De la serie: Pedagogía del Caos
Por: JV Rubio y Rizomas 7 Sicomoros y Guatacucha del Doctorado en Educación, Universidad de la Salle, San José de Costa Rica
EMPIEZAN LAS CLASES
-Ustedes ya conocen
la sintaxis convencional –decía el profesor de Epistemología a sus estudiantes
de primer curso- una sintaxis que exige comienzos, desarrollos y finales; en
ella viven inmersos en su vida cotidiana y seguramente así escriben, así sienten, así ven el mundo, así hacen el
amor y así van a morir, pues es la sintaxis de su cultura, de su lengua madre.
María, quien
garrapateaba sobre su libreta de notas, levantó la vista esperando saber con
qué saldría aquel hombrecito extraño que diez minutos antes había entrado al
salón sin que nadie lo notara.
-Pero existe otra
sintaxis y en ella nada comienza y nada termina; solo atraviesa infinitas
fluctuaciones de intensidad. Están invitados a hacer parte de este curso
quienes se atrevan a abordar este camino y viajar a través de cambios sin fin; de
ese modo se darán cuenta de que están confirmando la sintaxis de su segunda
lengua madre.
María se sintió
sobrecogida. Por fin aparecía en aquella Facultad alguien con capacidad para
mover sus entrañas. Pero lo que siguió le pareció francamente exagerado. Sin embargo,
no podía quitarse del estómago la sensación de que en ese profesor había algo
especial y por eso espero que todos salieran, al final de la clase, para
conversar con el docente.
-¿Y Usted cree que
va a venir algún estudiante a su próxima clase? Lo más posible es que hayan
salido a quejarse ante el Decano.
-Pues espero más lo
uno que lo otro –Dijo el profesor con una sonrisa amable- Usted estaba muy
concentrada en lo que yo decía y no notó que mientras hablaba algo se removía en
cada una y cada uno de ellos. Es más, si le pido ahora que me dé una breve
reseña de los conceptos que expuse, es probable que tenga algo para decirme…
-¡Pero si no
entendí ni un comino! Mire que hablar de Autopoiesis
y Enacción
es como hablar en chino y luego, decir
que es posible la No Localidad y la No Temporalidad es pasar a la Ciencia
ficción; Ah, y para rematar: los Atractores
me suenan a máquinas del campo; El
único término familiar para mí fue el de Sentido
pero Usted lo expresó en un completo
sin sentido.
El profesor no
paraba de reír y a María en vez de molestarle, se le hacía cada vez más
simpático. Salieron del salón haciendo una apuesta que proponía dos números
extremos para la asistencia a la próxima
clase.
Primera lección: MENTE-MATERIA:
Ganó el Profesor,
pues llegaron todos los estudiantes. El Docente inició de inmediato su
exposición:
- La
“aparición” de la llamada “Partícula de Dios” en el espectro científico revela,
además del hecho significativo, tanto para la popularización de la ciencia como
para su afianzamiento histórico-cultural, un vivo agenciamiento de las
intencionalidades suscitadas en torno a la concepción del cosmos y, en ello, de
su conocimiento, de nuestro conocimiento, conocer, ser y hacer existente.
La designación misma implicada en la masificación del
término, nos parece que sirve de ejemplo para lo que podríamos llamar las dos sintaxis[1].
Una, según la cual, el hecho científico atestiguaría la afirmación de que el
universo proviene de una gran explosión, en donde al cabo de cientos de miles
de millones de años la energía liberada alcanza un nivel de condensación
material que se corrobora por la presencia de la llamada partícula de Higgs; pero
también otra que vería en ello, la emergencia de una conexión de densidades
siempre presentes y siempre actuantes en donde no hay comienzo ni final sino, a
la manera de Heráclito, un eterno fluir de lo siempre cambiante.
Si a esto agregamos la capacidad auto creativa de lo
existente, entonces, energía materia o materia energía, no serían más que
configuraciones diversas de la emergencia de lo mismo en su azarosa manera de
darse.
