Resumen de un proceso en el que una comunidad recupera un bien público y análisis desde las herramientas de la Pedagogía del Caos.
Por
Luz María Gómez Resumido por: JV
Rubio
NOTA: Esta experiencia obtuvo premio en la décima
versión del Premio Planeta Azul por ser “claro ejemplo de cómo una buena
gestión comunitaria logró con ayuda de entidades públicas, recuperar y
conservar uno de los humedales más importantes del distrito”.
PERMANECER
ES SER PARTE ACTIVA DE LA HISTORIA
Transcurría la vida en el humedal de Córdoba, sin
una clara conciencia de su valor por parte de propios y extraños, aunque
apreciado desde fuera por la belleza que insinuaba, como pasa tantas veces con
la vida cuando, en 1998, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá
(EAAB), anunció a la comunidad su proyecto ya contratado “Rehabilitación de las Zonas de
Ronda y Zonas de Manejo y Preservación Ambiental del Humedal de Córdoba.”
Grandes pplazoletas esquineras con mobiliario y diseño
urbano, un árbol aquí, otro más allá, ciclorrutas con una cinta de asfalto y
otra de adoquines de casi dos metros de ancho cada una, 1000 luminarias, la
adecuación de un gran embalse y la tala de 1040 árboles, muchos de ellos
sembrados por la comunidad.
A todas luces, el proyecto no representaba una
solución efectiva a los problemas del humedal; la mala calidad de sus aguas aferentes
no se resolvía y, por tanto, la reducción progresiva del cuerpo de agua y del área inundable se mantenía, lo mismo que el
deterioro de sus estructuras hidráulicas y la pérdida de
sus cuerpos lagunares;
los desechos sólidos lo seguían invadiendo, lo mismo hacían los depredadores
de Fauna y Flora; el
impacto del tráfico sobre el humedal no se superaba y, más
grave aún, se iba a presentar un incremento significativo de la gente que
quería pasear por la ciclorruta en busca de esparcimiento. Dicha carga sobre el
ecosistema auguraba un peligroso impacto: gente que pisa, habla, corta flores y
roba nidos, interrumpe la dinámica propia de un ecosistema impidiendo, por
ejemplo, el apareamiento y el cuidado de los polluelos.
Los
vecinos se pusieron en alerta. Para unos era una bendición, claro, los blancos
tenis de antes, ahora los Nike, se ensuciarían menos y los ciclistas estaban
felices de pensar que podrían recorrer el parque de oriente a occidente, dado
que al integrarse con la represa de San Rafael y el río Bogotá, se convertiría
en el “Parque lineal más grande de Latinoamérica” ¡Uy!. Ahora seremos
importantes, pensaron algunos; el estado físico mejoraría significativamente,
tal vez, hasta motociclistas, zorreros y comerciantes lo vieran como una gran
oportunidad para participar en la mejora de la economía del país, el TLC estaba
ad portas. El humedal en sí importaba poco.
Caminaba
recién pensionada todas las mañanas con mi amiga Fabiola Cuéllar por el
humedal; habíamos conversado sobre el proyecto de la ciclorruta y, de pronto,
se detiene, mira por encima del contaminado canal hacia el humedal cubierto de
lodo y plantas invasoras y me dice, acabo de tener una visión. La miro
intrigada. Sí, acabo de ver un lago grande y transparente, los patos nadando
felices y las aves posadas en las copas de los árboles, cantando a nuestro
paso. Dije, ojalá, sea así el resultado de la tarea que nos hemos propuesto y
deseé con el alma que su sueño se hiciera realidad.
Durante
las mismas caminatas aprendí tai chi chuan con una generosa vecina. Al terminar
la sesión, siempre meditaba a la sombra de un pino, un día, ¡oh, sorpresa! El
árbol tenía un número, investigué y descubrí que era un INRI, estaba destinado
a ser talado para dar paso a la ciclorruta, lo abracé y prometí hacer lo que
estuviera a mi alcance para impedirlo.
Pasó
el tiempo y poco a poco, en sutil aprendizaje, el humedal, como
todo buen maestro enseñó, con amorosa paciencia, la particular naturaleza de
cada uno de sus habitantes y la suya propia; que a él es más fácil que le
entren materiales a que salgan, por su tendencia a acumular sedimentos: materia
orgánica, nutrientes, contaminación, lixiviados, todo, será recibido en su
generoso corazón.
Enseñó,
también, que si se le suspenden las entradas de agua fallece y si se le inyecta
agua contaminada, envenenada, sus enfermedades no demorarán en expresarse en
olorosos síntomas, sus amados hijos, también, morirán.
Fueron más sus lecciones. Un árbol caído, no es sólo
para hacer leña o muebles; sirve de alimento y abrigo para insectos y
microrganismos ¡Agáchese y mire! Se sorprenderá de sus infinitos ocres
mezclados con los casi blancos verdes de sus hongos y los sutiles movimientos
de los insectos que le dan nueva vida “La naturaleza es sabia”; Un árbol de pie
es dosel y cuna protectora para pichones nativos y migratorios, taller de
carpintero, carajo del gavilán maromero que otea el paisaje para descubrir el
alimento que corre y venirse en picada, con genética habilidad, para
sorprenderlo y asegurar así su subsistencia, eterno juego de la vida, intento
vano de los humanos para hacerlo sólo y por sí mismos
La tala de más de mil árboles, excusada en su
naturaleza foránea de urapán o eucalipto, como lo determinaba el proyecto,
podía haber hecho que hoy, las ciento dieciocho especies de aves avistadas y
reconocidas por la ABO, Asociación Bogotana de Ornitología y otros observadores
independientes que lo han visitado, no nos pudieran mostrar sus bellos colores
y se hubieran tenido que ir con su música a otra parte.
