4 de diciembre de 2012

Conectados a una pequeña cucaracha


De la Serie: Pedagogía del Caos

(Este fue el tercer y último taller de aplicación de una Pedagogía del Caos bastante radical en el seminario de Contemporanización de saberes, Universidad Javeriana Bogotá en julio 28 de 1998).

No dispuse los asientos ni reorganice el salón, porque llegue un poco tarde y además mis experiencias anteriores, bastante fuertes, no parecían haber incidido en la transformación personal de los estudiantes.

Me había reunido con tres de ellos y habíamos realizado una especie de taller dónde les mostraba de manera experiencial lo que podría hacerse en clase. Estábamos sentados en el piso de la sala de mi apartamento y en un momento pisé con fuerza la mano de uno de las chicos, para hacerle sentir que cuando una persona o una comunidad se siente violentada es natural que reaccione,  que se sacuda así como él lo hizo.
 Antes de entrar a clase, hablé con Álvaro y Nohora y dijeron que la gente parecía inquieta, interesada. Al entrar, les entregue cuatro libros y tres documentos que llevaba sobre el tema, y láminas referentes también al campo relacional. Les dije  en broma, que llevaba todo esto, porque no había tenido tiempo de preparar clase, e íbamos a leer todo el rato. 

No sé si esto incidió de alguna manera para la crisis que posteriormente se dio.
También puse sobre el piso a Marianela, la cucarachita que vive con nosotros hace unos días, un trozo de plastilina a manera de rueda dentada, que hacía referencia al ejercicio de la multiplicidad, un tubo de hilo, un billete etc. y planteé la pregunta: ¿Qué es lo que conecta todas estas cosas con todo lo demás?, y mejor aún ¿hay algo que conecta todas estas cosas con nosotros y con el universo?

Desde el momento en que planteé la pregunta, sentí el comienzo de un vacío. Parece que ellos necesitaban de antemano saber para dónde iban y ya de por sí lo que estaba en el piso era bastante, como para agregar mayor incertidumbre.

Entonces me fui al tablero e hice un repaso del proceso de las tres sesiones:
Primero: La multiplicidad como ampliación de lo que es cada uno de nosotros
Segundo: La diversidad como posibilidad de encuentro con la multiplicidad de los otros
Tercero: el campo relacional, como posibilidad de encuentro con todo lo existente humano y no humano
Y dije que en últimas  lo que se estaba intentando era de construir un nuevo modelo educativo y en el lenguaje de la sesión de hoy, este modelo se podría llamar campo relacional.

Además, que recordaran que la fundamentación de este modelo era en general el panorama contemporáneo de las ciencias humanas y naturales en lo que tenía que ver con la complejidad, e hice referencia al libro de Horgan: "El fin de la ciencia", que es un buen compendio de lo último en el pensamiento y la investigación contemporánea.

Repetí la pregunta inicial y Álvaro dijo que lo que unía todas esas cosas era como un hilo invisible; le presté el hilo y el otro Álvaro insinuó que nos lo pasáramos tejiendo una especie de red que debido al círculo en el que estábamos, apenas producía una circunferencia un tanto irregular. El problema de ese planteamiento, era que todo lo demás que no estaba tocado por el hilo, no haría parte del campo relacional.

La hermana Bertha sintió que el hilo tenía una relación con la ropa o hábito de la hermana Paula. Carmen dijo que lo que conectaba todo eso era simplemente el hecho de existir.
Mary dijo que le repugnaba  la cucaracha y que ella no tenía por qué establecer ninguna relación con algo que le parecía sucio. Poco después la hermana Paula diría que le importaba más la relación con lo humano que con un asiento o una cucaracha, aunque ella veía una conexión con el agua por ejemplo.

Alguien más reclamó que para que hubiera conexión el acto debía ser de voluntad…

-¿Y si no hay una conexión directa, a través de algún medio, o voluntaria u obligada, entonces no estamos estableciendo ninguna conexión con ninguna otra cosa o persona? -Expresé.

Álvaro comentó que así como nos repugna una cucaracha nos puede fastidiar el chico que tiene algún comportamiento ofensivo...

Así continuó y terminó la sesión en medio de comentarios a favor y en contra de las conexiones y de este tipo de procesos.

NOTA FINAL: cuando llegué a la siguiente clase se me comunicó que el seminario había sido cancelado por la decanatura, debido a las quejas de los estudiantes.

ANÁLISIS DE "CONECTADOS A UNA PEQUEÑA CUCARACHA" DESDE LAS HERRAMIENTAS DE LA PEDAGOGÍA DEL CAOS:

NOTA: Tanto esta experiencia como otras que perturban al punto que maltratan y generan prevenciones, se hicieron durante el proceso de gestación de la Pedagogía del Caos y la Creáthica. Se describen aquí porque en ellas se evidencian algunas herramientas, pero no se recomiendan como ejemplo de Pedagogía del Caos. Otro ejemplo, quizá mejor resuelto es la experiencia-libro de Carlos González: "23 maestros de corazón" adaptado en el video: "Entre maestros"

BORROSIDAD: se intenta borrar los bordes de las cosas y las personas para que sean posibles las conexiones. También se transforma el orden del salón de clase para que no de la sensación de la academia. Se busca que tanto las cosas como los seres vivos y humanos se contemplan en una continuidad que rompe la fragmentación.

CAMPO RELACIONAL: aunque se intenta con cierto desespero y contundencia generar un Campo relacional no se logra precisamente por lo forzado y fortuito de las circunstancias; sin embargo para algunos estudiantes les queda planteado como inquietud, y sienten que todo está ligado con todo.

DESORDENAMIENTO: se intenta producir desordenamientos a muchos niveles,  desde la disposición de las sillas en el salón hasta sus creencias y sus principios. Para la mayoría de los estudiantes las rupturas que se plantean son demasiado atrevidas y aunque las ven en ocasiones lógicas y hasta posibles,  o las ven convenientes para su vida cotidiana y su entorno.

INCERTIDUMBRE: tanto para los estudiantes como para el profesor la incertidumbre es total, pues ni uno ni otros saben lo que va a ocurrir. En ocasiones el profesor navega en estado de alerta pero sus intenciones de romper con muchos órdenes no lo dejan descubrir el potencial oculto en los y las estudiantes.


RELATIVIDAD: Todo se pone en duda; es el extremo del relativismo y está demasiado marcado por la verdad del profesor.  Un buen manejo de PdC hubiera consultado más las impresiones,  los saberes, las creencias, las emociones e incluso las dudas y lo que estaban dispuestos a ceder los y las estudiantes. Probablemente en ese juego colectivo de dudas y seguridades todas y todos hubieran hecho un camino más expedito y productivo y el curso no hubiera sido cancelado. 

Si desea conocer otras experiencias de Pedagogía del Caos visite la Serie: Pedagogía del Caos

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