María estaba
asombrada, no solo por el desparramado juego de conceptos sino porque veía a
todos sus compañeros y compañeras embebidos en lo que decía el profesor. Creía
que no estaban entendiendo nada, pero entonces ¿por qué y de dónde tanta
atención? Alguna energía poderosa debería estar surgiendo de aquel hombre. Y
entonces recordó lo que le había contado una amiga antropóloga en una de sus
primeras visitas a un chamán en la selva. Ella había viajado para que éste le
compartiera algunos secretos de las plantas. El chamán la llevó por un sendero
y le iba mostrando cada planta describiéndola en un lenguaje incomprensible.
Así estuvieron durante varias horas y ella pensó que era su lengua nativa; de
vuelta a la maloca el chamán la hizo partícipe de un ritual donde todo ese
conocimiento emergió desde el centro mismo de las entrañas de su amiga.
-Entonces, Profesor
–dijo María- si según lo que Usted dice, existe una continuidad entre la mente
y la materia ¿cómo es que eso no se evidencia en la realidad?
El Profesor miró a
María como si ya la conociera de mucho tiempo atrás y continuó su exposición
ahora acercándola a su pregunta:
-Antes de su
muerte, Werner Heisenberg, el creador de la teoría cuántica, sostenía que lo
que era verdaderamente fundamental en la naturaleza no eran las partículas
elementales en sí sino las simetrías que
había más allá de ellas. Estas simetrías fundamentales se podrían considerar
los arquetipos de toda materia y el fundamento de la existencia material[2].
Como las partículas
elementales se mantienen mediante una danza que trasciende el mundo de la
materia, la mente también está sostenida por una dinámica que está más allá de
la mente y la materia. Por lo tanto, más allá de la mente y la materia existen
patrones y simetrías que ejercen un efecto generativo y animador.
Realmente es
posible que tanto el nivel de la mente como el de la materia, surjan de un
fundamento común, pues la historia de la ciencia concilia aspectos
aparentemente inconmensurables de la experiencia.
El concepto del
mundo material se ha extendido constantemente a regiones de mayor complejidad y
sutileza hasta que, hoy en día, es posible especular que este orden sutil se
puede extender sin límite a regiones cada vez más profundas. Por lo tanto, el
orden de la materia ha llegado a distanciarse mucho del de las bolas de billar
y las manzanas en caída libre del mundo newtoniano. En lugar de reducirse la naturaleza a lo
material, el concepto de la materia se ha extendido hasta regiones de una
intangibilidad indefinida.
Terminó la clase.
María prefirió ir caminando hasta su casa para poder reflexionar sobre todo
aquello. Atravesó el gran parque que tanto le gustaba y de pronto se generó un
gran viento que levantó en remolino todas las pequeñas y grandes hojas que
estaban regadas por el piso. A maría le pareció que junto con las hojas se
estaba levantando a pedacitos el suelo del parque y que su propio cuerpo se
estaba desmaterializando.
Lo sintió más vivo
aún cuando apareció frente a la puerta de su casa. Entró y al ver a su hermanito
que jugaba Wii, le dijo:
-¿Sabes? Ahora si creo
lo que me contaste el otro día.
Para la siguiente
clase el profesor hizo una citación que puso a conversar a todos los
estudiantes del curso de Epistemología. El mensaje decía: “Nuestro próximo
encuentro será en el sitio donde todos nos reunamos”. María les contó la
situación que había vivido en el parque y dos de sus compañeras dijeron que en
ese sitio habían tenido experiencias similares. Todos acordaron reunirse allí a
la hora de la clase.
Segunda lección: NO LOCALIDAD-NO
TEMPORALIDAD.
El profesor llegó
puntualmente al parque en medio de una risa cómplice de todos, e inició la
segunda lección:
-Las partículas
atómicas parecen intercambiar información a velocidades superiores a la luz, a
través de conexiones misteriosas; aunque, realmente lo que ocurre es que dos
fotones emitidos al mismo tiempo deben considerarse como un único estado
cuántico, como una realidad expresada por una única función de onda[3].
Dos partículas entrelazadas se comportan como un único objeto físico, sin
importar lo lejos que estén entre sí. Es como si viviesen fuera del espacio-tiempo[4].
Lo que nosotros
identificamos como dos realidades diferentes, es una sola realidad, mientras
los dos fotones se encuentren en un estado de entrelazamiento. La mecánica
cuántica ha cambiado radicalmente la noción que tenemos de la realidad. Algo
tan intuitivo como la localidad, al menos en lo que respecta al nivel cuántico,
debe considerarse en muchos casos ajeno a la realidad.
