En una entrada anterior vimos la sutil diferencia entre Reciclable y Reciclado. Hoy quiero hablarles sobre mi experiencia y percepción del tema. Hace aproximadamente dos años y medio se reciclan de manera formal y permanente los residuos que generamos en mi hogar. No fue fácil. Hace 10 años me gradué como Ingeniera Ambiental y Sanitaria, he realizado diversos planes para el manejo de residuos a nivel industrial y municipal, he desarrollado metodologías para ayudar a las empresas a detectar donde es posible reducir la generación de residuos e implementar programas para el manejo integral de los mismos, y solo hasta hace dos años y medio logré hacer del reciclaje en hábito en mi hogar.
Parece paradójico, sin embargo, no lo es tanto. Porque a pesar de que mi conocimiento frente al tema pudiera ser un poco mayor que el de otras personas, el paradigma es el mismo. Dicho paradigma radica en tomar acción solo hasta que exista una norma que nos exija llevar a cabo una determinada práctica y por ende a que exista la infraestructura necesaria para realizarla con el mínimo esfuerzo. Cuando nada de esto existe, las excusas son interminables: "es que no hay recolección separada", "¿Quién nos da las bolsas?", “¿Para qué reciclar si todo se va para el relleno?
Lo más curioso de esta situación es que por esas fechas estaba desarrollando una estrategia para que las empresas comenzaran a implementar estrategias voluntarias para el cuidado del medio ambiente más allá de la norma. Y entonces me di cuenta que el viejo refrán de que en "casa de herrero, azadón de palo" era más que cierta.
Entonces me propuse a reciclar aunque no existiera una norma ni una infraestructura formal. En mi casa somos solo tres y sin embargo no fue tan sencillo que todos acogiéramos por consenso la decisión de llevar a cabo esta actividad de manera continua, como tampoco lo fue tener éxito en un adecuado reciclaje. Ahora imagínense poner de acuerdo a una ciudad entera.
El reciclaje en mi hogar se llevó a cabo por prueba y error. Les contaré el primer intento que realizamos y cómo éste nos ayudó a seguir el proceso adecuado a seguir.
Primer intento
1. Separar los residuos:
Aunque parece lógica, fue una de las cosas más difíciles, porque aunque se tuvieran los recipientes para la disposición separada de los mismos, uno siempre tiene la tendencia a llevar a cabo los viejos patrones de conducta. Cada vez que veía un recipiente en el lugar equivocado le decía y le explicaba y le volvía a decir a cada uno de los miembros de mi familia, que ya no se mezclaban los residuos que debían separarse. Fue entonces cuando me di cuenta que a los seres humanos no nos gusta que nos den sermones y que cuando no hacemos una actividad que parece sencilla, no es que no entendamos, sino que simplemente no queremos.
Entonces, opté por no decir más y dado que no podía sacar una norma (quién le va a poner normas a los papás), entonces opté por aplicar aquel precepto de un viejo sabio: “que cambie yo, para que cambie el mundo”. Fue así que no dije más, y cuando veía algún residuo reciclable mezclado lo sacaba y lo depositaba en el recipiente adecuado, algunas veces el material no se podía recuperar porque se impregnaba con la humedad de los residuos orgánicos y tocaba dejarlo allí (esto sucede principalmente con el papel y el cartón).
Después de un tiempo, tal vez porque la mejor educación es el ejemplo o simplemente por remordimiento de verme escarbar todos los días la basura para separar los residuos, comencé a ver resultados.
La separación de residuos ya era un hecho!!!!!.
2. Buscar quién se llevara los residuos
Si bien, no existe una infraestructura formal para la recolección de residuos en la zona donde vivo, es común ver a los recicladores informales detenerse ante las bolsas de basura para sacar cualquier material que pudieran vender para su sustento diario. Hablé con uno de ellos y le pregunté que si recogía toda clase de material y me dijo que si, que ese era su sustento. Entonces le dije que llegara a la casa todos los jueves y que se llevara los materiales reciclables.
Ya tenía quien me recogiera el material reciclable!!!!!
3. Un final no muy feliz
Todo parecía perfecto, por un lado estaba cuidando el medio ambiente y por el otro estaba aportando un granito de arena ayudando a una persona a con su sustento…..
Nada más alejado de la realidad.... Hice todo el proceso y no funcionó. Qué pasó?
Lecciones aprendidas
Dicen que la opción más lógica no siempre es la verdadera y en este caso tenían razón. He aquí las consecuencias del aprendizaje:
a. No todos los recicladores, se llevan todos los residuos reciclables
Cuando empecé con el reciclaje y contacté a una persona para que se llevara los residuos, me di cuenta que ella escogía entre los plásticos que le daba, se llevaba unos y dejaba otros, lo mismo hacía con el papel. Al principio me molesté, sin embargo, caí en cuenta que ésta persona recibía todo por miedo a que si me decía que no recogía de todo, yo no le entregaría los residuos. Entonces le pregunté que tipo de residuos se llevaba y por qué, a lo cual me contestó que el sitio donde vendía el material solo comercializaba dos tipos de plásticos. Lección aprendida # 1: Hay que garantizar que los residuos tengan el destino final que deben tener al separarlos
b. Los residuos reciclables no vienen limpios.
