19 de noviembre de 2012

Seis lecciones para María


De la serie: Pedagogía del Caos
Por: JV Rubio y Rizomas 7 Sicomoros y Guatacucha del Doctorado en Educación, Universidad de la Salle, San José de Costa Rica

EMPIEZAN LAS CLASES

-Ustedes ya conocen la sintaxis convencional –decía el profesor de Epistemología a sus estudiantes de primer curso- una sintaxis que exige comienzos, desarrollos y finales; en ella viven inmersos en su vida cotidiana y seguramente así escriben,  así sienten, así ven el mundo, así hacen el amor y así van a morir, pues es la sintaxis de su cultura, de su lengua madre.

María, quien garrapateaba sobre su libreta de notas, levantó la vista esperando saber con qué saldría aquel hombrecito extraño que diez minutos antes había entrado al salón sin que nadie lo notara.

-Pero existe otra sintaxis y en ella nada comienza y nada termina; solo atraviesa infinitas fluctuaciones de intensidad. Están invitados a hacer parte de este curso quienes se atrevan a abordar este camino y viajar a través de cambios sin fin; de ese modo se darán cuenta de que están confirmando la sintaxis de su segunda lengua madre.

María se sintió sobrecogida. Por fin aparecía en aquella Facultad alguien con capacidad para mover sus entrañas. Pero lo que siguió le pareció francamente exagerado. Sin embargo, no podía quitarse del estómago la sensación de que en ese profesor había algo especial y por eso espero que todos salieran, al final de la clase, para conversar con el docente.

-¿Y Usted cree que va a venir algún estudiante a su próxima clase? Lo más posible es que hayan salido a quejarse ante el Decano.

-Pues espero más lo uno que lo otro –Dijo el profesor con una sonrisa amable- Usted estaba muy concentrada en lo que yo decía y no notó que mientras hablaba algo se removía en cada una y cada uno de ellos. Es más, si le pido ahora que me dé una breve reseña de los conceptos que expuse, es probable que tenga algo para decirme…

-¡Pero si no entendí ni un comino! Mire que hablar de AutopoiesisEnacción es como hablar en chino  y luego, decir que es posible la No Localidad y la No Temporalidad es pasar a la Ciencia ficción; Ah, y para rematar: los Atractores me suenan a máquinas del campo; El único término familiar para mí fue el de Sentido  pero Usted lo expresó en un completo sin sentido.

El profesor no paraba de reír y a María en vez de molestarle, se le hacía cada vez más simpático. Salieron del salón haciendo una apuesta que proponía dos números extremos para la  asistencia a la próxima clase.


Primera lección: MENTE-MATERIA:

Ganó el Profesor, pues llegaron todos los estudiantes. El Docente inició de inmediato su exposición:

- La “aparición” de la llamada “Partícula de Dios” en el espectro científico revela, además del hecho significativo, tanto para la popularización de la ciencia como para su afianzamiento histórico-cultural, un vivo agenciamiento de las intencionalidades suscitadas en torno a la concepción del cosmos y, en ello, de su conocimiento, de nuestro conocimiento, conocer, ser y hacer existente.

La designación misma implicada en la masificación del término, nos parece que sirve de ejemplo para lo que podríamos llamar las dos sintaxis[1]. Una, según la cual, el hecho científico atestiguaría la afirmación de que el universo proviene de una gran explosión, en donde al cabo de cientos de miles de millones de años la energía liberada alcanza un nivel de condensación material que se corrobora por la presencia de la llamada partícula de Higgs; pero también otra que vería en ello, la emergencia de una conexión de densidades siempre presentes y siempre actuantes en donde no hay comienzo ni final sino, a la manera de Heráclito, un eterno fluir de lo siempre cambiante.

Si a esto agregamos la capacidad auto creativa de lo existente, entonces, energía materia o materia energía, no serían más que configuraciones diversas de la emergencia de lo mismo en su azarosa manera de darse.

