De la Serie Pedagogía del Caos.
(Una chica
narra su experiencia en el recorrido por
diferentes escenarios de la candelaria, resignificados por los estudiantes del
Colegio la Concordia a través de un proceso de Pedagogía del Caos).
Me llamo Clara.
Soy estudiante de 6º grado del Colegio magdalena Ortega. La profe nos dijo que
hoy los muchachos de la Concordia nos iban a guiar por la Candelaria.
Llegamos a la
puerta de la Academia de la lengua pero no hay nadie y está cerrada. De pronto,
de detrás de una estatua sale el mismísimo Don quijote a saludarnos. Llama a
Sancho y le pide que nos dé unas espadas porque nosotras somos unos caballeros
que le ayudaremos a rescatar a su amada Dulcinea. Sancho, que es un muchacho
cari bonito pero un poco flaco nos trae unos bastones viejísimos y nos dice muy
pasito que son de los viejitos de la Academia, pero que ellos no se darán
cuenta y Don Quijote tampoco.
Salimos y en la
esquina Don Quijote se detiene y le pregunta a Sancho
-¿Qué es ese
perfume tan extraño?.
Sancho, que sabe
que allí hacen sus necesidades los habitantes de la calle, le responde:
-Son orines de
jinete Don Quijote (Aquí todas nos reímos)
Don Quijote mira
unos pasacalles que ondean por el viento y cree que son la guardia de la
prisión de Dulcinea y nos grita:
-Atacad!
Todas corremos en
pura diversión y pegamos con los bastones a las telas hasta casi romperlas. Don
Quijote cae de bruces como muerto y cambia su atuendo por un uniforme de
guerra, se levanta y grita:
-Soy Gonzalo
Jiménez de Quezada y vengo a conquistar estas tierras en nombre del Rey.
En esas viene una
niña vestida de india y le dice al conquistador:
-Don Jiménez el
barco está listo para atravesar el río de la Magdalena.
Y Jiménez nos pide
a todas que abordemos el barco.
Aquí nos reímos
bastante porque el barco es una tela larga que está hedida en el centro por un
palo a manera de mástil. Todas nos metemos allí y los muchachos que lo llevan
mueven la tela dando la impresión de que realmente navega. Cuando terminamos de
atravesar el rio que en realidad es el Eje Ambiental[1],
aparece una niña arengando a la gente y alguien grita:
-Es la Pola,
Apresadla.
Y una cosa que me
pareció increíble es que la suben a un pedestal donde efectivamente está… La
Pola, si! la estatua de Policarpa Salavarrieta,
la heroica de la independencia. Aparece un pelotón de fusilamiento y la
Pola grita sus famosas palabras:
-Ved que aunque
mujer y joven me sobra valor para sufrir la muerte y mil muertes más.
Yo quería
defenderla porque me pareció muy linda y decidida pero no pude hacer nada.
Cuando cayó muerta, los soldados nos hicieron seguir hacia arriba por un
callejón muy estrecho y empinado, solas porque ya Jiménez de Quezada no estaba
y la profesora venía atrás. De una casa vieja salieron unos muchachos y les
quitaron los abrigos y maletas a dos de mis compañeras y corrieron para arriba.
Un profesor que dijo ser el encargado de los muchachos del Colegio vino a
decirnos que no nos preocupáramos que él iría a rescatar las pertenencias y nos
guió dos cuadras arriba hasta la Media Torta que es un escenario inmenso donde
presentan espectáculos los Domingos. Allí estaban los que pensábamos que eran
ladrones, cantando Rap con letras que contaban cosas sobre la historia de
Colombia y de la Candelaria. Cuando
terminaron les devolvieron las cosas a mis compañeras con jugos y dulces
adentro.
Si la subida a la
Media Torta desde la Academia de la lengua había sido impresionante, la bajada
fue super espectacular. Había una especie
de puerta semi invisible y un niño muy lindo nos recibió con mucha ceremonia y
nos dijo:
-Bienvenidas a los
dominios de la diversidad.
Comenzamos a bajar
por campo abierto pero cada pequeño tramo había una gran sorpresa. Apareció la
madre selva, luego un nido gigante con un pajarito que no crecía, después la
bella durmiente y un príncipe divino que vino a darle un beso para despertarla
de su sueño. Al final, al lado de la Plaza de mercado de la Concordia había un
grupo de niños que nos asediaron ofreciéndonos apetitosas frutas y verduras.
Cuando llegamos a
la calle de las brujas (en la candelaria toda calle tiene su nombre) asistimos
a un espectáculo impresionante que luego nos contaron era la representación de
un mito de la candelaria: “el espeluco de las aguas”. Luego entramos a un
callejón cerrado y nos iban enviando de a cuatro cosa que me dio susto y más
cuando salió el diablo a perseguirnos, y corrimos como locas para desembocar en
el parque que queda detrás del colegio la Concordia donde había fuego y una
supuesta bruja en el piso que iban a exorcizar y a quemar unos sacerdotes.
