Por: JV Rubio jvrubiod@gmail.com
7 de Abril de 2013
El desordenamiento y la incertidumbre.
Llegó a mi apartamento un técnico de sistemas a revisar mis viejos PC y portátil porque estaban funcionando muy lento y la opción que encontró fue formatear el Disco Duro e instalar en los dos el Windows 7. En vez de mejorar, los dos equipos se descontrolaron y me pusieron en un cierto desequilibrio. Dejó de funcionar el Scanner-Impresora porque el controlador era obsoleto; Internet Explorer le creó conflicto al Google Chrome y no lo dejaba operar; la tarjeta de video tampoco respondía… el resultado de esto fue una pérdida de archivos recién creados y que eran vitales tanto para mi actividad laboral como para mis estudios de Doctorado.
Aunque ya lo venía pensando de tiempo atrás, aproveché esta situación para tomar la decisión de trastearme a la nube. Ya había visto como el técnico había pasado fácilmente todo lo que tenía en mi PC al portátil y me imaginaba que era posible hacerlo ahora a grandes discos duros que ofrecían servicio de alojamiento de información. No sabía bien lo que pasaría, pero me sentía preparado para hacerlo. Allí, en la nube continuaría mi aprendizaje y por qué no?: una nueva forma de vida o de existencia.
Veamos cómo:
Abril
25 de 2013
Ayer
tomé la decisión de trasladarme del todo para la nube. No sabía bien de que se
trataba ni cómo hacerlo pero tenía la impresión de que era posible. Hace dos
semanas, en mi último viaje a Costa Rica, desde un PC de la biblioteca de la
Universidad de la Salle, en San José, hice un rastreo de los programas útiles
para poner todos mis archivos en la nube y encontré los dos más adecuados:
Dropbox y Google Drive. No debería estar en uno solo porque si algo se perdía
no tendría copia para restaurarlo.
Cuando
llegué a mi casa, preferí realizar una actualización permanente del uno al
otro, pero a pesar de que iba subiendo poco a poco los archivos a mi computador
y copiando a la memoria USB para tener disponibles los más necesarios, esto
representaba cuatro lugares y tres actualizaciones lo cual era muy dispendioso.
Fue
allí cuando decidí abandonar el computador y la USB y dar un salto completo a
la nube; entonces cambié algo en un archivo desde dropbox y sólo actualice el
Google Drive; así mi computador comenzó a quedar desactualizado, o sea que
empezó a quedar solamente como disco duro de archivos antiguos: como una pieza
de trebejos.
Pero
al iniciar mi traslado al dropbox me di cuenta de que las cosas esenciales que
tenía en el computador ahora podría revisarlas desde mi pequeño teléfono móvil -en el cual tenía instalado el Dropbox- y quedé sorprendido. Todo ese aparataje que comprendía: torre, monitor de 17
pulgadas, tres parlantes, teclado, mouse, 14 cables, e incluso el gran escritorio donde
se asienta el computador con toda su parafernalia… a todo esto podía ahora acceder desde mi
Samsung galaxy 550 que es quizá el más antiguo, más limitado y más pequeño teléfono de la serie galaxy. A pesar de estedescubrimiento, al
principio me sentía perdido y en una absoluta sensación de impotencia: como
quien sale de la nave madre en una pequeña navecita y sin la esperanza de
regresar.
Todo esto para un mortal común y corriente,
puede ser como morir un poco. Para quienes nos lanzamos a ese vacío comienza un
mundo con nuevas emociones. Afortunadamente ya tenía la experiencia de trasteo
a lugares muy pequeños[1].
Si desea continuar vaya a la Entrega # 3 del diario de un inmigrante digital de 61 años
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[1] En 2001 me trasladé a vivir en un pequeño campero Toyota
y allí pasé dos años y medio de mi vida, hasta el día en que nació mi hijo en
2003.
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