María estaba asombrada, no solo por el desparramado juego de conceptos sino porque veía a todos sus compañeros y compañeras embebidos en lo que decía el profesor. Creía que no estaban entendiendo nada, pero entonces ¿por qué y de dónde tanta atención? Alguna energía poderosa debería estar surgiendo de aquel hombre. Y entonces recordó lo que le había contado una amiga antropóloga en una de sus primeras visitas a un chamán en la selva. Ella había viajado para que éste le compartiera algunos secretos de las plantas. El chamán la llevó por un sendero y le iba mostrando cada planta describiéndola en un lenguaje incomprensible. Así estuvieron durante varias horas y ella pensó que era su lengua nativa; de vuelta a la maloca el chamán la hizo partícipe de un ritual donde todo ese conocimiento emergió desde el centro mismo de las entrañas de su amiga.

-Entonces, Profesor –dijo María- si según lo que Usted dice, existe una continuidad entre la mente y la materia ¿cómo es que eso no se evidencia en la realidad?

El Profesor miró a María como si ya la conociera de mucho tiempo atrás y continuó su exposición ahora acercándola a su pregunta:

-Antes de su muerte, Werner Heisenberg, el creador de la teoría cuántica, sostenía que lo que era verdaderamente fundamental en la naturaleza no eran las partículas elementales en sí sino las simetrías que había más allá de ellas. Estas simetrías fundamentales se podrían considerar los arquetipos de toda materia y el fundamento de la existencia material[2].

Como las partículas elementales se mantienen mediante una danza que trasciende el mundo de la materia, la mente también está sostenida por una dinámica que está más allá de la mente y la materia. Por lo tanto, más allá de la mente y la materia existen patrones y simetrías que ejercen un efecto generativo y animador.

Realmente es posible que tanto el nivel de la mente como el de la materia, surjan de un fundamento común, pues la historia de la ciencia concilia aspectos aparentemente inconmensurables de la experiencia.

El concepto del mundo material se ha extendido constantemente a regiones de mayor complejidad y sutileza hasta que, hoy en día, es posible especular que este orden sutil se puede extender sin límite a regiones cada vez más profundas. Por lo tanto, el orden de la materia ha llegado a distanciarse mucho del de las bolas de billar y las manzanas en caída libre del mundo newtoniano. En lugar de reducirse la naturaleza a lo material, el concepto de la materia se ha extendido hasta regiones de una intangibilidad indefinida.

Terminó la clase. María prefirió ir caminando hasta su casa para poder reflexionar sobre todo aquello. Atravesó el gran parque que tanto le gustaba y de pronto se generó un gran viento que levantó en remolino todas las pequeñas y grandes hojas que estaban regadas por el piso. A maría le pareció que junto con las hojas se estaba levantando a pedacitos el suelo del parque y que su propio cuerpo se estaba desmaterializando.

Lo sintió más vivo aún cuando apareció frente a la puerta de su casa. Entró y al ver a su hermanito que jugaba Wii, le dijo:
-¿Sabes? Ahora si creo lo que me contaste el otro día.

Para la siguiente clase el profesor hizo una citación que puso a conversar a todos los estudiantes del curso de Epistemología. El mensaje decía: “Nuestro próximo encuentro será en el sitio donde todos nos reunamos”. María les contó la situación que había vivido en el parque y dos de sus compañeras dijeron que en ese sitio habían tenido experiencias similares. Todos acordaron reunirse allí a la hora de la clase.

Segunda lección: NO LOCALIDAD-NO TEMPORALIDAD.

El profesor llegó puntualmente al parque en medio de una risa cómplice de todos, e inició la segunda lección:

-Las partículas atómicas parecen intercambiar información a velocidades superiores a la luz, a través de conexiones misteriosas; aunque, realmente lo que ocurre es que dos fotones emitidos al mismo tiempo deben considerarse como un único estado cuántico, como una realidad expresada por una única función de onda[3]. Dos partículas entrelazadas se comportan como un único objeto físico, sin importar lo lejos que estén entre sí. Es como si viviesen fuera del espacio-tiempo[4].

Lo que nosotros identificamos como dos realidades diferentes, es una sola realidad, mientras los dos fotones se encuentren en un estado de entrelazamiento. La mecánica cuántica ha cambiado radicalmente la noción que tenemos de la realidad. Algo tan intuitivo como la localidad, al menos en lo que respecta al nivel cuántico, debe considerarse en muchos casos ajeno a la realidad.

