7 de enero de 2013

PEDAGOGÍA DEL CAOS 2013


Documento en permanente construcción.

Por JV Rubio Mg en Desarrollo Social, Doctorando en Educación.

Si bien la Pedagogía del Caos nace en los años 70 a partir de la vivencia y el análisis de una serie de experiencias educativas, poco a poco ha ido penetrando temas y territorios donde aflora la crisis, la incertidumbre, el desorden, el Caos… o donde aparecen fenómenos de autoorganización, de emergencia de nuevos órdenes, de resultados sin causas visibles, y en general en procesos de cierta complejidad.

Si  aceptamos que cada día es más evidente la crisis que se cierne sobre la política, la economía, la cultura, la salud, la educación, la empresa, el medio ambiente, las instituciones e incluso sobre nuestra vida cotidiana y que esas nuevas situaciones obedecen a una complejidad de relaciones para las cuales ya no son útiles las herramientas que disponía la humanidad para enfrentarlas, debemos aceptar también que hay que recurrir a nuevas herramientas y procesos y este es el plus que nos proporciona la Pedagogía del Caos.

En el texto que se considera fundacional de la Pedagogía del Caos, escrito en 1993, y publicado  en Internet en 1995, aparecen las herramientas que se habían construido hasta esa fecha y como éstas se basaban en experiencias de educación formal  y no formal, la definición que presenta de Pedagogía del Caos está más inclinada hacia el campo de la Educación.

Sin embargo después de establecer una relación fecunda con las Ciencias de la Complejidad y de realizar experiencias en otros campos, la Pedagogía del Caos se convierte en una Metodología aplicable también a las organizaciones sociales y políticas,  a la empresa y la economía solidaria, a la Salud, al arte, el deporte, la recreación y las comunicaciones, a la crisis ambiental y prácticamente a cualquier campo de la vida y del conocimiento donde se requiera poner al Caos y la Incertidumbre de nuestra parte para lograr un estado de armonía creativa en relación con el entorno y con la época.

El presente escrito intenta mostrar de manera sencilla las herramientas que hacen esto posible, de modo que quien lo lea pueda evidenciar si algunas de ellas aparecen en las organizaciones o procesos de los que hace parte, para que sirvan de plataforma para buscar salidas a sus crisis, o bien para que entre en la tentación de aplicarlos con la confianza de que su uso va a propiciar resultados favorables.

Presentamos a continuación tanto las herramientas originarias como las que se han alimentado o robustecido con la teoría de Sistemas y las Ciencias de la Complejidad; todas han surgido, crecido y se han desarrollado a través de un sinnúmero de experiencias en múltiples campos de la vida y del conocimiento a lo largo de casi 40 años.

HERRAMIENTAS DE LA PEDAGOGÍA DEL CAOS

NOTA: Como la Pedagogía del Caos es una Metodología aplicable a tantos campos, Llamaremos “Sistema” a los procesos, Organizaciones, comunidades  o grupos que hacen uso de ella.

Cuando un sistema cualquiera entra en la dinámica de la Pedagogía del Caos, lo más probable es que se vaya convirtiendo en Minicomplejidad y por eso ponemos esta herramienta en primer lugar a pesar de que todas aparecen en orden alfabético. La aparición o aplicación de cada herramienta no tiene tiempos ni secuencias definidas y depende de cada caso, de las circunstancias inciertas de cada proceso.

MINICOMPLEJIDADES
Habiendo definido como simples, desde una mirada más compleja, tanto los grandes como los pequeños sistemas a través de los cuales funciona o se manifiesta una organización o un proceso, y ante la expectativa de complejificación de uno de ellos, la Pedagogía del Caos propone trabajar con los sistemas pequeños, es decir, con grupos de personas o con aspectos, propuestas, actividades o proyectos que no parecen tener mayor trascendencia.
Hemos hallado que estos pequeños sistemas al ser atravesados por fuertes flujos de información y al ser tocados por procesos de desordenamiento se convierten poco a poco en pequeñas complejidades.

A estos procesos los denominamos Mini complejidades, pues es allí, en aquellos pequeños laboratorios donde mejor se concentran los rasgos del Caos y de la Complejidad, abriéndose a perspectivas creadoras.

Para saber si la Monicomplejidad está haciendo presencia en un sistema, podemos hacernos la siguiente pregunta:
¿Claramente se evidencian pequeños grupos o entornos o sistemas con identidad en su constitución y sus procesos?


AUTOCONSISTENCIA
Esta herramienta surge de un sinnúmero de experiencias donde se parte de casi cero recursos convencionales (dinero, materiales, espacios, tierra…), los procesos se ven forzados a contar con absolutamente todo lo que tienen a mano, sea tangible o intangible, recursos humanos y sociales ignorados, memoria ancestral, valores e incluso ilusiones. Unos elementos van surgiendo a partir de otros que son muy débiles o que aún no existen. Los unos se soportan sobre los otros en una mutua consistencia. Así va emergiendo casi de la nada una estructura, una forma de organización, un proceso.

Para  que se dé la Autoconsistencia, es necesario que se produzca una especie de vacío de poder, de capital, de materialidad, de urgencia, pero también es necesario visibilizar todo lo que existe en el entorno o el contexto donde se está implementando un proceso de pedagogía del caos. Desde el punto de vista de las Ciencias de la Complejidad responde al principio: TODAS LAS AGENCIAS, TODOS LOS AGENTES. Esta herramienta nos remite entonces a la verdadera Sustentabilidad, porque todos los factores Físicos, biológicos, ambientales, humanos, simbólicos, sociales, virtuales, tangibles e intangibles son tomados en cuenta y hacen parte de la construcción del Sistema.