Finalmente quemaron fue al diablo (o esa fue la impresión que yo tuve) y todo
terminó con el llamado de una joven que apareció subida en el muro del colegio
y nos habló muy lindo y nos despidió repartiéndonos besos mientras éramos
rodeadas por todos los muchachos que habían actuado y que nos daban dulces y
besos al aire.
Creo que este ha
sido uno de los días más felices y entretenidos de mi vida.
ANÁLISIS DE “DE LA
MANO DE DON QUIJOTE RECORRÍ LA CANDELARIA” DESDE LAS HERRAMIENTAS DE LA
PEDAGOGÍA DEL CAOS:
CAMPO RELACIONAL: los chicos y chicas que construyeron este
recorrido que bautizaron: "Candelaria fantástica", formaron con el
territorio explorado un Campo relacional, pues iban leyendo lo que el
territorio les decía y allí acomodaban lo que querían contar. Así el territorio
se volvió un organismo vivo involucrando todo lo que él contenía en
plantas, frutos, animales, paisaje, construcciones,
paisajes etc.
GENERADORES: los chicos y chicas que participaban en la
construcción del recorrido, así como el equipo de dinamización, iban explorando
y hallando a su paso una ingente cantidad de señales, pistas, elementos y situaciones que aprovechaban
para darle forma de historia al recorrido.
ONDULACIONES: tantos y tantos elementos que se iban hallando o que emergían de las
relaciones que se tenían entre algunas pautas previstas y el encuentro con el
territorio, se iban organizando a manera de ondulaciones. Así la primera parte del recorrido se dedicó
a Don Quijote debido a que el recorrido partía de la Academia de la lengua;
luego cuando llegaban a la av Jimenez (convertida en Eje ambiental) aparecía el
conquistador Jimenez de Quezada; como el eje ambiental estaba en construcción y
era época de lluvias a alguien se le ocurrió que era el río Magdalena y al
atravesar lo se encontraron con la
estatua de la Pola... en fin como se ve, cada elemento o situación marcaba una
ondulación que le trazaba un cierto orden al recorrido.
REGULADORES: Si bien la construcción de la ruta tuvo un sinfín de
reguladores ahora nos detenemos en los que iban apareciendo a lo largo del
recorrido de las niñas. Sin mayores
instrucciones ni reglas las chicas comienzaron siguiendo a don quijote y luego
obedecieron a Jiménez de quezada. Luego navegaron emocionadas por el río y
asistieron al fusilamiento de la Poli. De allí debieron seguir solas pero ahora
la regulación la daba lo estrecho del camino con una sola dirección y de allí
en adelante la ruta estaba marcada por una serie de situaciones que conducían a la meta. Como se puede
apreciar entonces todo el dispositivo
estaba hecho de una serie de regulaciones sutiles y atractivas.
REORDENANTES: además de introducir un nuevo orden
temporal al orden usual de ese territorio, se fue introduciendo un ordenamiento
simbólico desde el emprendimiento, pasando por la diversidad y lo invisible que
desencadenaba en lo relacional. Probablemente quienes participaban en esos
recorridos incorporaban todo esto o parte de ello a su imaginario.
RESONANCIA: todo el sejercicio de la construcción del
recorrido intentaba -y parece haber haberlo logrado- develar la memoria de lo
que había transcurrido en cada uno de los espacios rescatando incluso la carga
emocional con la que habían sido vividas esas emociones. Tal es el caso de la muerte de la Pola o el
paso de Jiménez de Quezada cuando llegó a fundar a Bogotá o el mito de "El
espeluco de las aguas". Se puede decir
que en todo el recorrido resonaban esas historias pero también se entrelazaban
con el mundo mágico de las de los niños
VISIBILIZACIÓN: para darle sentido y vida al recorrido se
debía estar imaginar lo que estaba o urdiendo en cada lugar y esto exigía
visibilizar lo tangible pero sobretodo lo intangible que estaba presente en la
memoria de cada espacio. Una vez se tenía la idea del suceso o la acción que
allí ocurría se debía reconocer todos los elementos del lugar que servirían
como escenario o utilería. Es el caso de las pancartas a manera de los molinos
de viento de Don Quijote o un brebaje que por coincidencia preparaba una señora
en el sendero de las brujas etc.
[1] Es una
calle amplia del centro de Bogotá por donde circulan canalizadas aguas del
antiguo río Vicachá y que tiene a lado y lado edificaciones que guardan la
memoria de la ciudad.
(Esta experiencia aparece en el minuto 6 del video: Pedagogía del Caos 2)
Si desea conocer otras experiencias de Pedagogía del Caos, visite la Serie: Pedagogía del Caos.
Teoría sobre Pedagogía del Caos:
Pedagogía del Caos 2013 (Se presentan las herramientas actuales de la Pedagogía del Caos)
Teoría sobre Pedagogía del Caos:
Pedagogía del Caos 2013 (Se presentan las herramientas actuales de la Pedagogía del Caos)
La Pedagogía del Caos y las Ciencias de la Complejidad (Se `presentan los problemas comunes que abordan la Pedagogía del Caos y las Ciencias de la Complejidad)
Pedagogía del Caos (Escrito en 1993 y publicado en 1995.Se presentan las herramientas que hasta ese momento había construido la Pedagogía del Caos).
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