No sería el AICA, Área de Importancia para la
Conservación de Aves, reconocimiento que le fue dado por el Instituto de
Investigaciones Biológicas Alexander Von Humboldt y BirdLife International, que
es hoy. Tampoco podrían recolectar las sesenta unidades de polvo que son
capaces de retener los árboles frente a las diez y seis que logra el pasto
Comprendida la lección, los vecinos decidimos
convertir en proyecto de vida la defensa del humedal de la intervención que
pintaba bonita, pero no resolvía sus verdaderas necesidades,
A
diferencia de otros movimientos, ésta no fue una lucha, una pelea cuerpo a
cuerpo, esa donde si tu ganas yo pierdo. Queríamos un acto creador, no uno de
muerte; un acto que fuera, para los que en libre ejercicio de su autonomía,
decidieran participar, ser parte activa del universo que es un humedal,
sabíamos que “Todo está conectado con todo, todo va a alguna parte y ninguna
opción para mejorar puede resultar gratuita.” El humedal, el gran maestro, lo
repetía con cada sonido, color, olor, con cada pringamoza que, al ser tocada en
acto de descuido, enseña con dolor el costo de respuesta que el amor lleva
implícito
UN VALOR DE OPORTUNIDAD BIEN
APROVECHADO
El
proyecto ya estaba contratado, casi cuatro mil millones de pesos costaba conectar
el humedal de Córdoba al parque lineal; hacer dar marcha atrás, no era fácil;
había que concebir una estrategia inteligente, esa donde todos ganan, y así,
se decidió de común acuerdo, el
beneficio era claro. No era cosa de defender sólo a los pajaritos, como se dijo
por ahí; no hay borrón y cuenta nueva cuando estas señales son
ignoradas y no reciben la debida atención. Así lo entendimos los vecinos del
humedal y prestamos atención.
Año y medio necesitó el barrio de Niza Sur para
organizar su Junta
de Acción Comunal, prepararse para afrontar el problema y aprovechar la
oportunidad de defender al vecino. Una vez formalizada, se creó el comité
ecológico, se consolidó el proyecto ambiental, y con este la defensa del
humedal de Córdoba. Vinieron luego asesores, desde la Conejera, el humedal
mejor conservado de la ciudad; Myriam Luján, y yo llegamos después, desde
Pontevedra, a apoyar el proceso. Vinieron muchos más.
Marco
Antonio estuvo tras las oportunidades que brindaba la Academia, la Universidad Nacional
fue su aliada, y con ella llegó el Maestro Thomas Van Der Hammen (Q.E.P.D.)
a compartir su sabiduría. Diana y sus
binóculos nos hicieron ver más lejos y comprender que hasta la forma de vestir
impacta la relación con las aves: el rojo y el amarillo déjelos en el closet;
hay que camuflarse de café, de verde, de ocres, decía. Klaus rescataba de los
viveros valiosas especies de árboles nativos que esperaban, cual niño de
orfanato, ser adoptados y regresar a un hogar maternal; con el tiempo, poco a poco,
se constituyó un equipo interdisciplinario, ad honorem, intergénero e
intergeneracional de carácter permanente, que hasta el día de hoy
subsiste.
Había
que ir juntos por la joya de la corona, el arca, el grial, la defensa del
humedal de Córdoba. Y, si tuvimos diferencias, sin lugar a dudas, las
superamos. Sabíamos que íbamos
a enfrentar aguas bravas, altas cumbres, el camello iba a ser duro, la
disciplina indispensable, pero la teníamos.
“Sólo
se defiende lo que se ama y sólo se ama lo que se conoce”, así
que, el primer bus que tomamos fue conocer a pie el humedal. Invitamos a los
vecinos a acompañarnos, a recorrer sus caminos vírgenes de cemento, a reconocer
la huella del andar lento, a disfrutar sus sorpresas, a conocer sus aves
acuáticas y de bosque, sus árboles, los espejos de agua, las ranas, los curíes.
Algunos iban a reconocer sus problemas, sus puntos críticos, los barrios
vecinos, la cuenca aferente, sus límites y los nuestros, lo aceptable y lo
inaceptable.
Fuimos varias veces, solos y acompañados; vecinos
mayores nos mostraron lo que debimos haber visto si lo hubiéramos pintado hace
sesenta años, los que lo conocieron cuando aún se pescaban capitanes en sus
aguas. Los niños y las niñas nos mostraron el valor de la sorpresa, los adolescentes
y las adolescentes lo que significa pensar en grande. Terminadas las visitas,
pintamos en pasado, en presente y en futuro. Pintamos cómo se vería si
uniéramos la fuerza de nuestras emociones e inteligencias en su defensa y
protección, soñamos el resultado del trabajo que estaba por realizarse, la
palabra fue nuestro aliado. Recordamos a Anthony de Mello quien decía que,
cuando un ser humano tiene un sueño, el universo se confabula para hacerlo
realidad. Decidimos poner a prueba su teoría.