La herramienta es muy útil para lograr el Reconocimiento de cada uno de los participantes en un proceso (Lo cual promueve la inclusión y supera la segregación). También para ahorrar esfuerzos humanos y desgaste de recursos no renovables, pues la Autoconsistencia trabaja con recursos abundantes que se amplifican a medida que se usan. Pero sobre todo, la Autoconsistencia le imprime viabilidad y permanencia al sistema puesto que al sustentarse unos elementos y procesos sobre los otros, la estructura se torna muy flexible y soporta y se adapta con mayor facilidad a las condiciones críticas del medio en que se halla. Esto no ocurre en estructuras y organizaciones que dependen fuertemente de uno o de pocos factores como la tierra, el capital, el empleo o la gran infraestructura.

Para saber si la Autoconsistencia  está haciendo presencia en un sistema, podemos hacernos las siguientes preguntas:
¿En el proceso se reflejan o aparecen participando de alguna manera TODOS los elementos, factores, actores, agencias, agentes que hacen parte del sistema?
¿Hay algo o hay huellas que muestren la acción de cada elemento sobre el sistema?
¿Alguno de ellos aparece como base, sustento, al punto que su ausencia ponga en peligro la viabilidad del sistema?

AUTOORGANIZACIÓN
La Autoorganización es el sistema de organización natural de la vida y de los organismos que hay sobre la tierra. Los ecosistemas naturales han operado y se han sostenido así a lo largo de millones de años.

Los seres humanos nos organizamos de esa manera por cientos de miles de años, pero nuestras actuales formas de organización cargan con la pesada tara de 8.000 años de civilizaciones que se construyeron sobre el machismo, el individualismo, la ley del más fuerte, la separación y la explotación de la naturaleza y últimamente sobre el consumismo, el exitismo y la maximización de las ganancias, dejando en manos de unos pocos las grandes decisiones que definen nuestra organización social, política y económica así como nuestra relación con el mundo y con la vida.

De esta manera nos hemos vuelto cómplices  de la devastación de la tierra con sus graves efectos en el cambio climático que ponen en riesgo creciente nuestra propia supervivencia.

Es urgente entonces que retornemos a la inteligencia colectiva, al cerebro social, al trabajo colaborativo y esto solo se da retornando a los procesos de Autoorganización.

Propiciar la Autoorganización es generar ambientes donde todos y cada uno de los miembros de un sistema sientan y tengan la posibilidad de hacer, de proponer, de decidir y donde los caminos que adopten los procesos sean fruto de consensos permanentes. Esto es difícil porque estamos contraviniendo la tara que nos obliga a dejar en otros las decisiones, las soluciones.

Pero la Pedagogía del Caos nos devuelve la confianza porque nos brinda otras herramientas que logran disolver y desatar esos esquemas, romper las jerarquías, y ponernos en el camino arduo pero gozoso de las aventuras realmente colectivas.

Esto quiere decir que si bien la Autoorganización es una de las herramientas más necesarias en la Pedagogía del Caos, debe estar acompañada por herramientas como el caos, el desordenamiento, la flujicidad, los generadores, los reguladores y debe darse en un pequeño sistema, en una minicomplejidad.

Así, podemos garantizar que un sistema que logra entrar en verdaderos procesos autoorganizativos, se comportará como un organismo en permanente aprendizaje y por tanto en permanente acoplamiento con el medio en que se mueve.  (Él transforma al medio y el medio lo transforma a él).

La Autoorganización se fue haciendo evidente y necesaria en muchas de las experiencias de la pedagogía del caos, y se robustece desde la física y la química con experimentos que demuestran mecanismos de autoorganización en la materia y desde la Biología a través de la Biomímesis.

Para constatar si la Autoorganización está haciendo presencia en un sistema, podemos hacernos las siguientes preguntas:
¿La estructura, organización, proceso, significado… del sistema se van definiendo por decisiones colectivas y se mantienen en cambio permanente?
¿No existen jerarquías, jefes, dueños? ¿Las relaciones son horizontales?

AUTOPOIESIS y ENACCIÓN
Así como las células se construyen a sí mismas y son capaces de reproducirse también por su cuenta, muchos sistemas y procesos humanos pueden desarrollarse por sí mismos. Claro que requieren como las células de un intercambio de materia, energía e información con su entorno, pero la acción de su producción y transformación deriva de su interior, es una Enacción.  Pero hay algo todavía más excitante en esta herramienta que procede de las investigaciones de los científicos chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela: Ese acto de autoproducirse, que procede de fuerzas que se desencadenan desde el interior del sistema, es una ACTO DE COGNICIÓN.  O sea que un organismo a medida que se produce, vive; a medida que vive, conoce y a medida que conoce, aprende; por último, ese vivir, conocer y aprender, se dan fundamentalmente en el emocionar.