La no localidad y no temporalidad, serían un fluir con el universo y aceptar
la borrosidad del tiempo y del espacio, tal cual hoy los medimos, es también
una creación histórica de la humanidad; lo que quiere decir que podemos Re
inventarlos.
-O sea, Profesor,
que ¿estos procesos se dan en la Naturaleza y también en los seres humanos?
-preguntó María.
-Claro; y lo podemos evidenciar
si comparamos por ejemplo la inteligencia artificial con el funcionamiento del
cerebro humano. Hay dos características de los procesos neuronales que no
coinciden con los procesos artificiales. La auto-organización de la información
que realiza el cerebro a niveles de complejidad diferentes de la secuencialidad
que suponen los sistemas computarizados, además de la localización de los
conjuntos simbólicos en lugares específicos, a diferencia de la atemporalidad
y no localización topológica de las
representaciones mentales.
Esta auto-organización
es solo realizada en el cerebro a partir de la red neuronal y depende de las
conexiones que se entablan en la experiencia, según un patrón que oficia como
fase (nodo) de aprendizaje del sistema, que lo es en la medida que tiende a ser
reconocido cuando las conexiones vuelven a ser activadas por patrones
similares. En esta medida no hay un mecanismo animado, manipulado o localizado,
externamente, ni una unidad operativa regente, puesto que el sistema se
auto-regula y auto-organiza con base en una cooperación reticular de apoyo o
exclusión múltiple, que aparece cuando las condiciones y las conexiones son
tales.
Dicho esto el profesor
les pidió a todos que se abrazaran de los árboles y les contó que algunos de ellos tenían 1000 años de
antigüedad y tenían la capacidad de compartir en un instante todo su
conocimiento. La mayoría de los estudiantes sintieron que el tiempo y el
espacio habían desaparecido.
Aquella tarde María salió
a un bar con sus amigas pero después de su tercera cerveza se fue al baño y se
contempló en el espejo: ¿Quién era? ¿Realmente existía? Y si era cierto, ¿de
qué manera?
La siguiente clase trajo
para ella nuevas respuestas a sus preguntas.
Tercera lección: ENACCIÓN
-Hoy vamos a hablar de Enacción,
dijo el profesor al iniciar la clase. Pero además de hablar de ella, vamos a
contemplarla en vivo y en directo.
Al correr el escritorio
del salón apareció ante el asombro de los estudiantes una especie de organismo
que más parecía un extraterrestre que un ser de este mundo. Los estudiantes que
estaban en primera fila cayeron sobre los que estaban detrás y la clase entera
se desarmó en una especie de castillo de naipes.
Una vez recuperados del
susto los estudiantes comenzaron a ver embelesados las mil transformaciones
internas que ocurrían en aquel ser semitransparente y a medida que el Profesor
hablaba notaban cómo emergían de él diferentes posiciones y actitudes que eran
una mezcla perfecta de sentidos y palabras.
-¿Es la realidad,
el mundo que vivimos, algo que está ahí con independencia de nuestras
percepciones acerca del mismo? ¿Está el mundo pre configurado o pre-dado?
Si esto fuera así
nuestra mente no sería más que un objeto arrojado al mundo con intención de
convertirse en un eficaz espejo de la realidad y nuestras percepciones no
serian más que una representación más o menos imperfecta de esa misma realidad[5].
-Este ser que
ustedes ahora contemplan y que los aterra NO ESTÁ AQUÍ REALMENTE pero no está
como representación, como la realidad que Ustedes viven cotidianamente. Sin
embargo está de otra manera está ENACTUADO POR MI Y POR USTEDES y esto lo hace
más real todavía que el escritorio.
La Enacción supera la imagen del organismo como simple procesador de una
información externa –pura representación- pero también la idea solipsista del
organismo actuando solamente desde su interior. Enacción se usa en el sentido
de traer a la mano o hacer emerger un mundo no existente plenamente afuera pero
tampoco generado plenamente adentro. La
Enacción hace de la reciprocidad histórica la clave de una codefinición entre
un sistema autónomo y su entorno. SER y HACER son la misma cosa. CONOCER, HACER
y VIVIR, son patterns de una danza constructiva[6].
