Documento en permanente construcción.
Por
JV Rubio Mg en Desarrollo Social, Doctorando en Educación.
Si bien la Pedagogía del Caos nace en
los años 70 a partir de la vivencia y el análisis de una serie de experiencias
educativas, poco a poco ha ido penetrando temas y territorios donde aflora la
crisis, la incertidumbre, el desorden, el Caos… o donde aparecen fenómenos de
autoorganización, de emergencia de nuevos órdenes, de resultados sin causas
visibles, y en general en procesos de cierta complejidad.
Si
aceptamos que cada día es más evidente la crisis que se cierne sobre la
política, la economía, la cultura, la salud, la educación, la empresa, el medio
ambiente, las instituciones e incluso sobre nuestra vida cotidiana y que esas
nuevas situaciones obedecen a una complejidad de relaciones para las cuales ya
no son útiles las herramientas que disponía la humanidad para enfrentarlas,
debemos aceptar también que hay que recurrir a nuevas herramientas y procesos y
este es el plus que nos proporciona la Pedagogía del Caos.
En el texto que se considera
fundacional de la Pedagogía del Caos, escrito en 1993, y publicado en Internet en 1995, aparecen las
herramientas que se habían construido hasta esa fecha y como éstas se basaban
en experiencias de educación formal y no
formal, la definición que presenta de Pedagogía del Caos está más inclinada
hacia el campo de la Educación.
Sin embargo después de establecer una
relación fecunda con las Ciencias de la Complejidad y de realizar experiencias
en otros campos, la Pedagogía del Caos se convierte en una Metodología
aplicable también a las organizaciones sociales y políticas, a la empresa y la economía solidaria, a la
Salud, al arte, el deporte, la recreación y las comunicaciones, a la crisis
ambiental y prácticamente a cualquier campo de la vida y del conocimiento donde
se requiera poner al Caos y la Incertidumbre de nuestra parte para lograr un
estado de armonía creativa en relación con el entorno y con la época.
El presente escrito intenta mostrar de
manera sencilla las herramientas que hacen esto posible, de modo que quien lo
lea pueda evidenciar si algunas de ellas aparecen en las organizaciones o
procesos de los que hace parte, para que sirvan de plataforma para buscar
salidas a sus crisis, o bien para que entre en la tentación de aplicarlos con
la confianza de que su uso va a propiciar resultados favorables.
Presentamos a continuación tanto las
herramientas originarias como las que se han alimentado o robustecido con la
teoría de Sistemas y las Ciencias de la Complejidad; todas han surgido, crecido
y se han desarrollado a través de un sinnúmero de experiencias en múltiples
campos de la vida y del conocimiento a lo largo de casi 40 años.
HERRAMIENTAS DE LA PEDAGOGÍA DEL CAOS
NOTA: Como la Pedagogía del Caos es
una Metodología aplicable a tantos campos, Llamaremos “Sistema” a los procesos,
Organizaciones, comunidades o grupos que
hacen uso de ella.
Cuando un sistema cualquiera entra en
la dinámica de la Pedagogía del Caos, lo más probable es que se vaya
convirtiendo en Minicomplejidad y por eso ponemos esta herramienta en primer
lugar a pesar de que todas aparecen en orden alfabético. La aparición o
aplicación de cada herramienta no tiene tiempos ni secuencias definidas y
depende de cada caso, de las circunstancias inciertas de cada proceso.
MINICOMPLEJIDADES
Habiendo definido como simples, desde
una mirada más compleja, tanto los grandes como los pequeños sistemas a través
de los cuales funciona o se manifiesta una organización o un proceso, y ante la
expectativa de complejificación de uno de ellos, la Pedagogía del Caos propone
trabajar con los sistemas pequeños, es decir, con grupos de personas o con
aspectos, propuestas, actividades o proyectos que no parecen tener mayor
trascendencia.
Hemos hallado que estos pequeños
sistemas al ser atravesados por fuertes flujos de información y al ser tocados
por procesos de desordenamiento se convierten poco a poco en pequeñas
complejidades.
A estos procesos los denominamos Mini
complejidades, pues es allí, en aquellos pequeños laboratorios donde mejor se
concentran los rasgos del Caos y de la Complejidad, abriéndose a perspectivas
creadoras.
Para saber si la Monicomplejidad está
haciendo presencia en un sistema, podemos hacernos la siguiente pregunta:
¿Claramente se evidencian pequeños
grupos o entornos o sistemas con identidad en su constitución y sus procesos?
AUTOCONSISTENCIA
Esta herramienta surge de un sinnúmero
de experiencias donde se parte de casi cero recursos convencionales (dinero,
materiales, espacios, tierra…), los procesos se ven forzados a contar con
absolutamente todo lo que tienen a mano, sea tangible o intangible, recursos
humanos y sociales ignorados, memoria ancestral, valores e incluso ilusiones.
Unos elementos van surgiendo a partir de otros que son muy débiles o que aún no
existen. Los unos se soportan sobre los otros en una mutua consistencia. Así va
emergiendo casi de la nada una estructura, una forma de organización, un
proceso.
Para
que se dé la Autoconsistencia, es necesario que se produzca una especie
de vacío de poder, de capital, de materialidad, de urgencia, pero también es
necesario visibilizar todo lo que existe en el entorno o el contexto donde se
está implementando un proceso de pedagogía del caos. Desde el punto de vista de
las Ciencias de la Complejidad responde al principio: TODAS LAS AGENCIAS, TODOS
LOS AGENTES. Esta herramienta nos remite entonces a la verdadera
Sustentabilidad, porque todos los factores Físicos, biológicos, ambientales,
humanos, simbólicos, sociales, virtuales, tangibles e intangibles son tomados
en cuenta y hacen parte de la construcción del Sistema.