Si bien la Pedagogía del caos había trabajado sobre el Emprendimiento como una manera de potenciar las emociones en todos los procesos, no se sabía por qué se lograban tan altos niveles de empoderamiento y de interés en lo que se hacía y por qué se daban tasas tan significativas de aprendizaje.  Ahora sabemos por qué en cualquier campo de la vida y del conocimiento, el hacer, el vivir, el aprender  y el emocionar son fundamentales para mantener la atención, el interés e incluso el placer que va asociado a la acción efectiva.

Para constatar si la Autopoiesis está haciendo presencia en un sistema, podemos hacernos las siguientes preguntas:
¿Existe un ambiente que propicia la autoconstrucción, el aprendizaje por vivencia y emoción?
¿El sistema se comporta como un organismo que aprende permanentemente?

AUTORREGULACIÓN
Una persona que no esté al corriente de las características de la época, de la condición que adoptan hoy día los fenómenos y de las formas de aproximación que se hacen sobre ellos, no podría comprender el potencial del Caos ni la capacidad de las herramientas de la Pedagogía del Caos para ponerlo de su lado.

Ante la posibilidad de que un sistema se dispare en múltiples direcciones y lejos del equilibrio, de que sus elementos adquieran cada vez mayor autonomía, que su comportamiento global así como el de sus partes se haga cada vez más impredecible, y de que no exista allí alguien o algo que controle o maneje ese proceso en algún sentido o hacia alguna parte, un espectador desprevenido podría sentirse asistiendo al parto y al desarrollo de un mecanismo monstruoso y de alto poder destructivo.

Pero la experiencia investigativa de la Pedagogía del Caos ha evidenciado numerosas formas de  regulación y autorregulación sobre todo en las primeras etapas, cuando apenas entramos al fenómeno de la flujicidad.

Al contrario de anarquizarse o "desordenarse" los procesos en el sentido convencional de esta palabra, se van conformando equipos, pequeñas unidades de producción artística, social, empresarial etc,


BORROSIDAD
Existe la  creencia de que las cosas solo pueden ser verdaderas o falsas, buenas o malas, precisas o imprecisas…

Existen funciones tan definidas en los sistemas (organizaciones, grupos, procesos) que nadie puede hacer más o menos de lo que le toca; además, allí no cabe la vida, lo personal, las emociones, la cotidianidad, la creatividad.

Creemos que entre más reglas o instrucciones podamos dar o tener, mayor éxito podremos alcanzar en una tarea.
Pero si bien todo esto ya se empezaba a poner en duda en nuestra práctica social, recientemente las Ciencias de la Complejidad han hecho aportes que dan sustento a otro tipo de concepciones, de prácticas e incluso de tecnologías.

Ahora las cosas no son solo verdaderas o falsas, buenas o malas, precisas o imprecisas; hay una inmensa gama entre estos dos extremos, y esto hace que los juegos de reglas, instrucciones y funciones se conviertan en pautas, sin límites definidos, pues tanto las personas como los grupos, y los seres vivos y aún las máquinas deben estar en capacidad y libertad suficiente para tomar decisiones ante situaciones imprevistas que son cada día mayores.

Las personas  que saben ceder porque no tienen un programa rígido, y porque hallarán por su creatividad nuevas salidas; las organizaciones flexibles, los organismos que viven en constante aprendizaje e incluso las máquinas “inteligentes” tienen mayor viabilidad que los que se mueven sobre dos extremos.

Las experiencias de la pedagogía del Caos lo han ido demostrando al contemplar cómo los grupos sin grandes convicciones de verdad, juegos de reglas o funciones delimitadas, derivan hacia estados plenos de vida y creatividad. Son como nuestras neuronas que se agrupan de diferentes maneras para cada actividad; su centro de acción, su función y su actuación depende en cada caso, de cada caso.

Por supuesto que para evitar demasiada ambigüedad, relatividad o el “todo vale”, la Pedagogía del Caos pone también a disposición de estos procesos otras herramientas como la autoorganización y los reguladores.

Para constatar si la borrosidad  está haciendo presencia en un sistema, podemos hacernos las siguientes preguntas:
¿Existen en el sistema verdades inapelables y condenas a opiniones o comportamientos que se opongan a ellas?
¿Existe una infinidad de reglas e instrucciones que podrían ser convertidas en pocas pautas o acuerdos?
¿Las funciones están tan definidas y se exige su cumplimiento al punto que es difícil salir de ellas?

CAOS
En los procesos con los que debe lidiar la pedagogía del caos, al desplegarse amplios grados de libertad en los elementos que componen el sistema, se disparan miles de situaciones, comportamientos, acciones… que hacen imposible predecir los estados ulteriores de los elementos y del sistema.

Sin embargo la Pedagogía del Caos ha constatado que estos escenarios, antes fríos y acartonados, de pronto se llenan de color de vida de creatividad. El sistema empieza a aletear en un  aparente desorden -obviamente crítico para el gran sistema del que hace parte-  pero en la medida en que se mantengan los  grados de libertad que se han abierto van a ir apareciendo formas de autoorganización y de regulación que pueden brindar confianza y riqueza a su entorno.