La no localidad y no temporalidad, serían un fluir con el universo y aceptar la borrosidad del tiempo y del espacio, tal cual hoy los medimos, es también una creación histórica de la humanidad; lo que quiere decir que podemos Re inventarlos.

-O sea, Profesor, que ¿estos procesos se dan en la Naturaleza y también en los seres humanos? -preguntó María.

-Claro; y lo podemos evidenciar si comparamos por ejemplo la inteligencia artificial con el funcionamiento del cerebro humano. Hay dos características de los procesos neuronales que no coinciden con los procesos artificiales. La auto-organización de la información que realiza el cerebro a niveles de complejidad diferentes de la secuencialidad que suponen los sistemas computarizados, además de la localización de los conjuntos simbólicos en lugares específicos, a diferencia de la atemporalidad y no localización topológica de las representaciones mentales. 

Esta auto-organización es solo realizada en el cerebro a partir de la red neuronal y depende de las conexiones que se entablan en la experiencia, según un patrón que oficia como fase (nodo) de aprendizaje del sistema, que lo es en la medida que tiende a ser reconocido cuando las conexiones vuelven a ser activadas por patrones similares. En esta medida no hay un mecanismo animado, manipulado o localizado, externamente, ni una unidad operativa regente, puesto que el sistema se auto-regula y auto-organiza con base en una cooperación reticular de apoyo o exclusión múltiple, que aparece cuando las condiciones y las conexiones son tales.

Dicho esto el profesor les pidió a todos que se abrazaran de los árboles y les contó que  algunos de ellos tenían 1000 años de antigüedad y tenían la capacidad de compartir en un instante todo su conocimiento. La mayoría de los estudiantes sintieron que el tiempo y el espacio habían desaparecido.

Aquella tarde María salió a un bar con sus amigas pero después de su tercera cerveza se fue al baño y se contempló en el espejo: ¿Quién era? ¿Realmente existía? Y si era cierto, ¿de qué manera?

La siguiente clase trajo para ella nuevas respuestas a sus preguntas.

Tercera lección: ENACCIÓN

-Hoy vamos a hablar de Enacción, dijo el profesor al iniciar la clase. Pero además de hablar de ella, vamos a contemplarla en vivo y en directo.

Al correr el escritorio del salón apareció ante el asombro de los estudiantes una especie de organismo que más parecía un extraterrestre que un ser de este mundo. Los estudiantes que estaban en primera fila cayeron sobre los que estaban detrás y la clase entera se desarmó en una especie de castillo de naipes.

Una vez recuperados del susto los estudiantes comenzaron a ver embelesados las mil transformaciones internas que ocurrían en aquel ser semitransparente y a medida que el Profesor hablaba notaban cómo emergían de él diferentes posiciones y actitudes que eran una mezcla perfecta de sentidos y palabras.

-¿Es la realidad, el mundo que vivimos, algo que está ahí con independencia de nuestras percepciones acerca del mismo? ¿Está el mundo pre configurado o pre-dado?

Si esto fuera así nuestra mente no sería más que un objeto arrojado al mundo con intención de convertirse en un eficaz espejo de la realidad y nuestras percepciones no serian más que una representación más o menos imperfecta de esa misma realidad[5].

-Este ser que ustedes ahora contemplan y que los aterra NO ESTÁ AQUÍ REALMENTE pero no está como representación, como la realidad que Ustedes viven cotidianamente. Sin embargo está de otra manera está ENACTUADO POR MI Y POR USTEDES y esto lo hace más real todavía que el escritorio.

La Enacción supera la imagen del organismo como simple procesador de una información externa –pura representación- pero también la idea solipsista del organismo actuando solamente desde su interior. Enacción se usa en el sentido de traer a la mano o hacer emerger un mundo no existente plenamente afuera pero tampoco generado plenamente adentro.  La Enacción hace de la reciprocidad histórica la clave de una codefinición entre un sistema autónomo y su entorno. SER y HACER son la misma cosa. CONOCER, HACER y VIVIR, son patterns de una danza constructiva[6].