Álvaro Velasco de Fundaminga, nos enseñó cómo
cartografiar el territorio desde la emoción y el saber que da conocerlo porque
se lo ha recorrido palmo a palmo; Myriam prestó su casa; todos llevamos
pasabocas para endulzar las reuniones. El sueño colectivo “La conservación,
protección, recuperación y rehabilitación del humedal de Córdoba, nuestro
vecino” emergió como ave fénix de una cartulina, pintada por las manos de
todos, con los colores de la esperanza, guiadas por la magia de los sueños
individuales.
Y de la cartulina surgieron aves volando por la
ciudad para venir a buscar refugio y comida entre sus verdes bosques; bandadas
de patos migratorios volando en vistosa V, con sus ocres y deseos a cuestas;
tinguas azules, tinguas de pico verde, amarillo, rojo, celebrando que la
bogotana ya no está en peligro; árboles mayores viviendo hasta cuando los más
jóvenes hubieran aprendido qué es la vida y cómo disfrutarla “a lo bien”; el
agua transparente dejando ver, en el fondo del vaso, las juguetonas y casi invisibles
pulgas de agua; mariposas de todos los colores y libélulas azules mostrando que
sólo pueden vivir donde hay salud ambiental; seres humanos caminando lentos
como cuando se visita un lugar sagrado y se comprende su esencia.
Había que empezar por el principio, la
descontaminación del agua, sin la cual toda intervención sería insuficiente. Un
japonés, Masaru Emoto nos enseñó que las ideas y las palabras ayudan al agua a
curarse, a recuperar su belleza, somos iguales a ella, aunque distintos,
algunos, no lo creyeron posible, nosotros queríamos demostrar que sí.
CIEGA LA LEY AYUDÓ
El
bebé nació parado, buena suerte, dicen. En 1971, la comunidad internacional con
la Convención de Ramsar, tratado intergubernamental sobre los humedales de
importancia internacional, dio el primer paso para reparar, en algo, el daño
que les ha causado la humanidad. Nuestra Constitución del 91, La ley 99 de
1993, política
ambiental colombiana, es
especialmente generosa con la vida. La Declaración de Río de Janeiro de junio
de 1992, sobre Medio Ambiente y Desarrollo. El POT, Plan de Ordenamiento
Territorial, también puso su granito de arena: declaró el humedal de Córdoba
como parte del sistema de Áreas Naturales Protegidas del D.C., el apellido
permitió salvarlo; hay niños tan de buenas que eso los salva, al humedal
también.
Con
tan buenos augurios, la JAC de Niza Sur se le midió al proceso de iniciar una
Acción Popular y la buena suerte siguió presente; uno de los vecinos del
humedal en Niza, socio de un Bufete de abogados, ofreció sin costo la
asesoría necesaria para redactar, interponer y hacer seguimiento a la demanda
de Acción Popular, la cual radicó el 27 de noviembre del año 2000 en el
Tribunal de Cundinamarca.
Vecinos,
Academia, organizaciones ambientales e Instituciones del Estado, se hicieron
parte del proceso. Los profesores Thomas Van Der Hammen y Gary Styles de la ABO, Asociación Bogotana de Ornitología, aportaron al proceso de Acción Popular las pruebas
necesarias para evaluar desde su sabiduría el impacto del proyecto de la EAAB
en el ecosistema; el Comité Proárbol, con su apoyo directo a la
acción popular, facilitó el acercamiento con la oficina delegada para el medio
ambiente de la Procuraduría General de la Nación y mostró lo que un árbol, un
bosque, significan para la vida del humedal; el Concejo de la Ciudad hizo un
debate sobre la importancia de la conservación de los humedales; El Consultorio Jurídico de la
Universidad del Rosario y la Fundación Amigos del Planeta, coadyuvaron la
Acción Popular; la Fundación la Conejera, fue definitiva para comprender lo que
se defiende cuando se defiende un humedal. La Red de Humedales de la Sabana de
Bogotá, desde todos sus nodos, apoyó el proceso en diferentes espacios y
momentos.
Para
una audiencia pública en Suba, preparamos una ponencia donde expresamos nuestro
compromiso con las generaciones actuales y futuras, reconociendo que la paz,
que todos anhelamos para el país, también, se construye con la naturaleza: La
bioética debe primar frente a la estética del ladrillo y el cemento. La
naturaleza tiene un lenguaje que debe ser comprendido, si queremos seguir
existiendo. La conservación de la diversidad de la vida en los humedales debe
primar sobre los usos recreacionales. Recuperar y conservar los humedales es
asunto de vida, debemos recuperar el legado de la sangre indígena que llevamos
en nuestro mestizaje.
Fundamental
fue el apoyo de la Dirección de Ecosistemas y de la Oficina de Humedales del
Ministerio de Ambiente así como el de la Oficina Delegada para el Medio Ambiente
de la Procuraduría General de la Nación, como Ministerio Público, quienes
suscribieron, a solicitud de la Magistrada, conceptos técnicos que resultaron
favorables para el humedal y su conservación; de igual manera, se hicieron
presentes, la Defensoría del Pueblo como garante de los derechos colectivos,
apoyando el proceso desde el inicio hasta la elaboración del Plan de Manejo
Ambiental (PMA). Todos éstos organismos del Estado fueron solidarios con la causa, al constatar que
el proceso estaba basado en argumentos técnicos, científicos y jurídicos y se
podía demostrar que las obras en el humedal, desconocían la normatividad
ambiental vigente y ponían en riesgo el equilibrio natural y la supervivencia
del ecosistema.