El Caos entonces depende de cuatro momentos:
-De unas condiciones iniciales, un punto de ruptura o cambio en alguno o algunos de los elementos del sistema, lo cual lleva el sistema por caminos impredecibles.
-El sistema entra en una serie de oscilaciones, fluctuaciones, perturbaciones, que generalmente preocupan, disparan alarmas y lo ponen en riesgo incluso de desaparecer.
-Apoyados en otras herramientas de la Pedagogía del Caos (Flujicidad, Configuración, Autoorganización, Dinamización), algunos de los elementos del sistema y en particular los dinamizadores entran en un Estado de Alerta tal que les permite poner ese caos a favor del sistema. Entonces aparecen nodos, vórtices, atractores, temas personas o procesos alrededor de los cuales todo comienza a reordenarse y a tomar sentido.
-En medio de la dinámica que se ha despertado y cuando el Caos ha atravesado todo el sistema y ha logrado un intercambio permanente de Materi, Energía e información con su entorno,  emergen del proceso Reordenantes, nuevas formas de ser, de hacer y de organizarse que le imprimen al sistema un alto carácter creativo y productivo.

Para constatar si el Caos está haciendo presencia en un sistema, podemos hacernos las siguientes preguntas:
 ¿Todos los elementos del sistema tienen los grados de libertad suficientes para actuar a su manera?
¿Se detectan influencias sutiles, acciones que derivan en grandes perturbaciones?
¿Aparecen atractores que mantienen el sistema fluctuando bajo una cierta dinámica?

CAMPO RELACIONAL
La Pedagogía del Caos asume la realidad como una serie de campos interconectados entre sí, no hay nada fundamental ni central; todo opera en forma de redes, donde unos elementos dependen de los otros y estos de otros y otros en un círculo sin fin.

Desde esta perspectiva, las relaciones se conciben y experimentan como intercambios orgánicos de Materia, Energía e Información entre todos los elementos de una territorialidad. El campo es el resultado del flujo de esos intercambios: un trazado holográfico de huellas dejadas por el paso permanente de bienes, servicios, afectos, conocimientos, dones, pensamientos, mitos, creencias…

Como herramienta, de la Pedagogía del Caos el Campo relacional nos permite enfocar una mirada amplia y profunda sobre nuestro territorio o contexto, para ubicar allí la miríada de relaciones que se establecen entre todos los elementos; pero no tanto las relaciones directas entre las cosas sino la condición de relación que genera el campo sobre ellas; pues si vemos las cosas en sus relaciones privilegiamos las cosas mismas en cambio si vemos el entramado de relaciones vemos el campo que es lo que confiere significado.

CONFIGURACIÓN
Si algo caracteriza a la Pedagogía del Caos es su capacidad para identificar y generar procesos con altos grados de libertad, lo cual puede conducir a futuros bastante impredecibles e incluso peligrosos. Es natural que esto produzca prevención e animadversión, porque se considera que no hay nada que regule, que controle o que permita al menos hacerse a una mínima idea de lo que va a ocurrir.

Sin embargo, las experiencias mismas arrojaron algunas herramientas que si bien no permitían predecir estados futuros del sistema, si permitían tender unas ciertas regulaciones y hacerse colectivamente imágenes y escenarios que pronosticaban con cierta precisión un estado posible del sistema. Esta herramienta se llama Configuración 

La Configuración es un ejercicio colectivo que no hace inventarios de probabilidades ni de trayectorias futuras. Ya vimos que esto ni siquiera es posible en los fenómenos naturales complejos. Siendo una acción colectiva, en cierto modo se prefigura una distribución de probabilidades (intenciones u objetivos de todos los participantes), pero mediante un consenso dinámico, se apuesta por solo una de ellas, se “visualiza” en una posible configuración y se tiene la confianza de que todo se orientará en ese sentido. Es algo similar a la “Visión compartida” que plantea Peter Senge en sus escritos.

Esto produce también confianza para que las organizaciones abran ciertos grados de libertad a los procesos, pues lo más probable es que conduzcan a donde todos desean, que es al beneficio individual y de la organización.

Para constatar si la Configuración  está haciendo presencia en un sistema, podemos hacernos las siguientes preguntas:
¿Buena parte de los miembros del sistema han hecho una proyección colectiva de futuro?
¿Las acciones individuales y colectivas están en buena medida encaminadas en ese sentido, o al variar sensiblemente las condiciones, se va generando colectivamente una nueva proyección?

DESORDENAMIENTO
En muchos de los sistemas de organización o de vida actual  se respira un ambiente frío, rígido, que parece detenido en el tiempo. Allí no prospera la vida, no palpita la emoción, no se despierta la creatividad. Por el contrario, si hay algún asomo de iniciativa, de innovación, mueren por inanición y esto lo han experimentado millones de personas que han apenas sobrevivido, vegetando en organizaciones educativas, sociales, empresariales, políticas e incluso culturales.
Una de las preguntas claves en este sentido es: ¿Qué pasaría si en uno de estos sistemas se abriera a todas las personas la posibilidad de ser ellos mismos, de pensar a su modo, de revisar y comprender su vida, sus creencias, las normas sociales e institucionales, y, en suma, de emprender y continuar sus propios caminos?

Si solamente se emprendiera este proceso, sin contar  con los recursos o herramientas necesarias para que su dinámica fuera constructiva y no destructiva, probablemente el sistema desaparecería; por fortuna la Pedagogía del Caos ha construido o adaptado una serie de herramientas que animan a los sistemas a emprender esos caminos con la confianza de que van a hallar nuevas rutas bajo nuevos órdenes más productivos.