La Enacción parte
del concepto de Clausura operacional, pero no como un cierre del organismo
sobre sí mismo sino como una nueva forma de interacción cognitiva, mediada por
la autonomía del sistema. Así, el
conocimiento surge como una propiedad autoorganizativa del sistema nervioso. Es
una emergencia, o mejor una coemergencia entre el sistema cuerpo-mente y el
entorno. En biopedagogía, sería el sentido mismo de la aprendiencia: el
entender que nada está predeterminado y que el saber es una construcción
incesante en la que quien aprende no es un sujeto pasivo, ni un observador
frente a lo observado sino un co-partícipe.
De pronto el organismo
se disolvió en el aire y el profesor continuó:
-De la misma manera, un
estado de cosas representado no pertenece a la acción de una mente pre-dada; no
es la representación de un mundo o de un conocimiento del mundo pre-dados. El
mundo del sujeto no es ni puede ser uno tal con características generales, puesto
que no proviene de un ordenador que le asigne dicha generalidad, sino que más
bien depende de las acciones particulares que un ser tiene en la vivencia de su
subjetividad; entonces, ejecutar, representar o actuar es propio de un ser que
ejecuta, representa, actúa, según su intencionalidad, es decir se pone en
situación de enacción o en-actuación.
Realizar, llevar a cabo,
intentar[7],
tiene el sentido de hacer surgir mundos posibles, no de manera simbólica
o literaria sino de manera real. Precisamente la mayor capacidad de la
cognición viviente consiste en gran medida en plantear las cuestiones
relevantes que van surgiendo en cada momento de nuestra vida. No son
predefinidas sino enactuadas: se
las hace emerger desde un trasfondo, y lo relevante es aquello que nuestro
sentido común juzga como tal, siempre dentro de un contexto.
Cuando acabó de
hablar el profesor todos buscaron detrás del escritorio a ver si allí aún
encontraban a aquel ser pero no había nada. ¿Qué clase de brujo, chamán o mago
era ese profesor que además de hablar un lenguaje extraño era capaz de
materializar una criatura?
Esa misma mañana,
María tomándose un café decidió seguir al profesor; conocer dónde vivía, cómo y
con quién. Había qué develar de alguna manera ese misterio.
Al medio día,
cuando el Profesor abordó su vehículo, María lo siguió en su moto por un camino que la llevó a un sendero
rural. Al llegar a una pequeña casa de
campo el Profesor bajó de su vehículo y le hizo una seña para que bajara. La condujo a un precioso jardín y sin
inmutarse comenzó la siguiente lección.
Cuarta lección: AUTOPOIESIS
-Profesor, pero no
estamos en clase, no están los compañeros, no…
-Y ¿cómo puedes
saber tú con absoluta certeza que esto no es una clase, que aquí no están tus
compañeros? -y cuando pronunció esta
frase, María sintió allí la presencia de todos- y ¿cómo puedes estar segura de
que esto es un jardín y que al lado está mi casa?
María calló y el
Profesor continuó:
-Hoy vamos a hablar
de Autopoiesis, María. La autopoiesis
es el sentido mismo de la vida, dado que es la continua producción de sí misma.
Es cambiar para que nada cambie en tanto que es la conjugación del verbo
“vida”: el proceso de autoconstrucción de una identidad, de una estructura y de
un patrón en un fluir permanente de “aprendiencia” en la trama de la vida,
donde la interacción entre la totalidad y el orden implicado, bailan forjando
una identidad conectada en y con el universo.
La Autopoiesis sintetiza
la dinámica constitutiva de los seres vivos y designa la dinámica de su
organización mínima, como una red de producciones de componentes cerrada sobre
sí misma, con autonomía del medio en que está inmersa, lo que hace de la autopoiesis
un proceso de auto-referencia.
La auto-referencia,
es un proceso de transformación y renovación, en el que el proceso es la
auto-referencia y el patrón está ahí. La Autopoiesis reposa sobre la concepción
circular y auto referencial[8].
Los seres vivos son redes de
producciones moleculares en las que las moléculas producidas generan con sus
interacciones la misma red que las produce[9]
-Escucha María:
esto que contemplas como un jardín, es todo tu universo y ahora mismo cada uno
de los seres, organismos y ecosistemas que lo componen está haciendo su propio
proceso autopoiético.