La herramienta es muy útil para lograr
el Reconocimiento de cada uno de los participantes en un proceso (Lo cual
promueve la inclusión y supera la segregación). También para ahorrar esfuerzos
humanos y desgaste de recursos no renovables, pues la Autoconsistencia trabaja
con recursos abundantes que se amplifican a medida que se usan. Pero sobre
todo, la Autoconsistencia le imprime viabilidad y permanencia al sistema puesto
que al sustentarse unos elementos y procesos sobre los otros, la estructura se
torna muy flexible y soporta y se adapta con mayor facilidad a las condiciones
críticas del medio en que se halla. Esto no ocurre en estructuras y
organizaciones que dependen fuertemente de uno o de pocos factores como la
tierra, el capital, el empleo o la gran infraestructura.
Para saber si la Autoconsistencia está haciendo presencia en un sistema,
podemos hacernos las siguientes preguntas:
¿En el proceso se reflejan o aparecen
participando de alguna manera TODOS los elementos, factores, actores, agencias,
agentes que hacen parte del sistema?
¿Hay algo o hay huellas que muestren
la acción de cada elemento sobre el sistema?
¿Alguno de ellos aparece como base,
sustento, al punto que su ausencia ponga en peligro la viabilidad del sistema?
AUTOORGANIZACIÓN
La Autoorganización es el sistema de
organización natural de la vida y de los organismos que hay sobre la tierra.
Los ecosistemas naturales han operado y se han sostenido así a lo largo de
millones de años.
Los seres humanos nos organizamos de
esa manera por cientos de miles de años, pero nuestras actuales formas de
organización cargan con la pesada tara de 8.000 años de civilizaciones que se
construyeron sobre el machismo, el individualismo, la ley del más fuerte, la
separación y la explotación de la naturaleza y últimamente sobre el consumismo,
el exitismo y la maximización de las ganancias, dejando en manos de unos pocos
las grandes decisiones que definen nuestra organización social, política y
económica así como nuestra relación con el mundo y con la vida.
De esta manera nos hemos vuelto
cómplices de la devastación de la tierra
con sus graves efectos en el cambio climático que ponen en riesgo creciente
nuestra propia supervivencia.
Es urgente entonces que retornemos a
la inteligencia colectiva, al cerebro social, al trabajo colaborativo y esto
solo se da retornando a los procesos de Autoorganización.
Propiciar la Autoorganización es
generar ambientes donde todos y cada uno de los miembros de un sistema sientan
y tengan la posibilidad de hacer, de proponer, de decidir y donde los caminos
que adopten los procesos sean fruto de consensos permanentes. Esto es difícil
porque estamos contraviniendo la tara que nos obliga a dejar en otros las
decisiones, las soluciones.
Pero la Pedagogía del Caos nos
devuelve la confianza porque nos brinda otras herramientas que logran disolver
y desatar esos esquemas, romper las jerarquías, y ponernos en el camino arduo
pero gozoso de las aventuras realmente colectivas.
Esto quiere decir que si bien la
Autoorganización es una de las herramientas más necesarias en la Pedagogía del
Caos, debe estar acompañada por herramientas como el caos, el desordenamiento,
la flujicidad, los generadores, los reguladores y debe darse en un pequeño
sistema, en una minicomplejidad.
Así, podemos garantizar que un sistema
que logra entrar en verdaderos procesos autoorganizativos, se comportará como
un organismo en permanente aprendizaje y por tanto en permanente acoplamiento
con el medio en que se mueve. (Él
transforma al medio y el medio lo transforma a él).
La Autoorganización se fue haciendo
evidente y necesaria en muchas de las experiencias de la pedagogía del caos, y
se robustece desde la física y la química con experimentos que demuestran
mecanismos de autoorganización en la materia y desde la Biología a través de la
Biomímesis.
Para constatar si la Autoorganización
está haciendo presencia en un sistema, podemos hacernos las siguientes
preguntas:
¿La estructura, organización, proceso,
significado… del sistema se van definiendo por decisiones colectivas y se
mantienen en cambio permanente?
¿No existen jerarquías, jefes, dueños?
¿Las relaciones son horizontales?
AUTOPOIESIS
y ENACCIÓN
Así como las células se construyen a
sí mismas y son capaces de reproducirse también por su cuenta, muchos sistemas
y procesos humanos pueden desarrollarse por sí mismos. Claro que requieren como
las células de un intercambio de materia, energía e información con su entorno,
pero la acción de su producción y transformación deriva de su interior, es una
Enacción. Pero hay algo todavía más
excitante en esta herramienta que procede de las investigaciones de los
científicos chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela: Ese acto de
autoproducirse, que procede de fuerzas que se desencadenan desde el interior
del sistema, es una ACTO DE COGNICIÓN. O
sea que un organismo a medida que se produce, vive; a medida que vive, conoce y
a medida que conoce, aprende; por último, ese vivir, conocer y aprender, se dan
fundamentalmente en el emocionar.