La Enacción parte del concepto de Clausura operacional, pero no como un cierre del organismo sobre sí mismo sino como una nueva forma de interacción cognitiva, mediada por la autonomía del sistema. Así, el conocimiento surge como una propiedad autoorganizativa del sistema nervioso. Es una emergencia, o mejor una coemergencia entre el sistema cuerpo-mente y el entorno. En biopedagogía, sería el sentido mismo de la aprendiencia: el entender que nada está predeterminado y que el saber es una construcción incesante en la que quien aprende no es un sujeto pasivo, ni un observador frente a lo observado sino un co-partícipe.

De pronto el organismo se disolvió en el aire y el profesor continuó:

-De la misma manera, un estado de cosas representado no pertenece a la acción de una mente pre-dada; no es la representación de un mundo o de un conocimiento del mundo pre-dados. El mundo del sujeto no es ni puede ser uno tal con características generales, puesto que no proviene de un ordenador que le asigne dicha generalidad, sino que más bien depende de las acciones particulares que un ser tiene en la vivencia de su subjetividad; entonces, ejecutar, representar o actuar es propio de un ser que ejecuta, representa, actúa, según su intencionalidad, es decir se pone en situación de enacción o en-actuación.

Realizar, llevar a cabo, intentar[7], tiene el sentido de hacer surgir mundos posibles, no de manera simbólica o literaria sino de manera real. Precisamente­ la mayor capacidad de la cognición viviente consiste en gran medida en plantear las cuestiones relevantes que van surgiendo en cada momento de nuestra vida. No son predefinidas­ sino enactuadas: se las hace emerger desde un trasfondo, y lo relevante es aquello que nuestro sentido común juzga como tal, siempre dentro de un contexto.

Cuando acabó de hablar el profesor todos buscaron detrás del escritorio a ver si allí aún encontraban a aquel ser pero no había nada. ¿Qué clase de brujo, chamán o mago era ese profesor que además de hablar un lenguaje extraño era capaz de materializar una criatura?

Esa misma mañana, María tomándose un café decidió seguir al profesor; conocer dónde vivía, cómo y con quién. Había qué develar de alguna manera ese misterio.

Al medio día, cuando el Profesor abordó su vehículo, María lo siguió en su moto  por un camino que la llevó a un sendero rural.  Al llegar a una pequeña casa de campo el Profesor bajó de su vehículo y le hizo una seña para que bajara.  La condujo a un precioso jardín y sin inmutarse comenzó la siguiente lección.

Cuarta lección: AUTOPOIESIS

-Profesor, pero no estamos en clase, no están los compañeros, no…

-Y ¿cómo puedes saber tú con absoluta certeza que esto no es una clase, que aquí no están tus compañeros?  -y cuando pronunció esta frase, María sintió allí la presencia de todos- y ¿cómo puedes estar segura de que esto es un jardín y que al lado está mi casa?

María calló y el Profesor continuó:

-Hoy vamos a hablar de Autopoiesis, María. La autopoiesis es el sentido mismo de la vida, dado que es la continua producción de sí misma. Es cambiar para que nada cambie en tanto que es la conjugación del verbo “vida”: el proceso de autoconstrucción de una identidad, de una estructura y de un patrón en un fluir permanente de “aprendiencia” en la trama de la vida, donde la interacción entre la totalidad y el orden implicado, bailan forjando una identidad conectada en y con el universo.

La Autopoiesis sintetiza la dinámica constitutiva de los seres vivos y designa la dinámica de su organización mínima, como una red de producciones de componentes cerrada sobre sí misma, con autonomía del medio en que está inmersa, lo que hace de la autopoiesis un proceso de  auto-referencia.

La auto-referencia, es un proceso de transformación y renovación, en el que el proceso es la auto-referencia y el patrón está ahí. La Autopoiesis reposa sobre la concepción circular y auto referencial[8].  Los seres vivos son redes de producciones moleculares en las que las moléculas producidas generan con sus interacciones la misma red que las produce[9]

-Escucha María: esto que contemplas como un jardín, es todo tu universo y ahora mismo cada uno de los seres, organismos y ecosistemas que lo componen está haciendo su propio proceso autopoiético.