Así, donde la Pedagogía del Caos halla estancamiento, pone en acción los Generadores, el desordenamiento y la Flujicidad, tres herramientas que remueven el sistema y lo ponen en contacto permanente con su entorno. De esta manera,  dos “temperaturas” y dos ritmos totalmente diferentes empiezan a acoplarse en una armonía creativa.

Para constatar si el desordenamiento está haciendo presencia en un sistema, podemos hacernos las siguientes preguntas:
 ¿Aparecen de pronto variaciones, perturbaciones o movimientos inusitados en alguno de los sectores o elementos del sistema?
¿Es posible identificar los agentes responsables de estas perturbaciones o desordenamientos y en vez de atacarlos aprovecharlos para remover los aspectos o elementos más estáticos del sistema?

DINAMIZACIÓN
Los ecosistemas naturales están dotados de ritmos y ciclos de Autoorganización y realimentación  lo cual les permite moverse y desarrollarse por sí mismos. Esta característica viene dada desde el propio acontecimiento maravilloso de la vida.

Sin embargo, la acción humana con el afán de dominio y control  ha ido rompiendo estos ciclos e imprimiendo otros ritmos que han conducido a  numerosos ecosistemas y formas de organización a la crisis o al colapso. Por eso hoy día no se puede esperar que tanto los sistemas vivos, ambientales como los humanos y sociales retomen por su cuenta caminos de Autoorganización y Realimentación.

Para lograrlo, la Pedagogía del Caos ha visualizado y extraído de numerosas experiencias la herramienta de la Dinamización. Dinamizadores de un sistema podrían ser incluso elementos o fenómenos o seres vivos no humanos, pero por ahora nos referiremos a personas o grupos.

Un Dinamizador bien puede actuar en un sistema estático cuya flecha del tiempo lo enrumbe a la entropía, al equilibrio absoluto, a la muerte; o puede actuar en un sistema que haya entrado en crisis, que haya disparado sus alertas, que esté en peligro de desaparecer pero a causa de un exceso de movimiento o de desorden.

La labor del Dinamizador –como se podría pensar en términos convencionales- no es la del líder o jefe o grupo que diseña y dirige el sistema hacia donde considera que debe conducirse. En la Pedagogía del Caos las personas o grupos que pretenden dinamizar o que se convierten en dinamizadores por cosas del azar, tienen a su disposición una serie de herramientas que no los dotan de ningún poder externo al sistema ni les permiten apropiarse o conducir.

Así, por ejemplo, frente a los Generadores su labor es estar alerta para detectarlos y hacerlos visibles para que el sistema los aproveche. Puede visualizar bloqueos a la Flujicidad y mostrarlos al sistema para que éste los diluya. Puede propiciar desordenamientos –y aquí tal vez tiene su intervención de mayor impacto- pero con el cuidado de diseñarlos o definirlos en colectivo previendo mínimamente los riesgos a los que estos conducen… en fin, la labor de la dinamización consiste en estudiar a fondo todas las herramientas de la pedagogía del Caos y brindarlas al sistema en los momentos en los que se considere que éstas deben ser usadas.

Para constatar si los Dinamizadores están haciendo presencia en un sistema, podemos hacernos las siguientes preguntas:
 ¿Existen allí personas o grupos que conocen y ponen a disposición del sistema las herramientas de la Pedagogía del Caos?
 ¿los cambios operados en el sistema por el uso de las herramientas de la Pedagogía del Caos no han dependido en exclusiva de una persona o un grupo sino que han sido adoptados por colectivos del sistema?

FLUJICIDAD
Para que un proceso de organización y de vida se mantenga dentro de ciertos márgenes de libertad, o en cierto modo, para que se autoproduzca permanentemente, la Pedagogía del Caos ha hallado necesario que la información que necesita fluya a través de él, que lo atraviese de tal manera que a ser posible todos sus elementos sean tocados y conectados o reconectados por esa información.

Al hablar de información, estamos hablando de lo que es o puede tornarse significativo para las personas. Cualquier elemento que pueda ser detectado (sonidos, palabras, gestos, emociones, imágenes) se puede convertir en información importante, pero aún, la ausencia de elementos de cualquier orden en un momento-espacio determinado, puede convertirse también en información: de pronto las personas se dan cuenta que algo falta, que algo se detuvo, que algo no se hizo... y esto puede ser más relevante aún, que lo visible o detectable por sus sentidos.

Si una persona tiene oportunidad de acceder a lo que ocurre en el sistema o minicomplejidad del cual está participando, y si cualquiera de esos sucesos o no sucesos lo conecta con los otros y con los demás elementos físicos del sistema, es bien probable que asuma el proceso o evento como propio, que se sienta parte, actor, protagonista.

Facilitar los procesos de flujicidad no es aún propiciar el evento creativo pero si prepara el ambiente, torna más flexible al sistema, rompe o inhibe hegemonías, dispara múltiples fuerzas en diferentes sentidos. La flujicidad induce a un mayor caos, a una mayor complejidad en términos de aumento de información, de comunicación y de interacciones y por tanto se da un incremento en la velocidad de los sucesos y de los procesos. Estas Mini Complejidades se tornan cada vez más abiertas y cada uno de sus elementos establece con sus entornos nuevos flujos que retroactúan sobre el sistema produciendo una descomunal actividad en su interior.

