto de lo que debo agregar que lo tengo en el dropbox; El niño está con su mami y mientras ellos van a otras atracciones yo me siento cerca de un árbol en medio del bullicio de la gente a hacer el ajuste del informe final en mi pequeño celular.

NOVIEMBRE 2
Debido a que la tableta comenzó a tener problemas y no permitía trabajar las aplicaciones,  decidí formatearla y volver a las especificaciones de fábrica; la decisión no fue muy difícil porque realmente en la tableta no había casi nada, sólo fotos o vídeos. Subí las mejores a dropbox y en segundos quedo como nueva. Ahora la uso casi exclusivamente para leer o revizar material audiovisual. 

Nov 20
Sé que hay mucha gente que conoce bastante de la nube pero sinceramente creo que hay pocos que realmente están ya dependiendo solamente de un pequeño dispositivo como mi Samsung S3 mini porque entiendo que es muy difícil resolver todo lo que necesitas en el mundo a través de un aparato tan pequeño. Sin embargo, si dedicaran un poco de tiempo a conocer su dispositivo y explorar las infinitas posibilidades de la simbiosis de éste con la nube entrarían en esa experiencia cotidiana porque esto les resolvería de manera muy práctica todas sus necesidades. 

Diciembre 5
Después de haber abandonado el pesado computador de escritorio, incluso el portátil, pasé a la tableta pero esto me representaba cargar con ella en una maleta y de todas maneras eso era incómodo y más aún para sacarla en cualquier parte; ahora no tengo que andar con ella, pues llevo todo en mi pequeño celular y puedo usarlo  en un parque, una reunión de trabajo o en una actividad cualquiera; es como si cargara con una potente computadora donde aparece todo, absolutamente toda la información que tengo: personal, familiar de trabajo y por supuesto todo el resto de la información del mundo. Al ver que ya uso poco la tableta y menos el portátil siento que el mundo completo está en mi celular.


Solo me resta por decir que ahora para lo que menos uso el celular es para hacer llamadas. La mayor parte de mis comunicaciones familiares o de trabajo ahora las hago por whatsApp u otros sistemas de comunicación que reemplazan el teléfono o el correo electrónico. Los dispositivos de comunicación e información a medida que se vuelven más complejos se reducen en tamaño hasta casi desaparecer. Es probable que en poco tiempo cuando escriba una entrega EXTRA de este diario, ya lo haga directamente desde mi cerebro, y desde una nube cada vez más vaporosa, sin usar ningún aparato físico. Nuestras neuronas y sistemas de comunicación más intangibles están empezando a extenderse más allá de nuestros cerebros hacia una inteligencia colectiva que va a incluir no solo personas sino también otros seres vivos y no vivos, máquinas, dispositivos y cosas. En la medida en que estemos más preparados con una práctica diaria en la nube, podremos movernos mejor en ese nuevo mundo; por todo eso no dudo en recomendar a tod@s esta experiencia.

(Para conocer las anteriores entregas vaya a: Diario de un inmigrante digital de 61 años)

2 comentarios:

  1. Chepe Muy interesante tu tema. Yo uso ese medio desde hace rato y ya ni fotos tengo en ningún equipo.
    De modo que ojalá todos se animen y se acojan con estas nuevas tecnologías.

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  2. Gracias por comentarnos tus experiencias. Un abrazo.

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