Este concepto no es tan esotérico como te parece, ni emerge de la estratosfera. Quienes lo inventaron, los biólogos chilenos Humberto Maturana  y Francisco Varela nos dicen  que su amigo José M. Bulnes les contó que para él, el Quijote marcaba la diferencia entre praxis y poiesis, entre práctica y poesía, entre pragmatismo y creatividad y de ahí tomaron la idea para consolidar el concepto. Es bueno que sepas que esa idea nace en el sur, de la confluencia de fenómenos, procesos y reflexiones compartidas por personas de diversas disciplinas, en medio de la crisis y sus significativas emergencias: Paris, mayo del 68; Cuernavaca 72, CIDOC, Iván Illich; Santiago de Chile 73,  Allende, la represión y la diáspora. Te hablo de esto porque se de tus andanzas por esos territorios.

María quedo estupefacta. El Profesor parecía saber todo acerca de ella…

-Maturana y Varela -Continuó el Profesor- al poner la autonomía del ser vivo al centro de la caracterización de la biología, abren el camino para considerar a los seres vivos como portadores de capacidad interpretativa desde su origen y en consecuencia de la capacidad de adaptarse, comunicar y organizarse que ha sido característica del ser humano dando origen a las diversas culturas que habitan el planeta; capacidad de interpretar y adaptarse que es preciso restaurar por cuanto, hoy por hoy, se encuentra mermada o atrapada en la alienante sociedad de consumo, que es la fase decadente de la sociedad de la imagen o de la representación, que podría denominarse también del cartesianismo reduccionista, donde el Capital, el Estado, la Iglesia, los partidos y demás instituciones conculcan nuestra autonomía, manipulan nuestra voluntad y fabrican “nuestra imagen”.

La capacidad de interpretación de la sociedad contemporánea se puede renovar al recuperar la necesidad de hacerlo desde  la autonomía adaptativa de lo viviente. Con la capacidad interpretativa, el ser humano no descubre el mundo sino que lo constituye y/o lo reconstruye. De ahí que  con la autopoiesis, Maturana y Varela inician o abren un pliegue oportuno y renovador para  procesar la información palpitante que emerge de la crisis global que nos está obligando  a preguntarnos en forma reiterada, qué es la vida y cómo vivirla.

María, a medida que escuchaba sentía que toda aquella situación a partir de la llegada del profesor a su primera clase de epistemología y hasta ahora en un jardín que según él era el mismísimo universo, no podía ser la realidad real o representada.  De alguna manera se había ido generando un entorno donde ella era participante pero en una cadena de conexiones que en su cuerpo parecían llegar al infinito.  Se fue quedando dormida en su propio jardín y en su propio sueño.

Quinta lección: ATRACTORES

Al despertar al día siguiente en una habitación desconocida, María se dio cuenta de que nada había sido un sueño. Y lo pudo comprobar cuando apareció el profesor para brindarle una taza de café caliente.

-Hoy vamos a hablar de Atractores, María. ¿Te has preguntado por qué llegaste hasta este lugar? ¿Qué te atrajo y de qué manera?

María permaneció en silencio tratando de interpretar la cadena de acontecimientos que la habían llevado hasta allí  y cuando terminó su café, el profesor la invitó a salir y la llevó al borde de una hermosa cañada, donde se divisaban remolinos que oscilaban y devoraban todo lo que pasaba cerca.

-Los atractores son como esos vórtices que ves en el agua –Prosiguió el Profesor- Son manifestaciones que emergen del caos y revelan aspectos de un orden latente, no reconocido o desconocido. Surgen cuando en medio de la turbulencia los componentes de un movimiento se conectan y cada uno de ellos interactúa con  los demás, produciendo una dinámica  de realimentación de donde surgen nuevos elementos. Puede surgir un atractor extraño en momentos de turbulencia asociada a prácticas sociales donde de  un hecho o de un acto inesperado surge una situación que trasforma las relaciones permitiendo reconocer elementos ocultos.

Conoces la historia de Rosa Parks, la señora negra que se negó a darle su asiento en el bus a un blanco, acto que generó una movilización social que culmino en el reconocimiento de los derechos civiles de los negros en E.U. Se dice que fue la chispa -el atractor- que propició esa lucha[10].