Es muy sencillo llevar los residuos y ponerlos en una bolsa y desentenderse de ellos (a eso estamos acostumbrados desde siempre). Sin embargo, cuando usted deja una bolsa que contenía leche, aparte, las pocas gotas de la bolsa comienzan a descomponerse y si a esto le agregas una bolsa que contenía carne, a las pocas horas el olor es espantoso. Ni hablar de la apariencia y la proliferación de mosquitos y bacterias.
Hay edificios multiusuarios que tienen programas de reciclaje, entonces lo único que deben hacer es llevar la bolsa de basura al shut o al contenedor correspondiente. Sin embargo, yo vivo en una casa unifamiliar y debía quedarme con los residuos hasta que llegara el camión de la basura. Lección aprendida # 2: El reciclaje no solo significa separar los residuos, también hay que acondicionarlos
c. Los recicladores hacen una labor tan grande como compleja
Acostumbrada a meter la basura en una bolsita y desentenderme de lo que pasa, en los inicios de mi experiencia con el reciclaje, entregaba los residuos tal cual los separaba, con los problemas que acarreaba el literal b. Y un día me di cuenta que la persona a quien entregaba la bolsa con el material reciclado al principio lo recibía, escogía y se llevaba lo que necesitaba. Luego abría la bolsa y la dejaba allí. Teniendo en cuenta mi experiencia ya sabía por qué. Lección aprendida # 3: Que el reciclaje sea un trabajo digno depende en gran medida de nosotros los consumidores:
Con estas lecciones aprendidas siguieron otros intentos que perfeccionaron el primero. En la actualidad el proceso es el siguiente
Proceso de reciclaje actual
1. Acondicionar los residuos reciclables
Como ya sabía que no solo basta con separar entonces me dí a la tarea de acondicionar los residuos. Por ejemplo, a las bolsas de leche las rompo por las esquinas y las limpio con un poco de agua. Las bolsas de carne tienen el mismo proceso con un poco de desinfectante (en mi casa utilizamos un desinfectante libre de cloro, amigable con el ambiente). Estas bolsas las dejo secar una o dos horas en el lavadero antes de disponerlas. Algunos envases como el de queso simplemente le paso una sevilleta húmeda.
2. Disponer los residuos
Una vez acondicionados, ya se pueden disponer en sus respectivos recipientes.
3. Garantizar que los residuos reciclados tengan un destino adecuado
Teniendo en cuenta que no todos los recicladores informales recogen todos los residuos que uno genera y que generalmente donde hay uno hay más, pregunté a la primera persona con quien me contacté, que tipo de residuos se lleva. Esto lo hice con dos personas más. Afortunadamente esto fue suficiente para abarcar todos los reciclables que genero en mi hogar. El problema de este proceso es que como el reciclaje es informal, entonces las personas no siempre pasan, sin embargo, como mis residuos están acondicionados adecuadamente, pueden quedar durante un tiempo almacenados sin riesgos estéticos o de salud para la familia. O le pregunto a otra persona si se los lleva y listo.
Conclusiones
Parece un proceso complejo, sin embargo, es más fácil de lo que parece. Es como cuando usted empieza con un deporte o un ejercicio matutino. Al principio es difícil levantarse temprano y salir a trotar, cuando podría quedarse 15 minuticos más en la camita con las cobijas calienticas. Al principio le parece imposible que algún día pueda tocar sus pies con la punta de sus manos o trotar más de 5 minutos seguidos. Sin embargo, empieza, poco a poco y al final se da cuenta que si puede y que lo disfruta, que su salud está mejor que se ve más joven y con más vitalidad, que duerme mejor y que está haciendo algo bueno por usted.
Solo tiene que intentarlo, no le garantizo que le funcione a la primera, ni si quiera que logre convertirlo en un hábito, sin embargo, lo que si le puedo asegurar es que es muy gratificante hacer algo no porque alguien se lo exija, sino porque usted sabe que está bien, que está colocando su granito de arena por un mundo mejor y está haciendo del trabajo de alguien un oficio digno.
Si quiere saber más sobre el reciclaje en su ciudad diríjase a la alcaldía de su localidad y pregunte si hay programas de reciclaje. En Internet hay mucha información.(en otra entrada le proporcionaré enlaces interesantes sobre el tema). La autoridad ambiental de su municipio o ciudad también tiene mucha información al respecto.
No le de miedo preguntarle a los recicladores que circundan su barrio, se sorprendería de la calidez y ternura que puede llegar a encontrar. También puede encontrar algún cascarrabias, pero quién no se pone bravo cuando le hacen el trabajo más difícil de lo que ya es.
Si vive en una ciudad o lugar donde ya hay un programa de reciclaje o simplemente ya incorporó esta actividad a su vida cotidiana, está muy bien, significa que ya puede pasar al siguiente nivel. Este inicia con algunas preguntas, le presento solo cuatro:
- Puedo generar menos residuos?
- Será que en lugar de comerme las papitas, me como una manzana?
- Y si en lugar de aceptar la bolsa plástica del supermercado me llevo una bolsita de tela?
- Y si en lugar de comprar la botellita de agua, me llevo un termo?
Este artículo fue publicado por Maria Luisa Eslava en su blog Humanidad Sostenible
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