Si bien la Pedagogía del caos había
trabajado sobre el Emprendimiento como una manera de potenciar las emociones en
todos los procesos, no se sabía por qué se lograban tan altos niveles de
empoderamiento y de interés en lo que se hacía y por qué se daban tasas tan
significativas de aprendizaje. Ahora
sabemos por qué en cualquier campo de la vida y del conocimiento, el hacer, el
vivir, el aprender y el emocionar son
fundamentales para mantener la atención, el interés e incluso el placer que va
asociado a la acción efectiva.
Para constatar si la Autopoiesis está
haciendo presencia en un sistema, podemos hacernos las siguientes preguntas:
¿Existe un ambiente que propicia la
autoconstrucción, el aprendizaje por vivencia y emoción?
¿El sistema se comporta como un
organismo que aprende permanentemente?
AUTORREGULACIÓN
Una persona que no esté al corriente
de las características de la época, de la condición que adoptan hoy día los
fenómenos y de las formas de aproximación que se hacen sobre ellos, no podría
comprender el potencial del Caos ni la capacidad de las herramientas de la
Pedagogía del Caos para ponerlo de su lado.
Ante la posibilidad de que un sistema
se dispare en múltiples direcciones y lejos del equilibrio, de que sus
elementos adquieran cada vez mayor autonomía, que su comportamiento global así
como el de sus partes se haga cada vez más impredecible, y de que no exista
allí alguien o algo que controle o maneje ese proceso en algún sentido o hacia
alguna parte, un espectador desprevenido podría sentirse asistiendo al parto y
al desarrollo de un mecanismo monstruoso y de alto poder destructivo.
Pero la experiencia investigativa de
la Pedagogía del Caos ha evidenciado numerosas formas de regulación y autorregulación sobre todo en
las primeras etapas, cuando apenas entramos al fenómeno de la flujicidad.
Al contrario de anarquizarse o
"desordenarse" los procesos en el sentido convencional de esta
palabra, se van conformando equipos, pequeñas unidades de producción artística,
social, empresarial etc,
BORROSIDAD
Existe la creencia de que las cosas solo pueden ser
verdaderas o falsas, buenas o malas, precisas o imprecisas…
Existen funciones tan definidas en los
sistemas (organizaciones, grupos, procesos) que nadie puede hacer más o menos
de lo que le toca; además, allí no cabe la vida, lo personal, las emociones, la
cotidianidad, la creatividad.
Creemos que entre más reglas o
instrucciones podamos dar o tener, mayor éxito podremos alcanzar en una tarea.
Pero si bien todo esto ya se empezaba
a poner en duda en nuestra práctica social, recientemente las Ciencias de la
Complejidad han hecho aportes que dan sustento a otro tipo de concepciones, de
prácticas e incluso de tecnologías.
Ahora las cosas no son solo verdaderas
o falsas, buenas o malas, precisas o imprecisas; hay una inmensa gama entre
estos dos extremos, y esto hace que los juegos de reglas, instrucciones y
funciones se conviertan en pautas, sin límites definidos, pues tanto las
personas como los grupos, y los seres vivos y aún las máquinas deben estar en
capacidad y libertad suficiente para tomar decisiones ante situaciones
imprevistas que son cada día mayores.
Las personas que saben ceder porque no tienen un programa
rígido, y porque hallarán por su creatividad nuevas salidas; las organizaciones
flexibles, los organismos que viven en constante aprendizaje e incluso las
máquinas “inteligentes” tienen mayor viabilidad que los que se mueven sobre dos
extremos.
Las experiencias de la pedagogía del
Caos lo han ido demostrando al contemplar cómo los grupos sin grandes
convicciones de verdad, juegos de reglas o funciones delimitadas, derivan hacia
estados plenos de vida y creatividad. Son como nuestras neuronas que se agrupan
de diferentes maneras para cada actividad; su centro de acción, su función y su
actuación depende en cada caso, de cada caso.
Por supuesto que para evitar demasiada
ambigüedad, relatividad o el “todo vale”, la Pedagogía del Caos pone también a
disposición de estos procesos otras herramientas como la autoorganización y los
reguladores.
Para constatar si la borrosidad está haciendo presencia en un sistema,
podemos hacernos las siguientes preguntas:
¿Existen en el sistema verdades
inapelables y condenas a opiniones o comportamientos que se opongan a ellas?
¿Existe una infinidad de reglas e
instrucciones que podrían ser convertidas en pocas pautas o acuerdos?
¿Las funciones están tan definidas y
se exige su cumplimiento al punto que es difícil salir de ellas?
CAOS
En los procesos con los que debe
lidiar la pedagogía del caos, al desplegarse amplios grados de libertad en los elementos
que componen el sistema, se disparan miles de situaciones, comportamientos,
acciones… que hacen imposible predecir los estados ulteriores de los elementos
y del sistema.
Sin embargo la Pedagogía del Caos ha
constatado que estos escenarios, antes fríos y acartonados, de pronto se llenan
de color de vida de creatividad. El sistema empieza a aletear en un aparente desorden -obviamente crítico para el
gran sistema del que hace parte- pero en
la medida en que se mantengan los grados
de libertad que se han abierto van a ir apareciendo formas de autoorganización
y de regulación que pueden brindar confianza y riqueza a su entorno.
El Caos entonces depende de cuatro
momentos:
-De unas condiciones iniciales, un
punto de ruptura o cambio en alguno o algunos de los elementos del sistema, lo
cual lleva el sistema por caminos impredecibles.
-El sistema entra en una serie de
oscilaciones, fluctuaciones, perturbaciones, que generalmente preocupan,
disparan alarmas y lo ponen en riesgo incluso de desaparecer.
