21 de septiembre de 2013

Una Pedagogía del Caos para lograr Basuras Cero.

Por: JV Rubio, jvrubio@hotmail.com

En la comunidad del Barrio Cedritos, al norte de Bogotá, está creciendo de una manera acelerada lo que podría considerarse un proceso de pedagogía del caos. Lo que hemos considerado colectivamente como un proyecto comunitario de carácter ambiental, podría llegar a constituirse en un motor de dinamización de por lo menos cinco grandes procesos:


-La organización de 20.000 familias, en un desarrollo social, empresarial y ambiental.

-La dinamización y organización del gremio de recicladores de la ciudad, que corre el riesgo de fallar a la sentencia dictada por la Corte Constitucional que obliga a la ciudad a entregarle todos sus residuos a las organizaciones de recicladores.

-La puesta en marcha efectiva del programa Basura cero de la alcaldía Mayor de Bogotá, que a estas alturas no arranca.

-La dinamización del sector comunal en la capital -que está bastante decaído-, para lograr convertirse en motor del programa Basura cero.

-El desarrollo de la conciencia ambiental a través de acciones efectivas y cotidianas inicialmente en este sector y luego extendiéndose a toda la localidad.

Cuando hago un recorrido por los 50 conjuntos de mi vecindario en tan solo tres calles y cinco carreras, y pienso en las 30,000 personas que aquí vivimos produciendo diariamente 30 toneladas de residuos sólidos, más los líquidos y blandos (incluida la urea y la "humanaza" que podrían ser altamente aprovechables), no puedo evitar la analogía con la riqueza biológica de un territorio, o una mina de oro, pues este, para mí (no sé si a alguien más se le ha ocurrido) es, por su connotación ambiental: ORO VERDE

Mi vida en este sector se va constituyendo en una aventura comunitaria movida por toda una complejidad de actividades, situaciones, organizaciones. Un día asisto a reunión de la Veeduría en el sector cercano a la Carrera Novena, otro día a la Junta de acción comunal. Muy de mañana debo hacer presencia en una movilización contra la valorización. Luego hay un desayuno de trabajo con las autoridades del sector, en la tarde dinamizamos el frente de seguridad de la 153 y en la noche programamos la carrera de observación con los vecinos del lugar. Pero en los últimos días y coincidiendo con la elaboración del trabajo sobre estética y cognición para mi Doctorado, las cosas se han acelerado y siento que debo hallar una relación entre todo ese cúmulo de situaciones y actividades y el tema que me ocupa. Veamos un relato de mi diario de campo:

 Estoy en una reunión convocada por la asociación de recicladores M&M. El señor José Malagón, reciclador de oficio durante 30 años, está presentando a los asistentes: Dos representantes de empresas internacionales que vienen a asesorarlos en el reciclaje de productos electrónicos y en el procesamiento técnico de algunos residuos. Tres presidentes de las juntas de acción Comunal de los cerros orientales de Bogotá (Que corresponden a nuestra UPZ), donde se concentra un buen número que recicladores. La alcaldesa local, varios miembros de Organizaciones no gubernamentales que los apoyan, etc. la secretaria de la reunión es una chica de unos 18 años que cuenta parte de su historia: desde los cinco años ha sido recicladora, ahora es estudiante pero en sus tiempos libres sigue haciendo reciclaje arrastrando la zorra o pesada carreta donde va acomodando los residuos; debido a todo este esfuerzo, de toda su vida, tiene problemas con una vértebra cervical y si se la operan puede quedar parapléjica.

 Me dan la palabra y los invito a la reunión que vamos a hacer en el sector de Cedros Capri para conformar una empresa comunitaria ambiental, comentándoles que pueden contar inicialmente con 30 toneladas diarias de residuos y ellos tendrán allí, debido al alto volumen, un buen ingreso. La reunión la haremos en la iglesia del barrio porque el párroco mueve bastante a la comunidad.

 Les cuento que el reto que nos ha lanzado el subdiector de asuntos comunales del distrito es que agrupemos por lo menos a 20.000 familias para desarrollar un proyecto empresarial de cierto nivel, que debemos presentar dentro de 15 días en una amplia reunión comunitaria donde asistirán representantes de diferentes entidades del Distrito, entre ellas la Secretaría de desarrollo económico que estudiará el monto de la financiación para la Empresa.

 Como ellos bien lo saben, ya no es un secreto que lo que llamábamos basura es una riqueza de valor inapreciable bien sea en bruto, como peso, y mucho más cuando se logra su aprovechamiento y transformación. (Ya hay países que están importando basura porque toda la que producían la aprovechan casi al 100%)

Al salir de la reunión me llama una persona cercana al Concejo de Bogotá, y me dice que han hecho  un sondeo por todas las localidades de la Ciudad y que ésta es la única donde hay una incipiente empresa de reciclaje como es M&M; que si lo recicladores no se organizan el auto de la corte que le dio vida al Programa basura cero va a perder sentido. Por eso sería muy importante que el proceso nuestro les permitiera recuperar esa vida y esa organización.

 Ahora comprendo por qué el afán y la importancia que le da a nuestro proceso el subdirector de asuntos comunales del IDPAC, pues así, por un lado se logra que las juntas de acción comunal que en general están bastante decaídas (2 o 3 personas se mueven en la mayoría de juntas o solo aparecen cada 4 años para hacerse reelegir) sean piloto de este proceso y a la vez está colaborando con el distrito para que programa Basura cero sea una realidad.

 Me devuelvo en mi pensamiento a los momentos en que fuimos elegidos como junta de acción Comunal, hace un año, a partir del trabajo que veníamos desarrollando como Comité de barrio y luego como veeduría, y cómo nos propusimos organizar la comunidad a través de la seguridad la propiedad horizontal y el reciclaje. 


Ha sido un año de trabajo con toda clase de avatares, una veces apuntándole más a la propiedad horizontal debido a la densidad de conjuntos en el sector, otras veces a la seguridad -ya participamos en la creación de un frente de seguridad y hay otro en ciernes- y otras veces pensando y actuando en el programa Basura cero. Todo va dependiendo de quiénes trabajan, quiénes proponen ideas, por allí salta una iniciativa por acá se extienden oficios para las autoridadestodo lo cual requiere de una verdadera Pedagogía del Caos.

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