El proceso fue rápido; el 27 de julio de 2001 el
Tribunal de Cundinamarca falló a favor de la Junta de Acción Comunal de Niza
Sur y condenó a la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá por
desconocer los derechos colectivos citados. El fallo sentenció:
"1.1. ORDÉNASE a la EMPRESA
DE ACUEDUCTO Y ALCANTARILLADO DE BOGOTA, no iniciar las obras para la
"Rehabilitación de las Zonas de Ronda y Zonas de Manejo y Preservación
Ambiental del Humedal de Córdoba",
La EAAB apeló ante el Consejo de Estado y éste lo
ratificó en segunda instancia el 20 de septiembre de 2001.
El
éxito, como buen maestro que es, fortaleció el aprendizaje; sin embargo, para
sostener los resultados logrados y hacer realidad los que faltaban, había que
diseñar estrategias que lo hicieran posible, a partir de reconocer el desfase
entre lo logrado y lo aún requerido. Queríamos cuidar la identidad del humedal,
hacer realidad el sueño pintado.
Poco
a poco y durante la marcha, fuimos desarrollando cuatro estrategias que
entrelazadas, cual la trama de un canasto, permitieran atender los cuatro ejes
de la solución al desfase encontrado entre lo propuesto por el proyecto del
Distrito y lo que deseábamos conservar, proteger, recuperar y rehabilitar. Esos
ejes fueron: el jurídico, el público administrativo, el técnico ambiental y el
socio cultural.
La
acción judicial no terminó con la ratificación del Consejo de Estado.
Legalmente la EAAB podía recurrir a otras instancias, como efectivamente lo
hizo con el aval del DAMA, a realizar una muestra física de lo que sería la
obra contratada, la ciclorruta, buscando, tal vez, mostrar a los vecinos cuán
equivocados estaban al impedir obra tan importante. Esto provocó eso sí que la
JAC de Niza Sur, el 11 de diciembre de 2002, demandara a la EAAB por Desacato
al fallo de Acción Popular; las pruebas determinaron que el Tribunal de
Cundinamarca la condenara el 21 de marzo de 2003. En la apelación, el Consejo
de Estado ratificó el fallo.
Con
el cambio de Alcalde Mayor en el año 2005 y el nombramiento de nuevos
funcionarios en la EAAB se presentaron las condiciones necesarias para iniciar
el proceso de Concertación que se dio inicio oficial 5 de julio de 2005 entre
la EAAB y la JAC de Niza Sur.
PARA CREER, VER, OLER, OIR, GUSTAR, SENTIR
Lo
primero, entonces, fue ponernos de acuerdo; generar un campo de sincronicidad
con la EAAB y los demás participantes. La EAAB tenía a cargo la administración
del agua de la ciudad. Conservar, proteger, recuperar y rehabilitar el humedal
de Córdoba era también parte de su responsabilidad; esto facilitó la tarea,
teníamos algo muy importante en común.
El agua fue el eje principal de la Concertación,
había que mejorar la calidad del agua que llega al humedal de Córdoba hasta
hacer posible la recuperación de su fauna y flora acuática, aumentar su diversidad
y controlar los problemas de salud pública consecuentes a su contaminación.
Para garantizar la recuperación, efectiva y eficaz del humedal, era clave
descontaminar los colectores de agua lluvia que alimentan su zona pantanosa y
las quebradas que le llegan a través de los canales y que en invierno se
desbordan hacia el humedal.
Caminamos con los funcionarios del Acueducto los
cerros en busca de la quebrada madre que aportara su limpia agua, la
encontramos, Santa Bárbara, curioso que su nombre haga referencia a quien
representa simbólicamente la resurrección, la inmortalidad, lo que queríamos
que ocurriera con el humedal de Córdoba al llevar sus aguas hasta las dos zonas
fuente y así potenciar su biodiversidad.
Mediante
un sistema de conducción instalado en la estructura del canal Molinos, se trajo
hasta el humedal 3 lt/Sg de agua cristalina, el cual se divide en dos ramales,
uno que llega al sector dos y el otro al sector tres del humedal. Desde
entonces, ingresan al humedal diariamente dos toneladas métricas de agua
limpia. El resultado no se hizo esperar, mejoró la calidad del agua en los
puntos de llegada, se ha evidenciado menor turbiedad y disminución de
sedimentos, aumentó la presencia de invertebrados acuáticos y con ello el
alimento de la fauna acuática.
Actividades
de grupo, caminatas, ejercicios de cartografía social, reuniones
informativas, conteos de aves, recolección de basuras, siembra de árboles,
infogramas y material de divulgación, talleres de formación, juegos,
exposiciones de arte y de trabajos realizados, talleres de cuento y pintura,
vincularon todas las edades, géneros y niveles de educación, para lograr que en
la práctica mejoraran conceptos, actitudes comportamientos y resultados.