-Apoyados en otras herramientas de la
Pedagogía del Caos (Flujicidad, Configuración, Autoorganización, Dinamización),
algunos de los elementos del sistema y en particular los dinamizadores entran
en un Estado de Alerta tal que les permite poner ese caos a favor del sistema.
Entonces aparecen nodos, vórtices, atractores, temas personas o procesos
alrededor de los cuales todo comienza a reordenarse y a tomar sentido.
-En medio de la dinámica que se ha
despertado y cuando el Caos ha atravesado todo el sistema y ha logrado un
intercambio permanente de Materi, Energía e información con su entorno, emergen del proceso Reordenantes, nuevas
formas de ser, de hacer y de organizarse que le imprimen al sistema un alto
carácter creativo y productivo.
Para constatar si el Caos está
haciendo presencia en un sistema, podemos hacernos las siguientes preguntas:
¿Todos los elementos del sistema tienen los
grados de libertad suficientes para actuar a su manera?
¿Se detectan influencias sutiles,
acciones que derivan en grandes perturbaciones?
¿Aparecen atractores que mantienen el
sistema fluctuando bajo una cierta dinámica?
CAMPO
RELACIONAL
La Pedagogía del Caos asume la
realidad como una serie de campos interconectados entre sí, no hay nada
fundamental ni central; todo opera en forma de redes, donde unos elementos
dependen de los otros y estos de otros y otros en un círculo sin fin.
Desde esta perspectiva, las relaciones
se conciben y experimentan como intercambios orgánicos de Materia, Energía e
Información entre todos los elementos de una territorialidad. El campo es el
resultado del flujo de esos intercambios: un trazado holográfico de huellas
dejadas por el paso permanente de bienes, servicios, afectos, conocimientos,
dones, pensamientos, mitos, creencias…
Como herramienta, de la Pedagogía del
Caos el Campo relacional nos permite enfocar una mirada amplia y profunda sobre
nuestro territorio o contexto, para ubicar allí la miríada de relaciones que se
establecen entre todos los elementos; pero no tanto las relaciones directas
entre las cosas sino la condición de relación que genera el campo sobre ellas;
pues si vemos las cosas en sus relaciones privilegiamos las cosas mismas en
cambio si vemos el entramado de relaciones vemos el campo que es lo que
confiere significado.
CONFIGURACIÓN
Si algo caracteriza a la Pedagogía del
Caos es su capacidad para identificar y generar procesos con altos grados de
libertad, lo cual puede conducir a futuros bastante impredecibles e incluso
peligrosos. Es natural que esto produzca prevención e animadversión, porque se
considera que no hay nada que regule, que controle o que permita al menos
hacerse a una mínima idea de lo que va a ocurrir.
Sin embargo, las experiencias mismas
arrojaron algunas herramientas que si bien no permitían predecir estados
futuros del sistema, si permitían tender unas ciertas regulaciones y hacerse
colectivamente imágenes y escenarios que pronosticaban con cierta precisión un
estado posible del sistema. Esta herramienta se llama Configuración
La Configuración es un ejercicio
colectivo que no hace inventarios de probabilidades ni de trayectorias futuras.
Ya vimos que esto ni siquiera es posible en los fenómenos naturales complejos.
Siendo una acción colectiva, en cierto modo se prefigura una distribución de
probabilidades (intenciones u objetivos de todos los participantes), pero
mediante un consenso dinámico, se apuesta por solo una de ellas, se “visualiza”
en una posible configuración y se tiene la confianza de que todo se orientará
en ese sentido. Es algo similar a la “Visión compartida” que plantea Peter
Senge en sus escritos.
Esto produce también confianza para
que las organizaciones abran ciertos grados de libertad a los procesos, pues lo
más probable es que conduzcan a donde todos desean, que es al beneficio
individual y de la organización.
Para constatar si la
Configuración está haciendo presencia en
un sistema, podemos hacernos las siguientes preguntas:
¿Buena parte de los miembros del
sistema han hecho una proyección colectiva de futuro?
¿Las acciones individuales y
colectivas están en buena medida encaminadas en ese sentido, o al variar
sensiblemente las condiciones, se va generando colectivamente una nueva
proyección?
DESORDENAMIENTO
En muchos de los sistemas de
organización o de vida actual se respira
un ambiente frío, rígido, que parece detenido en el tiempo. Allí no prospera la
vida, no palpita la emoción, no se despierta la creatividad. Por el contrario,
si hay algún asomo de iniciativa, de innovación, mueren por inanición y esto lo
han experimentado millones de personas que han apenas sobrevivido, vegetando en
organizaciones educativas, sociales, empresariales, políticas e incluso
culturales.
Una de las preguntas claves en este
sentido es: ¿Qué pasaría si en uno de estos sistemas se abriera a todas las
personas la posibilidad de ser ellos mismos, de pensar a su modo, de revisar y
comprender su vida, sus creencias, las normas sociales e institucionales, y, en
suma, de emprender y continuar sus propios caminos?
Si solamente se emprendiera este
proceso, sin contar con los recursos o
herramientas necesarias para que su dinámica fuera constructiva y no
destructiva, probablemente el sistema desaparecería; por fortuna la Pedagogía
del Caos ha construido o adaptado una serie de herramientas que animan a los
sistemas a emprender esos caminos con la confianza de que van a hallar nuevas
rutas bajo nuevos órdenes más productivos.