Los flujos penetran tanto al sistema que los propios elementos de la Mini Complejidad  se vuelven flujos que circulan libres en su interior pero también entran y salen del proceso; se mantiene un horizonte de libertad, tanto para los elementos como para la Mini complejidad. En este sentido, un grupo u organización puede variar de integrantes y mantenerse como grupo como proyecto o entidad.

Para garantizar que la acción de la Flujicidad  no conduzca al sistema hacia su destrucción, la Pedagogía del Caos brinda herramientas como la Autoorganización, la configuración, la dinamización y los reguladores.

Para constatar si la Flujicidad está haciendo presencia en un sistema, podemos hacernos la siguiente pregunta:
 ¿Existe un flujo permanente de Materia, Energía e información al interior del sistema y de este con el medio?


FRACTALIDAD
Los fractales nos enseñan que no existen dimensiones absolutas sino que estas dependen del punto de vista de la observación; una misma longitud puede ser finita o infinita de acuerdo con la escala que se mida. Además nos permiten considerar tanto los fenómenos como las cosas y aún los procesos simplemente como variantes de la misma realidad; es decir, parece que todo lo que existe en el universo es el despliegue de los mismos patrones a una escala diferente.

La Pedagogía del Caos asume la Fractalidad como herramienta debido a la riqueza que ella encierra y la capacidad que se intuye que puede tener para movilizar la mentalidad y la concepción de personas y organizaciones. En el momento en que comencemos a ver los sistemas, los procesos, las situaciones como versiones de una misma realidad, podemos empezar a ser más comprensivos y podemos perder el temor  a tratarlos, a acercarnos a ellos porque sabremos que compartimos los mismos principios, los mismos patrones de organización, conservamos allí un aire de familia.

La fractalidad nos da una perspectiva más amable sobre el espacio, el tiempo y la materia. No nos asusta tanto como probablemente nos confundían los extraños fenómenos que derivaban de la teoría de la relatividad. Al hacer un acercamiento fractal al espacio, al tiempo o a la materia podemos llegar a manejarlos con confianza, a confundirnos con ellos, a disfrutar de sus caleidoscópicas apariencias. Al acercarnos o alejarnos de los fenómenos o situaciones problemáticas, aparece otra imagen bien diferente pero igualmente real y probablemente más manejable, porque allí se nos revelan nuevos patrones que no habíamos contemplado y que se asemejan a procesos que ya hemos manejado y solucionado. Mediante esta herramienta se podrán desenredar conflictos, amenazas y problemas que de otra manera difícilmente se podrían afrontar.

GENERADORES
Aprender a observar al interior de un sistema complejo es una tarea difícil para el investigador o dinamizador. Pero si se ha venido haciendo parte de un sistema y no se tienen fuertes exigencias externas que determinen el objeto de observación, se puede definir individual o colectivamente qué es lo que va a ser observado tratando de que esta acción sea coherente con las condiciones del sistema.

Los generadores pueden ser momentos, elementos, espacios, sucesos, instrumentos, personas... en los cuales hay al menos en un instante, una fuerte concentración de energía; o a partir de los cuales se inicia algún tipo de variación o de dinamización. Pueden ser también atractores, nodos de paso, ordenadores iniciales...

Una característica que hace bastante difícil el trabajo con generadores, es que estos no existen como tales, pues son y no son a la vez, o en otras palabras pueden aparecer o no aparecer, tomar forma real, activa, productiva o no tomarla nunca.
¿De qué depende que aparezcan, que sean evidenciables, que adopten formas generadoras? De que alguna persona o grupo los ubique, los sienta, los convierta de energía potencial en materia real y en el momento preciso.
Esta es una de las grandes tareas del dinamizador o de los elementos que se hayan vuelto activos dentro del sistema: aprender a detectar, a cazar generadores.

La ventaja de dedicarse a detectar generadores es que se evita la saturación de información, la confusión y las conclusiones aventuradas.
Aquí no hay que hacer diagnósticos, ni acceder al pasado, ni manejar el presente completo, pues no se maneja la temporalidad dividida ni la espacialidad segmentada sino la espacio-temporalidad unificada.

Se trata de estar atentos, en estado permanente de alerta y dedicarnos a reconocer generadores. Para aprender a detectar los generadores, los recursos potenciales, los momentos claves de dinamización, las mejores maneras que ha hallado hasta ahora la Pedagogía del Caos son: la intuición, el tacto, y el dominio de la información que circula en el sistema y todo esto se logra estando involucrados, participando.

Es tal la velocidad de flujos, el juego de interacciones que se da en un sistema que se ha convertido en MiniComplejidad que si no estamos a tiempo y en el lugar preciso, el suceso se pierde, la información se nos escapa; la confluencia de circunstancias ya no existe más.

Puede que más adelante se construyan herramientas físicas para detectar generadores, pero estas, con dificultad podrán captar momentos psicológicos, emocionales, códigos expresivos de diferentes niveles, y las mil variables que los acompañan; todo esto es lo que un buen dinamizador, con una buena práctica, puede llegar a captar "al vuelo".

Los generadores son fugaces, porque además de depender de la velocidad del espacio-tiempo, dependen también de la circunstancia, el contexto y el sentido.
Si un generador no se aprovecha de inmediato, en el momento en que podría aparecer como una luz de significado para la Mini complejidad, pasa y deja de ser generador. No tiene sentido registrarlos, enlistarlos, enunciarlos como fórmulas. Allí todo se juega en la acción y debemos aprender a vivir en el instante.