Mantener informados y actualizados a los Medios de Comunicación y participar en
sus programas y entrevistas respecto de los avances logrados y las
circunstancias que ponían en peligro el propósito colectivo, fueron claves como
estrategia de cuidado.
Los
resultados de las estrategias aplicadas han sido: El proceso mismo de acción
popular; la firma del documento de Concertación; el Plan de Manejo Ambiental;
la veeduría ciudadana y el seguimiento realizado desde el principio y hasta la
fecha, individual y colectivamente sobre el proceso; frenar la intervención con
diseño urbano del humedal y lograr que se cambiara por la recuperación de la
calidad del agua y la protección de la vida que guarda; consolidar el trabajo
de siembra de árboles nativos, iniciado en la ronda del barrio Niza Antigua por
sus vecinos, resultados que son motivo de orgullo ciudadano.
Otros
resultados fueron consecuencia de los anteriores: el aumento en el número de
especies de aves, que pasó de 49 en 1998 a más de 118 en 2005; contar con una
mayor diversidad de hábitats para la fauna; una mejor protección para el
ecosistema acuático; donde ingresa, el caudal ecológico aumentó la
transparencia del agua y se degradaron sus lodos: un microclima que disminuye
la temperatura y la evaporación del agua; un aumento de la humedad relativa y la
retención de agua lluvia, factores significativos para reducir el calentamiento global. La fiebre se puede controlar, sabemos sus
razones.
El
cerramiento perimetral del humedal en su límite con la avenida Córdoba es un
hecho digno de hacer resaltar, lo mismo el haber logrado que el humedal contara
con administraciones idóneas,
Después
de 10 años de proceso, incluido el jurídico, se ha mejorado la visión de
humedal y creado valores consecuentes a su necesidad y naturaleza. Se
cambia el cemento, el adoquín, la tala
de árboles, la ciclorruta y la contaminación del agua por soluciones más
efectivas y eficaces, de calidad, en relación con la conservación, protección y
rehabilitación del humedal, soluciones más respetuosas con la vida.
La
educación ambiental, también, ha tenido su espacio, la administración del
humedal se hizo cargo, en buena parte, de esta tarea, sin causarle sobrecarga
al sistema por parte de quienes lo visitan, dada la regulación mantenida. Las
personas que guían las visitas, enseñan sobre lo que es el humedal, sus
características y la forma como puede cuidarse y protegerse. Es emocionante ver
la alegría de los niños y las niñas que lo visitan y descubren, a la vuelta de
la esquina de sus casas, tanta riqueza, tanta belleza.
Se
ha incrementado la recreación pasiva y
la comunidad, de manera voluntaria, ejerce el control de la recreación activa
que, en ocasiones, se intenta realizar. Los ejercicios de recolección de
basuras al interior del humedal se hacen cada vez más innecesarios
La
Policía Nacional, ahora organizada por cuadrantes, ha mejorado sin lugar a dudas
su participación en el cuidado y vigilancia del humedal y ha logrado modificar,
en cierta medida, la percepción de inseguridad que se tenía respecto del
ecosistema.
Quienes
lo visitan con frecuencia o quienes lo hacen ocasionalmente, dejan sentir al observador,
que están ingresando al ecosistema como si entraran a territorio sagrado. Los
espíritus de nuestros antepasados muiscas deben estar sintiendo un gran alivio,
el humedal también, tal vez por eso el concierto que ofrecen sus sonidos
permiten recrear los sentidos y fortalecer la comunicación con el visitante
para hacerlo sentir parte constitutiva del ecosistema.
ORGANIZACIÓN, EL SECRETO
El
proceso de defensa del Humedal de Córdoba, es un modelo de participación
ciudadana que ha logrado demostrar cómo, con perseverancia, solidaridad,
inteligencia colectiva y un propósito común claro y explícito, se puede hacer
realidad el mandato Constitucional sobre el valor que tienen los derechos
colectivos para proteger la vida, lo fundamental.
Crear sinergia positiva que atienda las
necesidades sentidas por todos, requiere organización, saber hacerlo, no es
tarea fácil. Tejer organización es una labor del pensamiento de muchos que,
como hilos de colores, plasman con cada unión una trama que, poco a poco, en
cada vuelta, con cada conversa, le va dando sentido al trabajo realizado en
conjunto.
Fuimos, como la araña, tejiendo la red, lentos, pero seguros de que cada
hilo quedara bien anudado y centrado. El diseño dependía de los resultados de
las acciones. Sabíamos lo que queríamos. Aprendimos tejiendo, nos hacemos
cocineros cocinando.
Implícita
o explícitamente aprendimos que en la red cada nodo, persona o grupo, detenta,
cumple, una función, inevitablemente imbricada con todas las demás, para
permitir el cumplimiento de la Misión y la consolidación de la Visión colectiva
acordada. Concretarlas, se impone reconocer que todas las funciones son
importantes y no se depende de un líder central; en ese sentido, no existen
relaciones jerárquicas sino acción o acciones que al ser realizadas de manera
eficiente y eficaz, favorecen cumplir con la función y a su vez contribuir a
concretar el “Bien Común”. El nodo o persona que tenga la mejor disposición o
habilidad para comandar la acción o las acciones necesarias en un momento dado,
como en el caso de las bandadas de aves, asumirá el respectivo rol, el cual
puede ser asumido por otro nodo, nodos o personas, cuando las condiciones así
lo requieran.