Así, donde la Pedagogía del Caos halla
estancamiento, pone en acción los Generadores, el desordenamiento y la
Flujicidad, tres herramientas que remueven el sistema y lo ponen en contacto
permanente con su entorno. De esta manera,
dos “temperaturas” y dos ritmos totalmente diferentes empiezan a
acoplarse en una armonía creativa.
Para constatar si el desordenamiento
está haciendo presencia en un sistema, podemos hacernos las siguientes
preguntas:
¿Aparecen de pronto variaciones,
perturbaciones o movimientos inusitados en alguno de los sectores o elementos
del sistema?
¿Es posible identificar los agentes
responsables de estas perturbaciones o desordenamientos y en vez de atacarlos
aprovecharlos para remover los aspectos o elementos más estáticos del sistema?
DINAMIZACIÓN
Los ecosistemas naturales están
dotados de ritmos y ciclos de Autoorganización y realimentación lo cual les permite moverse y desarrollarse
por sí mismos. Esta característica viene dada desde el propio acontecimiento
maravilloso de la vida.
Sin embargo, la acción humana con el
afán de dominio y control ha ido
rompiendo estos ciclos e imprimiendo otros ritmos que han conducido a numerosos ecosistemas y formas de
organización a la crisis o al colapso. Por eso hoy día no se puede esperar que
tanto los sistemas vivos, ambientales como los humanos y sociales retomen por
su cuenta caminos de Autoorganización y Realimentación.
Para lograrlo, la Pedagogía del Caos
ha visualizado y extraído de numerosas experiencias la herramienta de la
Dinamización. Dinamizadores de un sistema podrían ser incluso elementos o
fenómenos o seres vivos no humanos, pero por ahora nos referiremos a personas o
grupos.
Un Dinamizador bien puede actuar en un
sistema estático cuya flecha del tiempo lo enrumbe a la entropía, al equilibrio
absoluto, a la muerte; o puede actuar en un sistema que haya entrado en crisis,
que haya disparado sus alertas, que esté en peligro de desaparecer pero a causa
de un exceso de movimiento o de desorden.
La labor del Dinamizador –como se
podría pensar en términos convencionales- no es la del líder o jefe o grupo que
diseña y dirige el sistema hacia donde considera que debe conducirse. En la
Pedagogía del Caos las personas o grupos que pretenden dinamizar o que se
convierten en dinamizadores por cosas del azar, tienen a su disposición una
serie de herramientas que no los dotan de ningún poder externo al sistema ni
les permiten apropiarse o conducir.
Así, por ejemplo, frente a los
Generadores su labor es estar alerta para detectarlos y hacerlos visibles para
que el sistema los aproveche. Puede visualizar bloqueos a la Flujicidad y
mostrarlos al sistema para que éste los diluya. Puede propiciar
desordenamientos –y aquí tal vez tiene su intervención de mayor impacto- pero
con el cuidado de diseñarlos o definirlos en colectivo previendo mínimamente
los riesgos a los que estos conducen… en fin, la labor de la dinamización
consiste en estudiar a fondo todas las herramientas de la pedagogía del Caos y
brindarlas al sistema en los momentos en los que se considere que éstas deben
ser usadas.
Para constatar si los Dinamizadores
están haciendo presencia en un sistema, podemos hacernos las siguientes
preguntas:
¿Existen allí personas o grupos que conocen y
ponen a disposición del sistema las herramientas de la Pedagogía del Caos?
¿los cambios operados en el sistema por el uso
de las herramientas de la Pedagogía del Caos no han dependido en exclusiva de
una persona o un grupo sino que han sido adoptados por colectivos del sistema?
FLUJICIDAD
Para que un proceso de organización y
de vida se mantenga dentro de ciertos márgenes de libertad, o en cierto modo,
para que se autoproduzca permanentemente, la Pedagogía del Caos ha hallado
necesario que la información que necesita fluya a través de él, que lo
atraviese de tal manera que a ser posible todos sus elementos sean tocados y
conectados o reconectados por esa información.
Al hablar de información, estamos
hablando de lo que es o puede tornarse significativo para las personas.
Cualquier elemento que pueda ser detectado (sonidos, palabras, gestos,
emociones, imágenes) se puede convertir en información importante, pero aún, la
ausencia de elementos de cualquier orden en un momento-espacio determinado,
puede convertirse también en información: de pronto las personas se dan cuenta
que algo falta, que algo se detuvo, que algo no se hizo... y esto puede ser más
relevante aún, que lo visible o detectable por sus sentidos.
Si una persona tiene oportunidad de
acceder a lo que ocurre en el sistema o minicomplejidad del cual está
participando, y si cualquiera de esos sucesos o no sucesos lo conecta con los
otros y con los demás elementos físicos del sistema, es bien probable que asuma
el proceso o evento como propio, que se sienta parte, actor, protagonista.
Facilitar los procesos de flujicidad
no es aún propiciar el evento creativo pero si prepara el ambiente, torna más
flexible al sistema, rompe o inhibe hegemonías, dispara múltiples fuerzas en
diferentes sentidos. La flujicidad induce a un mayor caos, a una mayor
complejidad en términos de aumento de información, de comunicación y de
interacciones y por tanto se da un incremento en la velocidad de los sucesos y
de los procesos. Estas Mini Complejidades se tornan cada vez más abiertas y
cada uno de sus elementos establece con sus entornos nuevos flujos que
retroactúan sobre el sistema produciendo una descomunal actividad en su
interior.
Los flujos penetran tanto al sistema
que los propios elementos de la Mini Complejidad se vuelven flujos que circulan libres en su
interior pero también entran y salen del proceso; se mantiene un horizonte de
libertad, tanto para los elementos como para la Mini complejidad. En este
sentido, un grupo u organización puede variar de integrantes y mantenerse como
grupo como proyecto o entidad.