Este concepto no es
tan esotérico como te parece, ni emerge de la estratosfera. Quienes lo
inventaron, los biólogos chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela nos dicen que su amigo José M. Bulnes les contó que
para él, el Quijote marcaba la diferencia entre praxis y poiesis, entre
práctica y poesía, entre pragmatismo y creatividad y de ahí tomaron la idea
para consolidar el concepto. Es bueno que sepas que esa idea nace en el sur, de
la confluencia de fenómenos, procesos y reflexiones compartidas por personas de
diversas disciplinas, en medio de la crisis y sus significativas emergencias:
Paris, mayo del 68; Cuernavaca 72, CIDOC, Iván Illich; Santiago de Chile
73, Allende, la represión y la diáspora.
Te hablo de esto porque se de tus andanzas por esos territorios.
María quedo
estupefacta. El Profesor parecía saber todo acerca de ella…
-Maturana y Varela
-Continuó el Profesor- al poner la autonomía del ser vivo al centro de la
caracterización de la biología, abren el camino para considerar a los seres
vivos como portadores de capacidad interpretativa desde su origen y en
consecuencia de la capacidad de adaptarse, comunicar y organizarse que ha sido
característica del ser humano dando origen a las diversas culturas que habitan
el planeta; capacidad de interpretar y adaptarse que es preciso restaurar por
cuanto, hoy por hoy, se encuentra mermada o atrapada en la alienante sociedad
de consumo, que es la fase decadente de la sociedad de la imagen o de la
representación, que podría denominarse también del cartesianismo reduccionista,
donde el Capital, el Estado, la Iglesia, los partidos y demás instituciones
conculcan nuestra autonomía, manipulan nuestra voluntad y fabrican “nuestra
imagen”.
La capacidad de
interpretación de la sociedad contemporánea se puede renovar al recuperar la
necesidad de hacerlo desde la autonomía
adaptativa de lo viviente. Con la capacidad interpretativa, el ser humano no
descubre el mundo sino que lo constituye y/o lo reconstruye. De ahí que con la autopoiesis, Maturana y Varela inician
o abren un pliegue oportuno y renovador para
procesar la información palpitante que emerge de la crisis global que
nos está obligando a preguntarnos en
forma reiterada, qué es la vida y cómo vivirla.
María, a medida que
escuchaba sentía que toda aquella situación a partir de la llegada del profesor
a su primera clase de epistemología y hasta ahora en un jardín que según él era
el mismísimo universo, no podía ser la realidad real o representada. De alguna manera se había ido generando un
entorno donde ella era participante pero en una cadena de conexiones que en su
cuerpo parecían llegar al infinito. Se
fue quedando dormida en su propio jardín y en su propio sueño.
Quinta lección: ATRACTORES
Al despertar al día
siguiente en una habitación desconocida, María se dio cuenta de que nada había
sido un sueño. Y lo pudo comprobar cuando apareció el profesor para brindarle
una taza de café caliente.
-Hoy vamos a hablar
de Atractores, María. ¿Te has preguntado por qué llegaste hasta este lugar?
¿Qué te atrajo y de qué manera?
María permaneció en
silencio tratando de interpretar la cadena de acontecimientos que la habían
llevado hasta allí y cuando terminó su
café, el profesor la invitó a salir y la llevó al borde de una hermosa cañada,
donde se divisaban remolinos que oscilaban y devoraban todo lo que pasaba
cerca.
-Los atractores son
como esos vórtices que ves en el agua –Prosiguió el Profesor- Son
manifestaciones que emergen del caos y revelan aspectos de un orden latente, no
reconocido o desconocido. Surgen cuando en medio de la turbulencia los
componentes de un movimiento se conectan y cada uno de ellos interactúa
con los demás, produciendo una
dinámica de realimentación de donde
surgen nuevos elementos. Puede surgir un atractor extraño en momentos de
turbulencia asociada a prácticas sociales donde de un hecho o de un acto inesperado surge una
situación que trasforma las relaciones permitiendo reconocer elementos ocultos.
Conoces la historia
de Rosa Parks, la señora negra que se negó a darle su asiento en el bus a un
blanco, acto que generó una movilización social que culmino en el
reconocimiento de los derechos civiles de los negros en E.U. Se dice que fue la
chispa -el atractor- que propició esa lucha[10].