Esta
fue, tal vez, la tarea más difícil de sostener por la falta de experiencia
cultural al respecto. La sociedad sobrevalora a los caudillos, a los líderes.
Siempre nos preguntaban lo mismo ¿Y quién es el líder? Ninguno, contestábamos.
No podían creer que una organización
pudiera existir sin liderazgos expresos. No los necesitamos, todos y todas
sabemos lo que hay que hacer, porque queremos lo mismo. Queríamos promover un
cambio cultural: valorar, como hace la vida, la solidaridad creativa, la que ha
permitido la evolución, la co-evolución. Queríamos una acción colectiva virtuosa,
coherente con la causa de la vida.
Factor
esencial del trabajo en red es que la carencia de recursos económicos no
detenga la acción. El trueque, el trabajo ad hoc y ad honorem, fueron elementos
esenciales para el éxito del proyecto, siempre pobre en recursos. Un proyecto
como el del Humedal de Córdoba, hubiera sido prácticamente imposible sin las
condiciones anteriores y si esas mismas condiciones no hubieran llevado a
conseguir que las instituciones responsables de cumplir la función que les ha
sido encomendada por el Estado al respecto, presupuestaran e hicieran el gasto
necesario para desarrollar los proyectos que el humedal requería para su
protección, conservación, recuperación y rehabilitación.
Comprobamos
que la inteligencia colectiva es siempre mayor que la individual. Entre más
miembros conformen una red, mayor es la inteligencia disponible para aprovechar
oportunidades y controlar amenazas; responder ante la incertidumbre.
Las
redes que son tejidas como los nidos de los pájaros, acunan la vida, las que
son tejidas como telas de araña aseguran el sustento, las mochilas conservan lo
contenido, la sabiduría. Los resultados aquí expuestos son producto del tejido
realizado con y por el territorio, son efecto de la amorosa trama de relaciones
que acuna, asegura, conserva y protege lo bien amado. La vida sabe de
solidaridad, de colaboración, es su esencia, ella es sabia, ella enseña, los
seres humanos somos seres vivos, luego somos capaces de solidaridad, de
cooperación. Con el proceso de protección, conservación y restauración del
Humedal de Córdoba queda demostrado que lo somos. Hicimos del derecho colectivo
una realidad.
ANÁLISIS
DEL PROCESO DESDE LAS HERRAMIENTAS DE LA PEDAGOÍA DEL CAOS
EL HUMEDAL ESTABA MURIENDO Y LA CIUDAD LO
HABÍA CONDENADO: ¿QUÉ FUE LO QUE HIZO POSIBLE QUE REVIVIERA?
Emprender una acción para salvar el humedal
de su propia descomposición y del Proyecto de parque en que lo convertirían era
a todas luces una aventura absolutamente temeraria y condenada al fracaso.
¿Entonces cómo se logró lo imposible?
En el texto que sigue se hace una lectura
del proceso llevado a cabo en la defensa y recuperación del humedal, mostrando
cómo al conjugar armoniosamente una serie de estrategias que coinciden con las
herramientas de la Pedagogía del caos, se imprime un poder incontenible que
logra que el proceso resulte exitoso. Para no alargar la explicación, solamente
se van a mencionar las herramientas pero se puede tener una reseña de ellas
visitando el texto: Herramientas de la
pedagogía del caos en: www.pedagogiadelcaos.com
AUTOCONSISTENCIA (Visibilización, Participación)
Al principio de la experiencia existía un
desbalance tremendo entre pocas personas dispuestas a defender el humedal y una
poderosa Empresa del Estado con todas las herramientas para sacar adelante el
proyecto. Pero a través del relato se puede ver claramente cómo van apareciendo
personas, instituciones oficiales y privadas, leyes, aves, Universidades, agua,
árboles, sentidos, paisaje, documentos… un sinfín de actores, factores y
elementos que poco a poco se van ensamblando en el proceso, co-creando una
nueva situación donde unos elementos sirven de sostén e impulso a los otros en
una especie de concierto donde todos los instrumentos participan aportando cada
uno su sonido particular.
La Autoconsistencia, como unión
participativa de todos los elementos presentes en un sistema o contexto (que
puede extenderse como en este caso hasta leyes internacionales y aves de otros
continentes), se va convirtiendo, a medida que crece, en una herramienta tan
poderosa que incluso puede llegar a incorporar al elemento que inicialmente
aparecía como un gigante; en este caso la Empresa de Acueducto de Bogotá.
Pero para utilizar todo el potencial de la
Autoconsistencia, en la experiencia del humedal recurrieron también a la
Visibilización: “Solo se defiende lo que se ama y solo se ama lo que se conoce”
La
visibilización se hace necesaria para visibilizar millones de elementos
intangibles que casi nunca se contemplan en un proceso. Indaga no solo sobre lo
presente sino el pasado e incluso el futuro; por eso recupera tanto la memoria
del territorio como las dinámicas que dibujan su futuro. En el caso del humedal
el instrumento que usaron para lograrlo fue la Poligrafía social.
AUTOORGANIZACIÓN y DINAMIZACIÓN
Unimos aquí
dos herramientas porque en la experiencia del humedal están muy ligadas, pues los
y las dinamizadoras actuaron todo el tiempo generando procesos de
Autoorganización.