Es este tal vez el sentido del atractor[11], pues, lo que transforma y crea en el conocimiento, es la fuerza emergente desde el caos de las emanaciones del cosmos. Don Juan Matus, un brujo indio Yaqui creado o no por el antropólogo Carlos Castaneda pero que en todo caso  pertenece a la segunda sintaxis, lo llama la tumbadora[12];  y más coloquialmente lo encontramos en el libro: El lado activo del infinito cuando Don Juan anima a Carlos para que recuerde algo verdaderamente significativo, que sea capaz de mover su intento hacia lugares del punto de encaje que lo lleven a alinear la percepción de lo desconocido, como ejercicio para el camino del guerrero de conocimiento: llamar al intento -le dice- para resolver el conflicto entre tus dos mentes, no es una cuestión ni mezquina ni arbitraria; todo lo contrario; es un asunto etéreo y abstracto, y a la vez es tan vital para ti como te puedas imaginar[13].

Un acto aparentemente simple, pero realmente complejo, al punto que genera un comportamiento enactivo y que lleva a unificar en un plano de densidad mayor y por un momento a la consciencia, es el de la prostituta que se refleja en el espejo mientras se contorsiona. Es el acto que genera en el movimiento de la percepción un instante de aprendizaje vital y una verdadera pedagogía desde lo vivo-activo del ser-hacer siendo plenamente.

El Profesor dio un salto y quedó suspendido unos segundos por encima de uno de los vórtices de la quebrada y luego desapareció sin dejar rastro.

María observó un rato más pero extrañada al no sentir susto temor o sorpresa, tomó su moto y regresó a su casa. Quizá ahora todo estaba empezando a tener sentido.

Sexta lección: SENTIDO

María se encontró con su amiga Marcela a la entrada de la Universidad. Quería contarle todos los detalles de su aventura; decirle que ya había descubierto el sentido de todo lo que les había dicho el profesor, pero… Marcela parecía una piedra; no comprendía nada, no sabía en absoluto de nada de lo que María estaba hablando.

Entonces se dio cuenta de que la sexta lección, la lección por el Sentido tendría que abordarla ella misma, sin la ayuda de nadie. Se fue a un aula solitaria y empezó a reflexionar:

Preguntar por el sentido de la vida y por el vivir… La vida no tiene sentido por fuera de sí misma.
Y al mirar una mosca que revoloteaba a su alrededor se dijo: El sentido de la vida de una mosca es mosquear, ser mosca, el sentido de la vida de un ser humano  es en el humanizar[14].

Los seres vivos somos sistemas para quienes lo único que importa es un proceso interno. Nuestro único resultado somos nosotros mismos y este resultado es espontáneo.  No hay ALGO que guíe los procesos –algo que imponga desde afuera una dirección y un sentido-  Objetivo, finalidad y función no son propiedades de una máquina sino que están en el dominio descriptivo del observador.

Para el sistema nervioso como Red neuronal cerrada, no hay adentro ni hay afuera. La distinción entre causas externas e internas en el origen de los cambios de estado del sistema nervioso, puede solo ser hecha por un observador que observa el organismo como unidad y define un adentro y un afuera al delimitar sus bordes.

El sentido se refiere al significado, a la interpretación que crearía un valor producido en el proceso de aprendiencia. Pero el sentido también viene de “sentir”, de allí que algo que se vuelve “significativo” para alguien, es algo sentido en el cuerpo, aprendido en el todo sentipensante. El sentido aparece cuando el saber se vuelve también un sabor, un olor, un color, un palpitar; en resumen, un sentir.

Y decidió no pensar más sino SABER VIVIR.

(Si desea conocer otras experiencias de Pedagogía del Caos, visite la serie: Pedagogía del Caos).


[1] Castaneda, Óp. Cit pg. 10.
[2] Este párrafo y los que siguen, son tomados de Peat David 2007
[6] El anterior y siguientes párrafos son una adaptación de: Maturana y Varela 2003 pág. 56
[7] En el sentido de Castaneda
[8] Maturana y Varela 2003 pág. 45.
[9] Maturana 1999 pg181
[10] Versión de Briggs y Peat 1990
[11] Que valoramos en Briggs y Peat, pero que reactualizamos de nuevo en Castaneda.
[12] Castaneda Carlos en El Don del Águila,
[13] Castaneda 1999 pg. 38
[14] (Tomado de: De Máquinas…)

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