Sin un tratamiento adecuado, los generadores tienen tal poder que se pueden tornar ordenadores, esclavizadores, homogenizadores y la minicomplejidad puede caer de nuevo en la repetición de esquemas, la rutina, la esterilidad. Pero un buen tratamiento de generadores y con la ayuda de la Flujicidad y de los Reguladores,  la Mini complejidad entra en una pista de alta velocidad hacía su desarrollo creativo.

Para constatar si la los Generadores están haciendo presencia en un sistema, podemos hacernos la siguiente pregunta:
 ¿Se han detectado un número significativo de generadores y se han aprovechado para movilizar el sistema?


INCERTIDUMBRE
La incertidumbre apareció desde las primeras experiencias de la Pedagogía del Caos, como una fuente de creación; al no saber qué hacer o qué iba a ocurrir en un proceso, se abrían múltiples caminos a la creatividad, pero simultáneamente se generaba una condición de inestabilidad e impredecibilidad. ¿Qué se podría hacer allí para mantener en el sistema la armonía necesaria para que se sostuviera aún sin rumbo definido?

Entonces apareció la posibilidad de “derivar en estado de alerta”; estar atentos a todo lo que ocurre porque allí puede haber pistas, instrumentos, razones para fortalecernos y afrontar la situación. En ocasiones incluso un retraso o algo que no llega o un pequeño accidente deben prender nuestras alarmas porque algo revelador va a ocurrir. Es como si estuviéramos navegando en una pequeña embarcación en medio de una borrasca; robablemente sabemos para dónde vamos, pero no vemos el camino que debemos tomar. Nos toca estar atentos a todas las señales que aparezcan para orientarnos.

INTERCAMBIOS DE MATERIA, ENERGÍA E INFORMACIÓN, MEI
Las plantas se alimentan fundamentalmente de energía, los animales –y entre ellos los humanos- de materia y las actuales máquinas, cada vez más inteligentes, de información.

La Pedagogía del Caos ha constatado que las experiencias y procesos de mayor vuelo y mayor consistencia son aquellas donde se dan estos tres tipos de intercambio y los intercambios se hacen entre todos los elementos que participan en el sistema sean vivos o no vivos. Si no se dan este tipo de intercambios entre los elementos de la situación que estamos viviendo o afrontando,  las relaciones que establezcamos o que de manera natural aparezcan, van a ser demasiado inestables, endebles, pasajeras.

Y esos intercambios deben ser permanentes casi cotidianos pues así se generan relaciones más numerosas, más estrechas y más duraderas. Si nos preguntamos por qué tantos procesos económicos, políticos, culturales, sociales, ambientales y sobretodo comunitarios no logran tomar vuelo probablemente la respuesta es que no se ha logrado instaurar una dinámica de intercambios permanentes. Casi todo se va en buenas intenciones y mucho discurso pero con acciones o encuentros semanales o mensuales y a veces solo de información y solo entre las personas es difícil que algo se consolide, bien sea para afrontar o resolver la situación, para desarrollar el potencial que tenemos, como para poner el caos de nuestro lado.

RELATIVIDAD
Existe una “racionalidad particular” en cada sujeto, en cada grupo humano, en cada proceso, que es típica y diferente a la realidad que otro ser vive. Esta racionalidad se puede definir como la trama de relaciones que torna coherentes todos los aspectos dentro de un mismo campo relacional y permite así que este funcione.

En la vida diaria existen numerosas expresiones de campos relacionales, cada uno con su propia racionalidad, con su propia diferencia: una persona, una familia, una organización, una empresa, una vereda, un pequeño o gran proyecto; de hecho, son campos relacionales porque están ligados a numerosas relaciones físicas, sicológicas, emocionales, económicas, religiosas, académicas, laborales…y todas ellas los constituyen, les dan sentido e identidad, los configuran, los definen.

La relatividad como herramienta entonces nos permite descifrar el juego de relativos que se han establecido en un campo relacional y establecer con ellos algún tipo de relación que nos aproxime y permita su comprensión. De esta manera lo que podía verse antes como monstruoso o terrible se empieza a ver en su justa dimensión porque se ve entroncado en un ámbito de relaciones donde no hay nada que sea absoluto, poderoso, único en sí mismo sino que cada cosa, cada persona y cada situación participan de las mismas debilidades y fortalezas de los otros. Así aprendemos a movernos en situaciones o ambientes que parecen caos pero que en realidad no los son; es como diluir el monstruo que se nos aparece en un sueño.

Esto puede aplicarse a una crisis, una amenaza, una situación, proceso, persona o grupo demasiado alejado de nuestra racionalidad. Con una buena aplicación de esta herramienta nuestro abordaje y nuestras reacciones se tornan más frescos, más flexibles y posibilitan incluso que pongamos esa situación o esa amenaza de nuestro lado.
Para Para constatar si los Reguladores están haciendo presencia en un sistema, podemos hacernos la siguiente pregunta:

Para constatar si la relatividad está haciendo presencia en un sistema, podemos hacernos la siguiente pregunta:

¿Se tiene presente la racionalidad particular, las condiciones propias de cada elemento o proceso del sistema?

¿Se intenta o logra concederle a todo más o menos la misma importancia sin que algo sobresalga como excesivamente bueno o amenazante?