Contrariamente a lo que parece, frente a líderes y
caudillos, tanto el poder de personas como de grupos y procesos se amplifica
cuando está distribuido. Si todo el peso de las responsabilidades y decisiones
recae sobre una persona o un grupo pequeño, estos en cualquier momento pueden
romperse o venderse por dinero o por presiones. Pero cuando las acciones,
tareas, decisiones… dependen de muchos más, parece que creciera con toda la
energía que le incorpora cada uno. En la
experiencia del humedal esta ha sido una de sus grandes fortalezas; Supieron
distribuir, alternar, dejar el proceso en manos de quienes correspondía en el
momento y lugar; no hubo líderes definitivos los actores aparecían en su
momento y eran de todo tipo: biofísico, humano, ambiental, legal…
AUTOPOIESIS
Esta no es una herramienta muy común en la mayoría de procesos
sociales, pues la autopoiesis es una característica específica de los procesos
biológicos: los seres vivos se autoproducen a partir de la autoproducción de sus
células. Esta es la esencia de la vida. En el caso del humedal hay un sustrato
biológico que si bien ha sido interrumpido en sus ciclos, a través de la acción
de la organización de vecinos recupera su dinámica. Y esta es quizá la mayor
fortaleza de la experiencia: Contaban con una fábrica milenaria que se movía
por sí misma. La tarea humana era reconectar el ciclo que se había suspendido y
esto lo lograron.
Pero
el acto de autoproducirse, que procede de fuerzas que se desencadenan desde el
interior del sistema, es también un acto de cognición. O sea que un organismo a medida que se
produce, vive; a medida que vive, conoce y a medida que conoce, aprende; esta
parece ser la historia del proceso del humedal donde no hay personas, leyes e
instituciones que se mueven por aquí y agua, plantas y animales que van por
otro lado. Todos se mueven, viven, conocen y aprenden en perfecta sincronía.
CAOS Y DESORDENAMIENTO. (La Perturbación)
Otras dos herramientas que en el caso del humedal aparecen juntas.
“Transcurría la vida en el
humedal de Córdoba…“ Así se inicia la descripción de la experiencia. Todo
parecía normal: vecinos, plantas, animales, agua, atrapados en la cotidianidad
sin caer en cuenta de que se mueven en el peligroso equilibrio de la muerte del
humedal.
Pero de pronto ocurre algo que
trastorna la normalidad: El anuncio de un Proyecto que convertiría el humedal
en un parque recreativo. Esta perturbación ocasiona diferentes reacciones que
generan un cierto caos porque dispara algunos grados de libertad en unas
personas que asumen el asunto como una misión para su vida. Son estas personas
las que se vuelven “desordenadoras” de la visión, actitud y comportamiento que
se tenía frente al humedal y del Proyecto que se avecina.
Si no se hubiera presentado el proyecto
del Acueducto es probable que el humedal continuara su declive. Entonces el
Proyecto adquiere el poder del desordenador que en este caso no genera un Caos
intenso pero si produce una reacción en algunos miembros de la comunidad que se
convierten en una de las subherramientas del Caos: la INFLUENCIA SUTIL. Allí comenzó a aletear la
mariposa que junto con el sueño de Fabiola produciría años más tarde la
tormenta de la conciliación amparada en la ley.
CONFIGURACIÓN
Configurar es
dibujar conjuntamente un sueño y esto se hizo de manera clara y contundente en
el proceso del humedal y fue tan delineada la imagen colectiva de ese sueño que
el resultado parece un espejo del original: “El sueño colectivo: La conservación,
protección, recuperación y rehabilitación del humedal de Córdoba, nuestro
vecino” emergió como ave fénix de una cartulina, pintada por las manos de
todos, con los colores de la esperanza, guiadas por la magia de los sueños
individuales”.
FLUJICIDAD
La experiencia
del humedal manejó flujos de información a todos los niveles y de una manera
pertinente: Fluía la información hacia las Instituciones, hacia los medios,
hacia la comunidad y de ellos regresaba convertida en energía. Brotaba del
humedal a través de sonidos, de colores, de misterio. Flujos de todo tipo hasta
llegar la corriente de agua permanente,
Fluyó la ley
desde todos los rincones de los códigos y fluyeron las ideas y las técnicas
para devolver la vida al humedal. En fin, si hay algo que se hizo muy bien fue
el destaponar los canales, desenredar los nudos que habían bloqueado la
corriente de flujos del humedal a su interior y en su relación con los humanos.
GENERADORES
Los elementos o situaciones que pueden generar acciones o reacciones no son
la mayoría de las veces evidentes; son efímeros y pueden estar ocultos o
invisibles. Hay que estar alerta, atentos para hallarlos: Un número en un árbol
puede ser su sentencia de muerte; polvo en su follaje no es mugre, es captura
de contaminación; “Sangrado,
vómito, dolor y fiebre, son señales de vida, aprender a comprenderlas y
respetarlas es asunto de vida o muerte. No hay borrón y cuenta nueva cuando
estas señales son ignoradas y no reciben la debida atención; así lo entendimos
los vecinos del humedal y este gran maestro lo repetía con
cada sonido, color, olor, con cada pringamoza que, al ser tocada en acto de
descuido, enseña con dolor el costo de respuesta que el amor lleva implícito”.