Para garantizar que la acción de la
Flujicidad no conduzca al sistema hacia
su destrucción, la Pedagogía del Caos brinda herramientas como la
Autoorganización, la configuración, la dinamización y los reguladores.
Para constatar si la Flujicidad está
haciendo presencia en un sistema, podemos hacernos la siguiente pregunta:
¿Existe un flujo permanente de Materia,
Energía e información al interior del sistema y de este con el medio?
FRACTALIDAD
Los fractales nos enseñan que no
existen dimensiones absolutas sino que estas dependen del punto de vista de la
observación; una misma longitud puede ser finita o infinita de acuerdo con la
escala que se mida. Además nos permiten considerar tanto los fenómenos como las
cosas y aún los procesos simplemente como variantes de la misma realidad; es
decir, parece que todo lo que existe en el universo es el despliegue de los
mismos patrones a una escala diferente.
La Pedagogía del Caos asume la
Fractalidad como herramienta debido a la riqueza que ella encierra y la
capacidad que se intuye que puede tener para movilizar la mentalidad y la
concepción de personas y organizaciones. En el momento en que comencemos a ver
los sistemas, los procesos, las situaciones como versiones de una misma
realidad, podemos empezar a ser más comprensivos y podemos perder el temor a tratarlos, a acercarnos a ellos porque
sabremos que compartimos los mismos principios, los mismos patrones de
organización, conservamos allí un aire de familia.
La fractalidad nos da una perspectiva
más amable sobre el espacio, el tiempo y la materia. No nos asusta tanto como
probablemente nos confundían los extraños fenómenos que derivaban de la teoría
de la relatividad. Al hacer un acercamiento fractal al espacio, al tiempo o a
la materia podemos llegar a manejarlos con confianza, a confundirnos con ellos,
a disfrutar de sus caleidoscópicas apariencias. Al acercarnos o alejarnos de
los fenómenos o situaciones problemáticas, aparece otra imagen bien diferente
pero igualmente real y probablemente más manejable, porque allí se nos revelan
nuevos patrones que no habíamos contemplado y que se asemejan a procesos que ya
hemos manejado y solucionado. Mediante esta herramienta se podrán desenredar
conflictos, amenazas y problemas que de otra manera difícilmente se podrían
afrontar.
GENERADORES
Aprender a observar al interior de un
sistema complejo es una tarea difícil para el investigador o dinamizador. Pero
si se ha venido haciendo parte de un sistema y no se tienen fuertes exigencias
externas que determinen el objeto de observación, se puede definir individual o
colectivamente qué es lo que va a ser observado tratando de que esta acción sea
coherente con las condiciones del sistema.
Los generadores pueden ser momentos,
elementos, espacios, sucesos, instrumentos, personas... en los cuales hay al
menos en un instante, una fuerte concentración de energía; o a partir de los
cuales se inicia algún tipo de variación o de dinamización. Pueden ser también
atractores, nodos de paso, ordenadores iniciales...
Una característica que hace bastante
difícil el trabajo con generadores, es que estos no existen como tales, pues
son y no son a la vez, o en otras palabras pueden aparecer o no aparecer, tomar
forma real, activa, productiva o no tomarla nunca.
¿De qué depende que aparezcan, que
sean evidenciables, que adopten formas generadoras? De que alguna persona o
grupo los ubique, los sienta, los convierta de energía potencial en materia
real y en el momento preciso.
Esta es una de las grandes tareas del
dinamizador o de los elementos que se hayan vuelto activos dentro del sistema:
aprender a detectar, a cazar generadores.
La ventaja de dedicarse a detectar
generadores es que se evita la saturación de información, la confusión y las
conclusiones aventuradas.
Aquí no hay que hacer diagnósticos, ni
acceder al pasado, ni manejar el presente completo, pues no se maneja la
temporalidad dividida ni la espacialidad segmentada sino la
espacio-temporalidad unificada.
Se trata de estar atentos, en estado
permanente de alerta y dedicarnos a reconocer generadores. Para aprender a
detectar los generadores, los recursos potenciales, los momentos claves de
dinamización, las mejores maneras que ha hallado hasta ahora la Pedagogía del
Caos son: la intuición, el tacto, y el dominio de la información que circula en
el sistema y todo esto se logra estando involucrados, participando.
Es tal la velocidad de flujos, el
juego de interacciones que se da en un sistema que se ha convertido en
MiniComplejidad que si no estamos a tiempo y en el lugar preciso, el suceso se
pierde, la información se nos escapa; la confluencia de circunstancias ya no
existe más.
Puede que más adelante se construyan
herramientas físicas para detectar generadores, pero estas, con dificultad
podrán captar momentos psicológicos, emocionales, códigos expresivos de diferentes
niveles, y las mil variables que los acompañan; todo esto es lo que un buen
dinamizador, con una buena práctica, puede llegar a captar "al
vuelo".
Los generadores son fugaces, porque
además de depender de la velocidad del espacio-tiempo, dependen también de la
circunstancia, el contexto y el sentido.
Si un generador no se aprovecha de
inmediato, en el momento en que podría aparecer como una luz de significado
para la Mini complejidad, pasa y deja de ser generador. No tiene sentido
registrarlos, enlistarlos, enunciarlos como fórmulas. Allí todo se juega en la
acción y debemos aprender a vivir en el instante.