RESONANCIA
Existe detrás de cada cosa o de cada agrupación de cosas una memoria primordial que generalmente está oculta, porque nos han enseñado a ver o sentir casi todo separado de lo que le da origen y sentido.

La resonancia fue asumida como herramienta por la Pedagogía del Caos para detectar los ecos, las vibraciones de esos elementos invisibles que son la esencia de las cosas. La resonancia es como un potente radar que detecta esas energías primordiales, esa memoria ancestral que está allí presente y viva en el territorio, en las personas, en los seres vivos o en el contexto y particularmente en la situación en la que nos movemos. Si logramos detectar el sonido, el crepitar de esa fuente y permitimos que fluya, hallaremos una riqueza inmensa que dará vida, sentido y fluidez a lo que se nos presenta como amenaza o problema.

Para hacer más accesible la resonancia es necesario enfocar una mirada profunda a nuestro alrededor e imaginar todo lo que ha conducido a que la situación, persona o el ser vivo o no vivo que tenemos al frente, sea como ha llegado a ser. Pensemos que allí en ese presente está guardada y conservada toda su historia y la historia de los seres y procesos que le precedieron pero también la realidad misteriosa que lo circunda. Cuánta riqueza se esconde entonces en cada sencillo elemento y cuánto podríamos rescatar si nos hundiéramos en los secretos misterios que lo han constituido y que lo están haciendo posible.

En la primera época de la Pedagogía del Caos, la resonancia no aparecía y probablemente debido a ello, algunos de los procesos no tenían continuidad. Era como si ese vacío de historia y profundidad los hiciera endebles. En la última etapa la resonancia imprime a las experiencias un halo de misterio, de nuevo paradigma, de conexión con la naturaleza y con el cosmos  y así la Pedagogía del caos entra en una verdadera dinámica para interpretar y alentar procesos emergentes de largo vuelo.

SIMULACIÓN
La diferencia entre campos relacionales es mayor si la distancia geográfica, contextual, social o cultural es más grande y para acceder  de una manera no directa a otra racionalidad particular por distante que sea podemos hacer uso de simulaciones. Esto es, construir dispositivos o situaciones en las que se experimente de la manera más realista la lógica de otro campo relacional.

La simulación nos permite comprender, primero, que el campo de relaciones en el que nos movemos o la situación que afrontamos no es en sí misma absoluta sino relativa, diferente a otras y pasajera y esto nos brinda la posibilidad de asumirla con más calma, y segundo, que el campo de relaciones en el que otros se mueven o la situación que afrontan tampoco es tan especial o tan extraordinaria; su importancia es relativa y pasajera y esto nos permite aproximarnos al campo relacional del otro o incluso que los otros se aproximen a nuestros propios campos relacionales.

Pero además, así vivamos una vida normal sin grandes sobresaltos, es importante estar preparados para afrontar situaciones difíciles que cada día son más comunes y sobrevienen sin dar aviso. Por eso la simulación nos brinda la posibilidad de experimentar esas posibles situaciones en un ambiente relativamente controlado donde no existan los riesgos fatales que podrían traer situaciones imprevistas.

VISIBILIZACIÓN
A través de una serie de experiencias la Pedagogía del Caos ha diseñado una herramienta que nos permite visualizar la multiplicidad de elementos que hacen presencia en cualquier situación y particularmente en ambientes signados por el caos; esa herramienta es la  visibilización.
La visibilización trabaja a  manera de extensiones de nuestros sentidos y de otros sensores de los que no hemos sido conscientes y de los que poco se habla, pero que existen en nosotros. La Pedagogía del Caos los ha recuperado para ayudarnos en este arduo camino.
Es importante entonces que extendamos nuestro campo visual hacia muchos más elementos de los que veíamos antes, porque en ellos puede estar el principio de solución o de impulso para hallar nuevos caminos a la situación, por difícil o compleja que ella parezca.

(Si desea más información teórica sobre Pedagogía del Caos, por favor diríjase a los siguientes documentos): 

Cátedra candelaria, Una Escuela que navega en la Ciudad (Descripción viva del Programa Cátedra candelaria donde la Pedagogía del Caos encuentra un fuerte desarrollo).

CREATHICA Una pedagogía de la Creatividad a partir del desordenamiento. (Aparecen los fundamentos teóricos de la Pedagogía del Caos)

La Pedagogía del Caos y las Ciencias de la Complejidad (Se `presentan los problemas comunes que abordan la Pedagogía del Caos y las Ciencias de la Complejidad)

Pedagogía del caos (Escrito en 1993 y publicado en 1995.Se presentan las herramientas que hasta ese momento había construido la Pedagogía del Caos). 

Pedagogía del Caos en Colombia (Breve historia del nacimiento y desarrollo de la Pedagogía del caos en Colombia).

PEDAGOGÍA POR PROYECTOS Diseño del currículo desde la Creathica y la Pedagogía del Caos

PRINCIPIOS DE LA NUEVA EDUCACIÓN a partir de la Creathica y la Pedagogía del Caos

Sistematización de procesos educativos desde la Creáthica y la Pedagogía del Caos (Se presentan 10 experiencias educativas realizadas en el Colegio La Concordia y su territorio circundante, La Candelaria, en el Centro de Bogotá, en el documento se aplican una a una las herramientas de la Pedagogía del Caos).


Si desea conocer experiencias de la Pedagogía del Caos visite la SERIE PEDAGOGÍA DEL CAOS 

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