Es este tal vez el
sentido del atractor[11],
pues, lo que transforma y crea en el conocimiento, es la fuerza emergente desde
el caos de las emanaciones del cosmos. Don Juan Matus, un brujo indio Yaqui creado
o no por el antropólogo Carlos Castaneda pero que en todo caso pertenece a la segunda sintaxis, lo llama la tumbadora[12];
y más coloquialmente lo encontramos
en el libro: El lado activo del infinito cuando
Don Juan anima a Carlos para que recuerde algo verdaderamente significativo,
que sea capaz de mover su intento hacia lugares del punto de encaje que lo
lleven a alinear la percepción de lo desconocido, como ejercicio para el camino
del guerrero de conocimiento: llamar al intento
-le dice- para resolver el
conflicto entre tus dos mentes, no es una cuestión ni mezquina ni arbitraria; todo
lo contrario; es un asunto etéreo y abstracto, y a la vez es tan vital para ti
como te puedas imaginar[13].
Un acto aparentemente simple, pero realmente complejo,
al punto que genera un comportamiento enactivo y que lleva a unificar en un
plano de densidad mayor y por un momento a la consciencia, es el de la
prostituta que se refleja en el espejo mientras se contorsiona. Es el acto que
genera en el movimiento de la percepción un instante de aprendizaje vital y una
verdadera pedagogía desde lo vivo-activo del ser-hacer siendo plenamente.
El Profesor dio un
salto y quedó suspendido unos segundos por encima de uno de los vórtices de la
quebrada y luego desapareció sin dejar rastro.
María observó un
rato más pero extrañada al no sentir susto temor o sorpresa, tomó su moto y
regresó a su casa. Quizá ahora todo estaba empezando a tener sentido.
Sexta lección: SENTIDO
María se encontró
con su amiga Marcela a la entrada de la Universidad. Quería contarle todos los
detalles de su aventura; decirle que ya había descubierto el sentido de todo lo
que les había dicho el profesor, pero… Marcela parecía una piedra; no
comprendía nada, no sabía en absoluto de nada de lo que María estaba hablando.
Entonces se dio
cuenta de que la sexta lección, la lección por el Sentido tendría que abordarla
ella misma, sin la ayuda de nadie. Se fue a un aula solitaria y empezó a
reflexionar:
Preguntar por el
sentido de la vida y por el vivir… La vida no tiene sentido por fuera de sí
misma.
Y al mirar una
mosca que revoloteaba a su alrededor se dijo: El sentido de la vida de una
mosca es mosquear, ser mosca, el sentido de la vida de un ser humano es en el humanizar[14].
Los seres vivos somos
sistemas para quienes lo único que importa es un proceso interno. Nuestro único
resultado somos nosotros mismos y este resultado es espontáneo. No hay ALGO que guíe los procesos –algo que
imponga desde afuera una dirección y un sentido- Objetivo, finalidad y función no son
propiedades de una máquina sino que están en el dominio descriptivo del
observador.
Para el sistema nervioso como Red neuronal cerrada, no hay adentro ni
hay afuera. La distinción entre causas externas e internas en el origen de los
cambios de estado del sistema nervioso, puede solo ser hecha por un observador
que observa el organismo como unidad y define un adentro y un afuera al
delimitar sus bordes.
El sentido se refiere al significado, a la interpretación que crearía
un valor producido en el proceso de aprendiencia. Pero el sentido también viene
de “sentir”, de allí que algo que se vuelve “significativo” para alguien, es
algo sentido en el cuerpo, aprendido en el todo sentipensante. El sentido aparece
cuando el saber se vuelve también un sabor, un olor, un color, un palpitar; en
resumen, un sentir.
Y decidió no pensar más sino SABER VIVIR.
(Si desea conocer otras experiencias de Pedagogía del Caos, visite la serie: Pedagogía del Caos).
[2] Este párrafo y los que siguen, son tomados de Peat David 2007
[6] El anterior y siguientes párrafos son una adaptación de: Maturana y
Varela 2003 pág. 56
[7] En el sentido de Castaneda
[9] Maturana 1999
pg181
[10] Versión de Briggs y Peat 1990
[13] Castaneda 1999 pg. 38
[14] (Tomado de: De Máquinas…)
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