Sin un tratamiento adecuado, los
generadores tienen tal poder que se pueden tornar ordenadores, esclavizadores,
homogenizadores y la minicomplejidad puede caer de nuevo en la repetición de
esquemas, la rutina, la esterilidad. Pero un buen tratamiento de generadores y
con la ayuda de la Flujicidad y de los Reguladores, la Mini complejidad entra en una pista de
alta velocidad hacía su desarrollo creativo.
Para constatar si la los Generadores
están haciendo presencia en un sistema, podemos hacernos la siguiente pregunta:
¿Se han detectado un número significativo de
generadores y se han aprovechado para movilizar el sistema?
INCERTIDUMBRE
La incertidumbre apareció desde las
primeras experiencias de la Pedagogía del Caos, como una fuente de creación; al
no saber qué hacer o qué iba a ocurrir en un proceso, se abrían múltiples
caminos a la creatividad, pero simultáneamente se generaba una condición de
inestabilidad e impredecibilidad. ¿Qué se podría hacer allí para mantener en el
sistema la armonía necesaria para que se sostuviera aún sin rumbo definido?
Entonces apareció la posibilidad de
“derivar en estado de alerta”; estar atentos a todo lo que ocurre porque allí
puede haber pistas, instrumentos, razones para fortalecernos y afrontar la
situación. En ocasiones incluso un retraso o algo que no llega o un pequeño
accidente deben prender nuestras alarmas porque algo revelador va a ocurrir. Es
como si estuviéramos navegando en una pequeña embarcación en medio de una
borrasca; robablemente sabemos para dónde vamos, pero no vemos el camino que
debemos tomar. Nos toca estar atentos a todas las señales que aparezcan para
orientarnos.
INTERCAMBIOS
DE MATERIA, ENERGÍA E INFORMACIÓN, MEI
Las plantas se alimentan
fundamentalmente de energía, los animales –y entre ellos los humanos- de
materia y las actuales máquinas, cada vez más inteligentes, de información.
La Pedagogía del Caos ha constatado
que las experiencias y procesos de mayor vuelo y mayor consistencia son
aquellas donde se dan estos tres tipos de intercambio y los intercambios se
hacen entre todos los elementos que participan en el sistema sean vivos o no
vivos. Si no se dan este tipo de intercambios entre los elementos de la
situación que estamos viviendo o afrontando,
las relaciones que establezcamos o que de manera natural aparezcan, van
a ser demasiado inestables, endebles, pasajeras.
Y esos intercambios deben ser
permanentes casi cotidianos pues así se generan relaciones más numerosas, más
estrechas y más duraderas. Si nos preguntamos por qué tantos procesos
económicos, políticos, culturales, sociales, ambientales y sobretodo
comunitarios no logran tomar vuelo probablemente la respuesta es que no se ha
logrado instaurar una dinámica de intercambios permanentes. Casi todo se va en
buenas intenciones y mucho discurso pero con acciones o encuentros semanales o
mensuales y a veces solo de información y solo entre las personas es difícil
que algo se consolide, bien sea para afrontar o resolver la situación, para
desarrollar el potencial que tenemos, como para poner el caos de nuestro lado.
RELATIVIDAD
Existe una “racionalidad particular” en cada sujeto, en cada
grupo humano, en cada proceso, que es típica y diferente a la realidad que otro
ser vive. Esta racionalidad se puede definir como la trama de relaciones que
torna coherentes todos los aspectos dentro de un mismo campo relacional y
permite así que este funcione.
En la vida diaria existen numerosas expresiones de
campos relacionales, cada uno con su propia racionalidad, con su propia
diferencia: una persona, una familia, una organización, una empresa, una
vereda, un pequeño o gran proyecto; de hecho, son campos relacionales porque
están ligados a numerosas relaciones físicas, sicológicas, emocionales,
económicas, religiosas, académicas, laborales…y todas ellas los constituyen,
les dan sentido e identidad, los configuran, los definen.
La relatividad como herramienta entonces nos permite
descifrar el juego de relativos que se han establecido en un campo relacional y
establecer con ellos algún tipo de relación que nos aproxime y permita su
comprensión. De esta manera lo que podía verse antes como monstruoso o terrible
se empieza a ver en su justa dimensión porque se ve entroncado en un ámbito de
relaciones donde no hay nada que sea absoluto, poderoso, único en sí mismo sino
que cada cosa, cada persona y cada situación participan de las mismas
debilidades y fortalezas de los otros. Así aprendemos a movernos en situaciones
o ambientes que parecen caos pero que en realidad no los son; es como diluir el
monstruo que se nos aparece en un sueño.
Esto puede aplicarse a una crisis, una amenaza, una
situación, proceso, persona o grupo demasiado alejado de nuestra racionalidad.
Con una buena aplicación de esta herramienta nuestro abordaje y nuestras
reacciones se tornan más frescos, más flexibles y posibilitan incluso que
pongamos esa situación o esa amenaza de nuestro lado.
Para Para constatar si los Reguladores están
haciendo presencia en un sistema, podemos hacernos la siguiente pregunta:
Para constatar si la relatividad está
haciendo presencia en un sistema, podemos hacernos la siguiente pregunta:
¿Se tiene presente la racionalidad
particular, las condiciones propias de cada elemento o proceso del sistema?
¿Se intenta o logra concederle a todo
más o menos la misma importancia sin que algo sobresalga como excesivamente
bueno o amenazante?