INCERTIDUMBRE
(Navegando en Estado de alerta)
Esta historia nació de interrogantes
¿Qué hacemos frente a este proyecto? ¿Será que se puede corregir cuando ya está
contratado? ¿Vale la pena meterse en problemas? ¿Si nos oponemos será que
después, alguien de la comunidad puede aspirar a desarrollar algún contrato con
el Distrito? ¿Puede la gente organizarse alrededor de un bien identificado y
aceptado como común y obtener resultados? ¿Es muy difícil? ¿Cómo se construye
“común-unidad”? ¿Qué es el bien común, por qué es importante pensar en él?
A estas y muchas otras preguntas se
enfrentaron los diferentes equipos que actuaron en este proceso. Se nota lo
incierto del camino, los miles de tropiezos, las dudas, las reflexiones… lo
único que aparece siempre claro aunque no seguro es su sueño. Por eso debieron
“derivar en estado de alerta” por los sinuosos caminos de las leyes, de las
tecnologías de recuperación del humedal, de la organización comunitaria.
La incertidumbre los hizo flexibles y por eso
no se plantaron en una contradicción entre el blanco y el negro esto les
permitió mantenerse en una actitud amable y conciliadora teniendo presente que
la verdad no necesariamente estaba de su parte sino que era el resultado de un
proceso y este fue la conciliación.
MINI-COMPLEJIDAD
El equipo más
conformado y que aparece hasta el final, es el grupo interdisciplinario. Este
grupo establece una relación simbiótica con el humedal. Podríamos decir que
crece con él, vive a medida que el humedal revive no solo en su masa biofísica
sino en su contexto simbólico, social, legal.
El humedal adquiere un borde como medida de
protección, así aparece la membrana que si bien le da identidad, le permite un
intercambio con el medio: “La 127 y Boyacá, por cuanto, en estos puntos, se genera la mayor parte de
los impactos negativos de la ciudad hacia el ecosistema. El cerramiento se debe
apoyar en un programa de administración y vigilancia permanente para el
humedal, dada su condición de Área Natural Protegida. El cerramiento no implica no permitir el uso
público, aunque si se protegerán del mismo”.
“Las
redes que son tejidas como los nidos de los pájaros, acunan la vida, las que
son tejidas como telas de araña aseguran el sustento, las mochilas conservan lo
contenido, la sabiduría”.
Cuidar la integridad del humedal es cuidar su
individualidad, unidad y coherencia.
Si no hubiera existido ese grupo de amig@s
compenetrados con los seres del humedal y con el humedal como extensión de sí
mismos, probablemente sus esfuerzos no hubieran sobrevivido.
REGULADORES
En ese caos de
ires y venires, leyes y reposiciones, incluso reacciones airadas de una parte
de la comunidad que defendía el proyecto original, va apareciendo la magia de
los reguladores con su forma de atractor: La forma de vestir o camuflarse,
destacar la falta de atención a la contaminación del agua y su impacto
ambiental en la salud pública y en la biodiversidad, factores que a todo
vecino, opositor o aliado del proceso jurídico, siempre le pareció lo más
importante de solucionar; El agua como eje principal de la Concertación, el
control de los vecinos sobre la recreación activa, la vigilancia de la policía
del cuadrante etc, todas circunstancias que van abriendo caminos a la
Autoorganización y la emergencia de nuevos órdenes.
REORDENANTES
Son nuevos
estados que mantienen el sistema al borde del caos, en no-equilibrio, en creatividad.
Los
hemos llamado Reordenantes en una
referencia clara al científico David Bohm en su obra "La totalidad y el
orden implicado"[1]. Allí no se separan
sujeto, objeto y entorno sino que se construyen como una sola realidad, esto
exige una forma de lenguaje diferente que crea nuevos verbos sin sujetos; la
acción se desenvuelve en un espacio- tiempo unificado que trasciende a otra
dimensión.
En el proceso
del Humedal se diseña en convenio un nuevo orden a través de un plan de acción
concertado. Uno de los elementos sine qua non es la corriente de agua que debe
realimentar permanentemente el humedal. Así este no queda como un sistema
cerrado sino abierto al alimento del agua pura de la montaña.
Y así va
emergiendo “un microclima que disminuye la temperatura y la evaporación del
agua; un aumento de la humedad relativa y la retención de agua lluvia, factores
significativos para reducir el calentamiento global. La fiebre se puede
controlar, sabemos sus razones”.
Pero además
hay una corriente de visitantes, aves y humanos que comparten el espacio cada
uno en lo suyo: el descanso para sus alas y para su cuerpo y el alimento para
su espíritu.
El
Reordenamiento que se ha dado el humedal es una emergencia en permanente
movimiento; una semilla que no solo fructifica diariamente en los seres que lo
habitan o lo visitan sino también en los procesos que por Resonancia empiezan a
despertar.
Estaba hoy buscando información sobre la memoria ancestral del humedal de Córdoba, y me encontré con este blog y este escrito, el cual decidí leer.
ResponderEliminarMe gusto, reconozco mucho de lo que en el se encuentra escrito y solo me resta felicitar a la comunidad que se unió para rescatar y proteger este lugar sagrado y a usted por trasmitir esta historia a través de tan buen escrito.