RESONANCIA
Existe detrás de cada cosa o de cada agrupación de cosas una memoria
primordial que generalmente está oculta, porque nos han enseñado a ver o sentir
casi todo separado de lo que le da origen y sentido.
La resonancia fue asumida como herramienta por la Pedagogía del Caos
para detectar los ecos, las vibraciones de esos elementos invisibles que son la
esencia de las cosas. La resonancia es como un potente radar que detecta esas
energías primordiales, esa memoria ancestral que está allí presente y viva en
el territorio, en las personas, en los seres vivos o en el contexto y
particularmente en la situación en la que nos movemos. Si logramos detectar el
sonido, el crepitar de esa fuente y permitimos que fluya, hallaremos una
riqueza inmensa que dará vida, sentido y fluidez a lo que se nos presenta como
amenaza o problema.
Para hacer más accesible la resonancia es necesario enfocar una mirada
profunda a nuestro alrededor e imaginar todo lo que ha conducido a que la
situación, persona o el ser vivo o no vivo que tenemos al frente, sea como ha
llegado a ser. Pensemos que allí en ese presente está guardada y conservada
toda su historia y la historia de los seres y procesos que le precedieron pero
también la realidad misteriosa que lo circunda. Cuánta riqueza se esconde
entonces en cada sencillo elemento y cuánto podríamos rescatar si nos
hundiéramos en los secretos misterios que lo han constituido y que lo están
haciendo posible.
En la primera época de la Pedagogía del Caos, la resonancia no aparecía
y probablemente debido a ello, algunos de los procesos no tenían continuidad.
Era como si ese vacío de historia y profundidad los hiciera endebles. En la
última etapa la resonancia imprime a las experiencias un halo de misterio, de
nuevo paradigma, de conexión con la naturaleza y con el cosmos y así la Pedagogía del caos entra en una
verdadera dinámica para interpretar y alentar procesos emergentes de largo
vuelo.
SIMULACIÓN
La diferencia entre campos relacionales es mayor si la distancia
geográfica, contextual, social o cultural es más grande y para acceder de una manera no directa a otra racionalidad
particular por distante que sea podemos hacer uso de simulaciones. Esto es, construir
dispositivos o situaciones en las que se experimente de la manera más realista
la lógica de otro campo relacional.
La simulación nos permite comprender, primero, que el campo de
relaciones en el que nos movemos o la situación que afrontamos no es en sí
misma absoluta sino relativa, diferente a otras y pasajera y esto nos brinda la
posibilidad de asumirla con más calma, y segundo, que el campo de relaciones en
el que otros se mueven o la situación que afrontan tampoco es tan especial o
tan extraordinaria; su importancia es relativa y pasajera y esto nos permite
aproximarnos al campo relacional del otro o incluso que los otros se aproximen
a nuestros propios campos relacionales.
Pero además, así vivamos una vida normal sin grandes sobresaltos, es importante
estar preparados para afrontar situaciones difíciles que cada día son más
comunes y sobrevienen sin dar aviso. Por eso la simulación nos brinda la
posibilidad de experimentar esas posibles situaciones en un ambiente
relativamente controlado donde no existan los riesgos fatales que podrían traer
situaciones imprevistas.
VISIBILIZACIÓN
A través de una serie de experiencias
la Pedagogía del Caos ha diseñado una herramienta que nos permite visualizar la
multiplicidad de elementos que hacen presencia en cualquier situación y
particularmente en ambientes signados por el caos; esa herramienta es la visibilización.
La visibilización trabaja a
manera de extensiones de nuestros sentidos y de otros sensores de los
que no hemos sido conscientes y de los que poco se habla, pero que existen en
nosotros. La Pedagogía del Caos los ha recuperado para ayudarnos en este arduo
camino.
Es importante entonces que extendamos nuestro campo visual hacia
muchos más elementos de los que veíamos antes,
porque en ellos puede estar el principio de solución o de impulso para hallar
nuevos caminos a la situación, por difícil o compleja que ella parezca.
(Si desea más información teórica sobre Pedagogía del Caos, por favor diríjase a los siguientes documentos):
Cátedra candelaria, Una Escuela que navega en la Ciudad (Descripción viva del Programa Cátedra candelaria donde la Pedagogía del Caos encuentra un fuerte desarrollo).
CREATHICA Una pedagogía de la Creatividad a partir del desordenamiento. (Aparecen los fundamentos teóricos de la Pedagogía del Caos)
La Pedagogía del Caos y las Ciencias de la Complejidad (Se `presentan los problemas comunes que abordan la Pedagogía del Caos y las Ciencias de la Complejidad)
Pedagogía del caos (Escrito en 1993 y publicado en 1995.Se presentan las herramientas que hasta ese momento había construido la Pedagogía del Caos).
Pedagogía del Caos en Colombia (Breve historia del nacimiento y desarrollo de la Pedagogía del caos en Colombia).
PEDAGOGÍA POR PROYECTOS Diseño del currículo desde la Creathica y la Pedagogía del Caos
PRINCIPIOS DE LA NUEVA EDUCACIÓN a partir de la Creathica y la Pedagogía del Caos
Sistematización de procesos educativos desde la Creáthica y la Pedagogía del Caos (Se presentan 10 experiencias educativas realizadas en el Colegio La Concordia y su territorio circundante, La Candelaria, en el Centro de Bogotá, en el documento se aplican una a una las herramientas de la Pedagogía del Caos).
Si
desea conocer experiencias de la Pedagogía del Caos visite la SERIE
PEDAGOGÍA DEL CAOS
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